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Habían pasado un tres años desde que Aurora no encontraba a sus verdaderos padres o eso creía ella, iniciaría su cuarto año en howarts con catorce años.
Los cullen sabían del odio que tenia la Pequeña hacia la muggle, ya que cada que podía la chica Griffyndor se encargaba de dejar a mal a la pequeña Aurora.
Aurora había desarrollado un interés en las artes oscuras y lucius malfoy se encargaba de instruirla en ese camino, lo cual preocupaba a albus ya qué Aurora sería la segunda que podría derrotar a volvdemort aparte de harry Potter.
Albus se reúne con los culles y les cuenta lo que podría pasar los siguientes años, los cullen molestos se niegan a que Aurora sacrifique su vida por personas que ni conoce ella.
—ustedes no puede venir a decirnos que tiene que hacer mi hija— hablo con rabia el patriarca de los culles— aquel niño sabe de esto — albus negó.
—qué clase de escuela son— hablo Edward molesto— sacrificar a unos niños, es un rotundo no Aurora seguira en hogwarts pero no se sacrificara por un montón de idiotas que sienten que son mejor que ella.
—entiendo su preocupación joven cullen— hablo albus con tranquilidad —aparte de eso vengo con un invitado señor Greengrass.
Gareth Greengrass, entro vestía con un traje elegante y varias joyas finas, Aurora nunca carecia de cosas pues los culles al final de los tiempos eran ricos en el mundo muggle.
—Gareth Greengrass, un gusto señores— dijo viéndolos con asco imaginando que son unos simples muggles— soy el verdadero padre de Aurora.
— queríamos llegar a un acuerdo, con lo que ya les eh contado a ustedes señores cullen y lo que ustedes sabe señor Greengrass.
—¡MALDITA SEA AURORA NO VA A SACRIFICAR SU VIDA POR UN MONTÓN DE GENTE INÚTIL! — Gareth vio atónito a Edward y a dumblendore lo miro molesto.
—De que habla albus— murmuró gareth—mis hijas no se verán metidas en ningún lío menos con el señor tenebroso por eso estoy yo.
Todos corrieron a albus de la casa de los cullen, tanto los cullen como el señor Greengrass platicaron y acoradoron con que Aurora viviría con ambos Gareth cambio su humor al saber que ellos no eran unos muggles, y que su hija era la luz en la casa de los cullen
— un gusto señor Greengrass, vino daphne con usted — Gareth negó y tomo las manos de la pequeña.
— veras cariño— hablo carlisle — el es tu padre, daphne y astoria son tus hermanas.
—eso es cierto— murmuró ella— ella me ah estado ayudando a buscarlos como— pregunto rápido la rubia con curiosidad y emoción.
—veras después de que termino la guerra mágica un grupo de seguidores de la orden del fénix nos aparato de ti, lamentablemente tu madre falleció con la tristeza al no encontrarte.
