¿De que sabor quieres tu helado? |•| KookTae (Terminada)

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Pasaron dos meses, Taehyung y Jungkook empezaron una relación un poco apresurada.

El deseo y la atracción los unió, cada noche que han compartido ha sido maravillosa.

No todo ha sido sexo, la convivencia y el poder conocer cada faceta del otro fue la clave para que su relación se fortaleciera.

La encantadora personalidad de Taehyung, tenia totalmente enamorado a Jungkook.

Su dualidad era algo que le atraía y le gustaba, su travieso, como le decía. Podía ser tierno, dulce, cariñoso y en pocos segundos, era atrevido y sensual.

Era su Osito mimado y su Tigre travieso.

Jungkook desde que lo vio por primera vez, le gustó físicamente, deseaba conocerlo y si todo iba bien, ser novios.

Las cosas no salieron como lo planeó, no se arrepiente, pero aún desea poder pedirle ser novios, en una cena romántica.

Lleva dos semanas planeando ese momento, aquel donde le dirá lo mucho que lo quiere.

Aún recuerda esa noche donde probó su cuerpo, no sin antes pedirle ser su novio.

Pero su adorado Osito, su chico travieso merece más.

-¿A donde vamos Kookie?-

-A cenar, quiero agradecerte por acompañarme a inscribirme en la Universidad-

-Si me quieres agradecer, un restaurante no es la opción-

Jungkook desvío la mirada del camino, volteó a verlo dudoso. -Entonces... ¿Quieres ir a otro lugar?- Sintió miedo, sus planes estaban a punto de ser arruinados.

-No es un "lugar" pero ... - Mordió sus labios y lo miró sensualmente. -El agradecimiento puede darse mientras me follas rudo, jalando mi cabello y haciéndome suplicar por más-

La polla de Jungkook tuvo un pequeño espasmo, Taehyung sabía como enloquecerlo.

Taehyung sabía que Jungkook estaba excitado, ya le conocía las expresiones en el rostro.

Hacia tres gestos característicos.

Su mirada cambiaba, ya no era el dulce romántico, y se convertía en el amante del sexo. Los ojos negros se oscurecían un poco, y con la mirada recorría las largas piernas de Taehyung, se las imaginaba abiertas para él.

Lo otro eran sus labios, cuándo tenía deseo de hacerle el amor, los lamia de forma excesiva. Recordaba los belfos gruesos de su novio, cuando se besaban mientras lo follaba duramente.

Por último, su mandíbula se tensaba, luchando en su interior por no dejarse llevar por las provocaciones.

Algo que nunca lograba evitar, pues Taehyung era su debilidad y el contrario lo sabía.

Jungkook apartó el vehículo de la carretera y se estacionó.

-¡Maldición Tae... Vamos a llegar tarde!-

Taehyung tenia su dedo en los labios, jugando con su lengua. -No vamos a perder la reservación, podemos...- Empezó a bajar lentamente su mano por su cuello, torso, hasta el borde de su pantalón. -Llegar un poco tarde-

Sonrió al ver como Jungkook siguió sus movimientos, atento a su cuerpo, se sentía deseado y amado.

-Ven aquí, travieso, te voy a hacer sentir bien-

Taehyung sonrió victorioso. Jungkook corrió el asiento para permitirle acceso.

Las piernas se encontraban abiertas alrededor de la cadera del azabache, mientras se besaban con amor y lujuría.