GIOVANNI||Erling haaland

twelve

17//febrero//2023

LAS HORAS PASABAN y yo no encontraba fuerza para levantarme, con los chicos se turnarían para quedarse conmigo, no querían que este sola, pero solo me la pasaba en la habitación llorando y abrazando fuerte mi almohada.

Recordaba cada maldito momento, me sentía inútil, sentía que fue mi culpa, me sentía débil y con dolor, pero aparte del dolor de cuerpo, me dolía el alma. Y no había ningún dolor que compare eso.

Me levante como pude y fui hasta la sala, allí estaba Julian, mirando a la nada y con los ojos rojos, no había parado de llorar en toda la noche. Me acerque a el y me miro, me senté a su lado, y me hundí en los brazos de mi mejor amigo.

—Perdóname Flor, me quedé dormido.—dijo llorando.—De verdad perdón, tal vez si yo iba no te iba a pasar nada.

Negué, no había vuelto a hablar desde que le pedí a Julian que me lleve a mi habitación, no tenía palabras, intentaba hablar pero no podía, simplemente no. Nos abrazamos y nos quedamos dormidos en el sofá.

Me desperté cuando escuche la puerta abrirse, era Phil, cuando me vió en el sofá se acercó a mi y se acostó a mi lado, Julian salió de la cocina y nos vio, dio un suspiro y se sentó en la mesa.

—¿Como te sientes, preciosa?—me pregunta.

Lo miro al escuchar "preciosa" y miro hacia la ventana, soltando lagrimas que bajaban por mis mejillas quemándome el alma.

—No ha hablado desde ayer.—Julian le habla a Phil, el lo mira y luego me mira a mi.

Me da un beso en la frente y luego camina hacia Julian para sentarse a su lado.

—¿Quien se queda hoy?—escucho como Phil le pregunta en voz baja.

—Sus papás, mañana Valentina y Emilia, y luego tú.

—Me arruinaron la vida.—pensé.—El me arruino la vida, me marco para siempre.

Tenía la mirada perdida, quería ver a mi hijo, pero no quería que el me vea así.

—Julian.—lo llame, Phil y el se miran y se acercan.

—¿Que paso, Flopi?—pregunta sentándose a mi lado y Phil al otro.

—Giovanni, lo quiero ver.

—¿Queres que venga? Lo puedo traer si queres.

—No, el no me puede ver así, Pedile a Erling que te envíe una foto.

El asiente y me hace caso, en cuestión de minutos le llega la foto y me la muestra, empecé a llorar mirándolo. Tenía que ser fuerte por el, el necesitaba a su mamá.

—Solo unos días, hijo.—pensé.—Prometo que en unos días estaremos juntos.

El celular de Julian suena y se lo paso, atiende y se le ve realmente molesto.

—Hola.....No, todavía no.—habla molesto.—¡He dicho que no! ¡Ella no puede declarar en estas condiciones!.......¡Al carajo con ustedes!—corto la llamada y miro a Phil y luego a mi.

—Mira Flor, quieren que declares, ¿vos sentís que podes hacerlo?

No, no podía, su amenaza volvía a mi mente.

—Y mas vale preciosa.—se acercó amenazante y me agarro con fuerza del cabello.—Que no le digas nada a nadie, por que soy capaz de secuestrar a tu hijo y matarlo. ¿Entiendes?

Negué, y Julian pareció entenderlo, asintió con la cabeza y volvió a la mesa y se sentó, yo me acoste de nuevo en el sofá, mis manos y tobillos estaban rojos, Phil los acariciaba, intentando aliviar el dolor.