Narrador: hefesto estaba sentado en su mesa de trabajo con su hija berista sentada en sus hombros.
Berista: que haces papi? -pregunto curiosa-
Hefesto: es algo para tu mamá ares... una lanza para su colección -dijo con simpleza-
Berista: me harás un arma a mi algún día? -pregunto curiosa-
Hefesto: crece un poco primero -dijo con simpleza-
Berista: aawww! -dijo molesta-
Hefesto escribía en los planos mientras su hija más joven miraba como lo hacía.
Siguio así hasta que alguien toco la puerta.
Amaterasu: hefy querido! soy yo! -dijo del otro lado de la puerta-
Hefesto: pasa! -dijo con simpleza-
Amaterasu entró al lugar con una sonrisa amable.
Amaterasu: querido tengo que.... beri querida lo siento sin niños -dijo amablemente-
Berista: bien mamá amaterasu -dijo con simpleza-
La pequeña se bajó de los hombros de su padre y salió del lugar.
Amaterasu: bien... ahora si... hefesto tengo que presentarte a alguien... pasa! -dijo aa Alguien detrás de ella-
Luego de que hizo eso por la puerta entró una mujer de baja estatura regordeta con pelo largo blanco y un kimono negro y blanco parecía muy nerviosa por alguna razón.
???: h-hola... -dijo en voz baja-
Amaterasu: hefesto esta es una amiga mía... su nombre es uke mochi... o uke para cortar -dijo con calma-
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Uke mochi dio un saludo leve con la mano.
Amaterasu: esta aquí por que quiere hablar contigo -dijo con simpleza-
Hefesto: hablar? de que? -pregunto curioso-
Uke mochi miró a amaterasu con un sonrojo en su cara amaterasu asintió y salió del cuarto dejando a los dos solos.
Uke mochi: Vera... em... en mi Panteón soy una diosa muy insignificante... me relaciono a los alimentos y la fertilidad... pero siempre me dejan en la sombra... -dijo desanimada-
Hefesto: mhm... conozco a dioses con ese problema -dijo con simpleza-
Uke mochi: verá me preguntaba... puedo volverme una de sus mujeres?! -dijo sonrojada-
Hefesto alzó la cega.
Uke mochi: soy buena en muchas cosas! se cocinar! puedo cuidar bien de sus hijos! -dijo intentando convencerlo-
Hefesto se mantuvo callado mientras miraba a la diosa con una sonrisa afable.
Hefesto: quieres... ser una de mis esposas? -dijo curioso-
Uke mochi: si... -dijo segura-
Hefesto se paró de su asiento y se acercó a la diosa la cual se puso nerviosa y la agarró del mentón
Hefesto: ...como quieras... -dijo con simpleza-
Hefesto aplastó sus labios contra los de la diosa la cual pareció sorprendido pero debido a la calidez del beso no tardó en corresponderlo.
Hefesto después de un rato se separó de la diosa y se alejó para volver a sentarse en su silla.
Hefesto: ven aquí -ordeno-
La diosa se apresuró en acercarse al dios.
Hefesto: de rodillas -ordeno-
La diosa hizo caso y vio la entrepierna del dios frente a ella.... y entendió que tenía que hacer.
Desabrocho el pantalón del dios dejando al descubierto la virilidad.
Uke mochi: es enorme! -dijo sorprendida-
Hefesto: es lo que todas dicen -dijo con una sonrisa-
La diosa suspiró y acto seguido envolvió la virilidad del dios con sus labios.
Uke mochi: mm~
Fue bajando su voca cada vez más en la verga del dios mientras soltaba leves gemidos envolviendo con fuerza su lengua en esta.
Comenzó a subir y bajar su cabeza en la virilidad del dios dando todo para poder complacerlo.
Hefesto por su parte disfrutaba de los suaves labios de la diosa en su entrepierna.
Los sonidos de succión inundaron la habitación mientras la diosa aumentaban ritmo en su mamada.
Finalmente hefesto se corrió dentro de la boca de la diosa la cual tragó tanto como pudo y luego sacó la verga del dios de su boca.
Uke mochi: me gusto... ahora que sigue? -pregunto extaciada-
Hefesto: pues... ahora... -dijo calmado-
Hefesto de la nada agarró a la dios por sus ropas y se las arranco de un tirón haciendo que soltara un chillido de sorpresa y dejando al descubierto sus pechos copa h y si redondo trasero.
Hefesto la tumbo en la mesa y le abrió las piernas.
Hefesto: el platillo principal -dijo con una sonrisa-
Hefesto penetró de una a la diosa la cual solto un gemido fuerte que resono en la habitación.
Uke mochi: e-esta adentro! -dijo en un gemido-
Hefesto comenzó a mover las caderas golpeando con fuerza el útero de la diosa.
La diosa puso sus manos en el hombro del dios buscando sostenerse mientras sus pechos rebotan por las estocadas.
Hefesto tomo los pechos en sus manos y comenzó a masagearlos.
Hefesto: son muy buenos.... tienes muy buen cuerpo -dijo con una sonrisa-
La diosa no respondió debido a los gemidos que no dejaban de salir de su boca.
Hefesto finalmente se hundió más en ella y se corrió llenando a la diosa con su semilla.
Hefesto salió de adentro de la diosa la cual estaba rendida tirada en la mesa.
Hefesto la tono y la llevo hasta su cama donde la acostó y la tapó.
