Asta es una chica huérfana que no tiene ningún tipo de poderes en un mundo en donde todo el mundo es capaz de hacer magia. Aun con esa desventaja, se embarca en una aventura para cumplir su sueño de convertirse en el próximo Rey Mago con ayuda de su...
En algún lugar del reino del trébol, en la Aldea remota de Hage. Era un día nublado con las nubes de color gris, el cielo también era de ese color. Igualmente, se podía oír llantos de bebes, los cuales estaban en unas canastas diferentes, además que estaban enfrente de una iglesia en esa remota en la aldea. Un hombre que había salido de la iglesia, había escuchado los llantos de los bebes.
- ¿Otra vez? - pregunto el hombre, quien se acercaba a los niños y se hinca. Los mira por un rato para luego entrar con los niños en la iglesia. En algún punto de la iglesia, el padre hace una fogata para el y los bebes se calienten. - Buen chico. - decía el hombre mientras caminaba hacia los pequeños. - Por fin se calmaron. - dijo el hombre se estiraba y suspiraba viendo a los pequeños que tenía en la cama, los cuales estaban durmiendo. - ¿Serán mellizos? ¿Gemelos? - preguntaba el padre viendo a los dos. - Lo dudo. Este es muy tranquilo. - dijo mirando a Yuno. - Y ella tiene mucha energía. - dijo mirando a Asta, quien estaba moviendo su cabeza de un lado a otro con un sonrisa y con sus manitas en sus mejillas. - Y para empezar, no se parecen en absoluto. - acerco su mano a los pequeños para destapar uno y vio el nombre del primero. - ¿Yuno? - dijo mirando su nombre y viendo el collar que tenía con él. - A ver como se llama la energi... - no termino de hablar porque había recibido una patada de la chica en su nariz. - ¡Tienes mucha energía! - expreso agarrándose la nariz para luego levantarse, cundo se levantó miraba a la beba con un enojo para luego relajar la expresión con una sonrisa viendo a la beba reír. - Asta, ¿eh? - dijo viendo el nombre que tenía la bebe. - No se preocupen por nada, chicos. - dijo el Padre con las manos en su cintura y sonriendo. - A partir de hoy, este es su hogar. - miro a los bebes que tenía al frente. - Asta y Yuno.
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Pasaron 15 años desde entonces, ahora podemos ver a personas trabajando en el campo con su magia en un día soleado y las nubes blancas hermosas.
- Espero que este año tengamos una cosecha abundante. - decía un hombre que trabajaba en su tierra.
- Sí. - le respondió su compañero quien estaba haciendo una bola de agua para luego hacerlo explotar.
- ¡Hermana Lily! - se escuchó grito de una señorita.
- ¿Qué pasa? - pregunto el hombre del hacha mirando a la iglesia.
- ¿Otra vez la muchacha de la iglesia? - pregunto el hombre del poder del agua con las manos en las caderas.
En la iglesia, se podría ver a una chica corriendo por todas partes para escapar del Padre, quien la estaba siguiendo. Mientras la hermana Lily estaba con una canasta de ropa y chámaras.
- ¡Aún no me rindo! - gritaba la chica con todas sus fuerzas para luego esconderse detrás de la hermana Lily.
- ¿Qué pasa, Asta? - pregunto la Hermana Lily confundida con la situación.
- El Padre me quiere poder un vestido y no quiero. - justifica la señorita con un puchero.
- Pero Asta... - intento decir el Padre, pero estaba cansado y jadeando de tanto correr detrás de ella. - Te verías bien linda con un vestido.