Episodio 4.

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Asta y Yuno llegaron a la capital del Reino del Trébol. El examen para convertirse en uno de los admirables caballeros mágicos está a punto de comenzar. En Kikka, en la ciudad del castillo, se puede ver a varias personas caminando, algunas tiendas de comida, de artefactos mágicos, entre otras cosas brillantes y aquí nuestros protagonistas se encontraron en ese lugar tan diferente a lo que estaban acostumbrados.

- ¡Es increíble! - dijo Asta admirando la bella ciudad, caminaron un poco para ver las tiendas y se detuvieron en una tienda de manzanas. - ¡Es asombroso! - admiraba la joven.

- Están frescas. - les informo el dueño de ese local.

- Esperen un segundo. - dijo otra voz de un hombre de otro local, Asta volteo su mirada para ver lo que pasaba. - Enseguida estará bien asado.

- ¡Se ve delicioso! - dijo Asta feliz. Decidió seguir caminando hasta que Asta volvió a poner atención en otras cosas. - ¡Asombroso! ¡Pero son carísimas! - grito viendo el precio.

- Esto no es como nuestra aldea. - dijo Yuno mirándola y miró a su alrededor por si algún hombre pervertido la miró, afortunadamente no era el caso, pero traía algo bajo la manga.

Asta dejó de ver los artefactos y miro hacia arriba en dirección al castillo. - ¿El Rey Mago está ahí? - pregunto la joven.

- Imagino que el Rey también. - comentario Yuno viendo el castillo también.

- Entonces, un día ese será mi castillo. - dijo asta con una determinación.

- Mio, probablemente dirás. - respondió Yuno y aprovechando que estaba viendo el castillo, se acerco a ella por detrás y el puso capa encima, cosa que ella ignoro.

- Dejare que vivas en el. - se había girado para verlo y decir eso en tono presumido.

- Eso te digo yo. - le respondió Yuno sonriendo.

En ese momento, se escucho en llanto de un bebe, ambo voltearon a ver a una chica pelo largo de color rojo, ojos verdes claro, en sus manos tenia sus bolsas de las compras que había hecho, en su espalda tenia al bebe que estaba llorando y detrás de ella estaban una niña y un niño del mismo color de pelo que la mayor.

- Ya, ya, no llores. - decía la mujer intentando calmar al bebé. - Volvamos a casa a prepararlo todo. - decía la chica para caminar nuevamente junto a ella los niños de atrás mientras que los dos miraban la escena con nostalgia.

- Me recuerdan a los de la iglesia. - menciono Asta observándolos. - Seguro que todos me echaron de nuevo. - dijo con los ojos cerrados teniendo sus manos detrás de su cabeza.

- Imposible. - dijo Yuno pasando de ella.

- ¡Oye, Yuno! - le grito Asta para luego seguirlo. - ¡Espera! - le pedía Asta mientras que el solo la ignoraba por ahora.

 - ¡Espera! - le pedía Asta mientras que el solo la ignoraba por ahora

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Black Love (YunAstaFem)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora