Capítulo 5

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Capítulo 5

Me desperté por los ruidos de una máquina, y sentí que todo daba vueltas. Me acomodé en el sofá donde estaba sentada y me empecé a notar menos cansada. Abrí y cerré los ojos por varios segundos para despejarme y vi al anciano sentado en una silla, en frente de mí. Estaba leyendo el periódico y parecía bastante tranquilo.

Se dio cuenta de que me había despertado y se sentó junto a mí en el sofá, entonces me preguntó:

-¿Qué tal te encuentras? ¿Mejor?

-Sí, muchas gracias, pero, ¿cuánto tiempo llevo aquí?

-No llevas mucho, cuando entramos en la tienda te habías desmayado e inemdiatamente te tumbé en el sofá y fui a elegir una de las botellas que hay allí- dijo señalando la estantería del fondo.-Ha costado bastante a que te la bebieras ya que estabas incosciente, pero al final he conseguido que te lo tragaras y han pasado quince minutos antes de que te despertaras.

-Entonces me tengo que ir a mi casa.

-Está bien y no dudes en venir aquí para lo que sea, te podré ayudar.

Salí de allí agradeciéndole lo que había hecho por mí y caminé calle abajo hasta el apartamento que había alquilado cerca de allí. Entonces fue cuando un chico con camisa blanca y vaqueros me rozó casi sin darse cuenta, ya que parecía que tenía prisa. Clavó sus ojos en mí y susurró un pequeño lo siento como si creyera que no le estaba escuchando.

Continué andando, pero me paré a escasos metros y eché la vista atrás. Ya no había nadie, tan solo la esquina que iba a la Calle de los Sueños donde había estado hace unos minutos. Decidí volver atrás, como si algo me arrastrara a volver, pero no sabía el qué.

Tras querdarme pensando si cruzar la esquina o no, otro chico cruzó corriendo a mi lado, sin apenas fijarse en mí, pues también llevaba prisa. Abrí los ojos como platos cuando volví a sentir la esencia del pasado, pues la chaqueta que había pasado a mi lado, llevaba el mismo olor que Javi.

No lo pensé más y crucé la esquina. La luz del sol me golpeó la cara y divisé a varias personas y a los dos chicos, de los cuales a uno conocía muy bien. Reconocía sus ojos, su sonrisa y su olor. Podía reconocer todo. Estaba bastante insegura, quería ir a darle un abrazo pero puede que luego me arrepintiera, ya que siempre estaba la posibilidad de que no fuera Javi.

Aun así, presentí que se iban a ir pronto y me fui acercando lentamente hacia ellos. Me apoyé en una pared y me deje ver por ellos. Quería ver si me reconocían. Pude ver como hablaban entre susurros y me miraban cuchicheando y entonces, el que creía que era Javi se me acercó.

Tenía unos ojos verdes relucientes y no paraba de sonreír. Con forma despreocupada y totalmente tranquila me preguntó:

-¿Por qué nos miras tanto? ¿Nos quiere preguntar algo?

Opté por responder o salir de allí corriendo por el aprieto en el que me estaba poniendo pero finalmente respondí.

-Sí, tengo que preguntarte algo.

-Pues adelante.

Sea quien sea aquel chico era encantador para su edad, fue lo último que pensé.

-¿Sabes quién soy? ¿No te sueno de nada?

No respondió, tan solo miró hacia su otro amigo que era más mayor que él y le dijo que se acercara. El chico vino y pude ver cómo miraba mis ojos como si quisiera inspeccionarme:

-Dice que si la conocemos de algo.

El amigo tragó saliva y se llevo las manos a la cabeza, segundos después se llevó a “Javi” un poco más lejos de allí. Seguí cada gesto que hacían y pude estar segura de que el amigo del supuesto Javi era Alberto. A pesar de su barba y del look nuevo que le daba era él. Estaba segura.

Descubriendo lo soñadoWhere stories live. Discover now