Psycho O El Sociopata Moderado

CAPÍTULO 2: MI PRIMERA VEZ

CAPÍTULO 2: MI PRIMERA VEZ

De vez en cuando estos chicos me invitaban a su casa, si, los famosos chicos que les encantaban mearse encima de mí y desnudarme y golpearme, esos mismos. Un día conocí a la hermana de los mellizos allí en su propia casa y también estaba el otro querido amigo. La niña tenía unos 3 años, su nombre es irrelevante y tampoco me gustaría que empatizaras mucho con ella.

Siempre e pensado que cada uno se merece de lo que da, que aquello de la justicia era algo que cada uno tenía que tomar por su propia cuenta. A mi nadie nunca me ayudo ni pidió justicia por mi. Es algo solo constitucional y que no entraba dentro de mis redes de pensamiento. Vivir fuera de los limites de la ley iba a ser la mejor opción a tomar.

Era viernes, y el sábado estos chicos me habían invitado a su casa a ver una película, pensé crear el propio género de la velada y convertirlo en un verdadero drama. Sus padres estaban de crucero por lo que no llegarían hasta el domingo.

Había pensado muchas veces en acabar con sus miseras vidas y ahora tenía delante mía la mejor opción posible. Solo necesitaría un cuchillo de unas dimensiones considerables y que llegase ya el sábado para saciar mis ansias.

Era sábado y llegue a casa de los chicos. Uno de los mellizos fue al cuarto de baño, mientras su hermano, el amigo y yo nos quedamos en el salón. Le dije a su hermano que yo también necesitaba ir al baño, era una casa amplía así que tenían dos. Me dirijo hacia el baño. Y voy con mi mochila con la escusa de que llevo ahí mi cepillo de dientes y otros utensilios necesarios por si me quedaba a dormir.

Entré en el baño donde estaba el mellizo, entré y cerré la puerta.

-¿ Que haces Cristian? - Pregunta inquietado-.

-Nada no te preocupes, solo quería enseñarte algo nuevo que he comprado

Saqué el cuchillo de la mochila, se lo puse en el cuello y se lo clave hasta el fondo, se le veía como no podía respirar y moría desangrado y por asfixia. Antes de que muriese, aún con razón, introduje el cuchillo por su uretra, la asfixia le impedía gritar, después de amputarle la zona, lo dejé allí muerto, tirado, inerte. Magnífico.

Guardo el cuchillo y saco a la hermana pequeña del cuarto. La llevo al salón. Saco de la mochila las pobres partes del mellizo y las tiro sobre la mesa. Saco el cuchillo unas cuerdas, y le digo al amigo que es ahorque el mismo, o lo mataría yo mismo poniéndole la cara en los fogones de la cocina. Cede sin tardar demasiado, el mellizo vivo ya está amarrado a la silla. Y el amigo cuelga inerte del techo.

Llegaba el momento de la verdad, donde el sabría lo que era el dolor verdadero. Mientras este me observa, desnudo a su hermana poco a poco, esta lloraba pero no tenía nada que hacer. Entonces empiezo a violar a su hermana de 3 años mientras el observa horrorizado. Después de violarla, amputo cada parte del cuerpo de la hermana hasta su gloriosa muerte. Un charco de dedos, brazos y sangre irrumpía el salón, y su hermano seguía amarrado llorando desconsoladamente mientras yo lo mirada a los ojos a pocos centímetros de su cara

Lo miré de nuevo, un rato más... mucho tiempo... tenía frente a mi la persona que mas extorsión me había causado. Hice que se comiera todos los dedos amputados de su hermana, lo hizo entre vómitos, aunque no con todos. Mas tarde empecé a cortarlo poco a poco, muy lentamente sintiendo cada grito como una agradable sinfonía de Mozzart que sonaba dentro de mis oídos. Finalmente metí unos cristales rotos de un vaso en su garganta y murió como nunca imaginó ni en sus peores pesadillas. Limpié y recogí cada rastro que pudiese relacionarme, el cuerpo de la niña que violé lo quemé antes de irme.