Parte 9

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(Ha pasado un mes)

-Quedate quieto-le indico a Raúl.

Cojo el lápiz y fijándome muy bien termino el dibujo. A quedado bastante bien y por fin he conseguido hacer la nariz correctamente aunque haya necesitado al modelo para hacerlo.

-¿Ya me puedo mover?

-Si-digo.

Se acerca a ver mi dibujo y abre los ojos de la impresión, no si tomármelo como que lo he hecho muy bien o muy mal.

-¿Qué te parece?-pregunto algo dudoso.

-Es... ¡genial! Dibujas super bien-dice sonriéndome con los ojos brillantes.

Una sensación agradable empieza a extenderse por mi pecho y yo también a cabo sonriendo.

-Tenía ganas de acabarlo, la verdad es que llevaba un mes y no conseguía dibujar tu nariz.

-¿Me dejas ver tus dibujos?

-Claro.

Le tiendo mi cuaderno y se pone a verlo. Yo por mi parte me uno a la conversación que mantienen Sergio y Santi.

-¿Lucas?

-¿Si?-digo girándome a mirarle.

-¿Quién es él?

Tiene el cuaderno abierto por una hoja en la que se ve un dibujo de Antoine sonriendo con el pelo mojado. Recuerdo muy bien ese día. A mi lado Santi se ha puesto pálido.

-¿Chicos?-pregunta Raúl algo preocupado.

-Eeehhh... él... yo...-me aclaro la garganta-Bueno, era...

-No es un buen momento para hablar de ello-interviene Sergio.

-Vamos, Lucas, acompáñame al baño-dice Santi.

Suspirando me levanto y sigo a Santi por los pasillos hasta llegar a una puerta de color verde que da paso a los lavabos.

Me echo algo de agua fría en la cara para despejarme.

-¿Estás bien?-pregunta Santi.

-Estoy harto de que me tratéis como si estuviera a punto de quebrarme en pedacitos.

-Yo tengo miedo de que lo hagas-dice tristemente.

-No te preocupes, estoy bien

-Eso es lo que la gente dice cuando está mal.

-También cuando está bien-replico-Con lo cual no puedes saber si digo la verdad o no.

Se queda callado mirándome cabreado, se que no debería haberle contestado así pero ya estoy harto. 

-Solo estoy preocupado...

-Lo se-suspiro-pero no quiero que te preocupes, algún día tendré que superarlo. Ahora estoy con Raúl y me hace feliz, puede que no me guste como yo le gusto a él pero estoy deseando que ese momento llegue, además, algún día tendrá que enterarse. 

Volvemos a clase y el profesor aun no ha llegado, empiezo a rezar para que no haya venido al instituto y por una vez mis plegarias se cumplen.

-¿Piensas explicármelo?-susurra Raúl para que Santi no lo oiga.

-¿El qué?

-¿El por qué el cielo es azul?-responde sarcástico.

-Mi padre me dijo una vez que es porque refleja los mares y océanos.

Ante su cara de confusión suelto una carcajada lo que hace que frunza el ceño.

-Sabes muy bien a lo que me refiero.

-Ahora no es el momento, esta tarde en mi casa.

-Allí estaré.

(...)

Antoine me mira desde el papel con los ojos brillantes y esa sonrisa que me gustaba tanto besar, solo de pensar que ya no puedo hacerlo se me encoje el corazón.

-¿Lucas?

-Lo siento, es algo doloroso de recordar. Quiero que sepas que lo que vas a oir no te va a gustar y si cuando termine quieres irte no te lo reprocharé.

-¿Quién es él?-pregunta Raúl.

Le miro a los ojos durante unos segundos, estamos en mi habitación, en mi cama y él está realmente guapo, su pelo rubio resplandeciendo por el sol.

-Es una larga historia.

Estoy unos segundos en silencio ordenando mis pensamientos y notando la mirada de Raúl fija en mi. 

-Todo comenzó hará unos dos años. Estaba al final del primer trimestre e iba a suspender mates y por más que pedía ayuda a compañeros e incluso al profesor no entendía nada a si que hablé con mi madre y ella me puso un profesor particular. Ese era Antoine, el chico del dibujo, era dos años mayor y mucho más alto que yo. Dábamos clase tarde si tarde no, es decir, una semana dábamos lunes, miércoles, viernes y domingo y a la siguiente martes, jueves y sábado. Era un profesor genial, en dos semanas consiguió que entendiera cosas que no había entendido en dos meses. Pero no solo dábamos matemáticas, entre medias también hablábamos un poco de nosotros. Yo le preguntaba que tal el día, sus clases, sus amigos... y el hacía lo mismo, un día me preguntó si yo tenía novia y le dije que nunca me habían interesado las chicas, al devolverle la pregunta respondió más o menos lo mismo. Cuando se iba a ir me beso, fue un beso corto pero me dejó impactado y se fue tan rápido que ni siquiera me dio tiempo a preguntar. No volvió a hacerlo. Casi sin darme cuenta las matemáticas empezaron a gustarme, esperaba con ansias la clases para seguir aprendiendo y creo que también para verle aunque en ese momento no lo sabía. Para finales de curso era uno de los mejores de mi clase. El tiempo había pasado muy rápido y en la última clase justo antes de verano apenas podía concentrarme en lo que me decía, solo le miraba disimuladamente para poder dibujarle más tarde, o por lo menos esa fue mi excusa. Cuando ya se iba se giro en el último momento y me pregunto si podíamos volver a vernos. Yo le di mi número y le dije que llamara cuando le viniera bien que iba a estar todo el verano en casa. Él simplemente sonrió y se fue.

Miro el dibujo de Antoine. Recordar esto es doloroso y siento mi respiración pesada, como si me faltara aire.

-¿Lo hizo?-pregunta Raúl suavemente.

-Si-sonrío-Al final del verano cuando yo ya había perdido toda esperanza me llamó y quedamos, me puse tan contento... y ni siquiera entendía porque. Nos vimos en una cafetería y pasamos toda la tarde hablando hasta que supimos todo el uno del otro, yo confesé incluso las cosas mas vergonzosas que había echo en mi vida, él hizo lo propio y nos reímos juntos. Cuando volvimos a mi casa me dio un beso corto, como el primero,que me hizo sentir un cosquilleo, pero no me pareció suficiente a si que lo acerqué a mi y le di un beso de verdad, de los de película, hasta que ambos nos quedamos sin aire. A partir de entonces quedábamos prácticamente todos los días, estaba muy feliz, hasta que un día...-hago una pausa y encojo las rodillas apoyando la barbilla en ellas-Un día me llamó. Me dijo que teníamos que hablar y me asusté muchísimo, llegué al lugar en el que habíamos quedado al borde de las lágrimas. Él en cambio llegó con una rosa en la mano y se me confesó, me dijo que le gustaba y que quería ser mi novio. Yo me eché a llorar y el que se asustó entonces fue él. Me pidió perdón, me dijo que no debería haberlo echo, que no hacía falta que le volviera ver... Lo callé con un beso y se lo expliqué.

-Tonto, ¿cómo pudiste pensar que iba a dejarte?-me dijo.

-Y yo empecé a reír de pura felicidad. Estuvimos un año juntos, un año maravilloso en el que cada día me enamoraba más de él...

¡¡TACHAN!! Aquí está como se conocieron Antoine y Lucas. Love is in the air...
Pero aun falta un poco. Paciencia jóvenes padawans...


Quiero estar soloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora