𝘺𝘰𝘶𝘳 𝘣𝘳𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳...

I understand

Piensa, piensa

Supongo que todos cometemos errores y de ellos aprendemos, ya sean buenos o malos. Y ante un error con alguna persona que quieres mucho, ¿Cuál es la mejor manera de arreglarlo?
Hablar las cosas sin tocar temas delicados y utilizar las palabras correctas.

Cristopher se encontraba pensando en las palabras adecuadas para decirle a su hermana sobre Seungmin, no quería estar peleado con ella y mucho menos eso, pues eran hermanos después de todo y en algún momento se necesitarían más que cualquier cosa.

Quería solucionar todo con ella, porque aunque siempre se molestaran o discutieran se amaban desde chiquitos, eran simplemente cosas de hermanos, no quería perder esa cercanía que tenía con su hermanita menor.

Aunque la situación fuera muy complicada, tenía esperanzas de que todo se solucionara. También debía hablar con el pelinegro pues desde aquella discusión, por más que se arreglaron se habían distanciado demás.

Ésto dolía para ambos, Chan, Seungmin. Y Sana, que era la que más había sufrido todo éste tiempo, en menor parte por Seungmin que nunca le dejó claro su amistad.

Ella vivía creyendo que él sentía algo mucho más grande por sus tratos y apodos, pero no; y por la otra parte, era culpa de la chica ya que se había ilusionado por si misma sin que Seungmin diera indicaciones a posibles sentimientos.

Y claro, el día de la pijamada se dieron un beso, eso hizo creer a Sana posibles sentimientos o una posible relación.

Más allá de ésto, Chan se encontraba esperando en la sala por su hermana, se suponía que llegaría en unos minutos, así que simplemente esperó por ello.

Sus padres no sabían nada de lo sucedido con los tres chicos, ya que los dos hermanos en algunas ocasiones fingieron llevarse bien para que sus padres no sospecharan o se preocuparan por una posible pelea.

Un rechinar en la puerta se escuchó haciendo voltear rápidamente al rubio que se encontraba muy tenso por todo aún pensando que diría.

Una chica esbelta de cabello castaño entró por aquella puerta, era Sana quien llegaba del colegio. La chica miró hacía la sala viendo a Chan viéndola con una sonrisa.

La menor solo se limitó a sonreírle, pues era su hermano y aún lo quería mucho, antes que cualquier cosa.
El chico se levantó del sofá pegando sus muslos con las manos y dando media vuelta para dirigirse a Sana.

La chica lucía algo confundida por la acción de su hermano, que se notaba su nerviosismo a kilómetros, pero se quedó para saber que pasaba o quería.

Chan llegó frente a su hermana poniéndose frente a ella, Sana aún lucía con una ceja levantada esperando rotundamente alguna palabra.

Christopher tenía miedo, sabía que tal vez se arreglarían pero el sobrepensar mucho lo estaba devorando poco a poco.
Tomó aire y soltó un suspiro largo, mientras pasaba su mano por la nuca.

- Sana — habló por fin con valor el rubio.

- Dime, Chan — dijo con un tono tierno pero a la vez sería.

- Quería hablar contigo — la chica cruzó los brazos, claramente era obvio de qué, pero aún así asintió para escucharlo — Bien, sé que tal vez estuve mal en ocultarte todo.

Sana simplemente suspiró profundamente mientras su mirada seguía en Chan quien pensaba.

- Pero eres mi hermana y el estar así me pone mal, muy mal; soy un terrible hermano y lo sé, pero por favor perdóname. — el rubio miró a su hermana con una sonrisa ladina decaída.