3

425 28 2
                                    

Luna

Los chicos salieron al campo con bastante seguridad, jugaron muy bien, en el minuto 42 nos metieron pero en el descuento de la primera parte Carrasco metió el gol que nos ponía empate.

En el descanso mi padre les dio una charla, entre ánimos y metiéndoles caña, cuando quedaban seis minutos terminó su charla y los chicos empezaron a hablar.

-Lo estáis haciendo genial- sonreí mirando a los canteranos

-Bueno, creo que podríamos hacerlo mejor- dijo un chico pelinegro, Carlos

-Siempre se puede hacer mejor, eso no quita que lo estéis haciendo genial- sonreí

-Tienes razón, pero siempre gusta hacerlo mejor aun- dijo uno rubio

-Pablo ¿Verdad?

-Si- sonrió

-Tu también tienes razón pero tenéis, ¿20 años? Sois jóvenes

-¿Nos llamas viejos?- se rió el otro moreno, Alber

-¿Tan mayores parecemos?- sonrió Carlos

-No se si tomarlo como cumplido o como insulto- se rió Pablo

-No quería decir eso- me reí-

-Ya claro- se rió Alber

Estuve hablando un poco más con ellos hasta que tuvieron que volver al campo.

-Papa- dije poniéndome a su lado- ¿Crees que ganaremos?

-Seguro que si- dijo pasándome una mano por los hombros- Esta bien que hables con los canteranos, son más de tu edad

-Son majos- sonreí

No dijo nada, sonrió y me quito el brazo de los hombros.

En el minuto 75 mi padre empezó a ponerse nervioso al ver que no metíamos otro gol.

-¡Vamos! ¡Vamos!- dijo agitando las manos

-¡Pablo!- grite poniéndome a su lado- ¡Vete por la derecha! ¡Al hueco!

Grite al ver que si hacía eso tenía posibilidad de gol.
Y justo como pensé, se desmarco por la derecha y busco el hueco, consiguió el gol.

-¡SI, SI!- Salte y abracé a mi padre

Pablo corrió hacia uno de los corners besándose la muñeca y haciendo un símbolo que parecía de roquero, con los demás chicos detras.
Después cuando volvían a sus posiciones pasó cerca nuestra, sonrió y me guiño un ojo.

En el 91 Carrasco metió el tercer gol y cuando sonó el pitido que marcaba el final del partido mi padre se despidió del entrenador del Arenteiro y corrió a los vestuarios. Yo esperé a los chicos para felicitarles.

-Enhorabuena Angelito- sonreí

-Gracias morocha- sonrió

-¡Grizzy!- sonreí, me acerque a él y chocamos las manos- Felicidades

-A ti también, al fin y al cabo también has ordenado cosas- sonrió

-Que voy a decir, soy mandona- me reí

Entre al vestuario con Koke, Morata y Carrasco hablando de las jugadas que habían hecho, me senté en uno de los bancos enfrente de los demás.

-Hombre, nuestra míster- se rió Carlos entrando al vestuario

-Ja, ja- me reí falsamente- solo ayudaba

-Y tanto, Pablo ha marcado gracias a ti- dijo Lemar

-No, solo le dije que se fuese al hueco- sonreí

INEFABLE- [Pablo Barrios]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora