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Y mientras Ten giraba en la esquina de la calle y desaparecía, Taeyong corría rumbo a una tienda tegnológica de letretos azules para preguntar si alguien había ido a dejar allí un teléfono perdido, pero no consiguió lo que buscaba

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Y mientras Ten giraba en la esquina de la calle y desaparecía, Taeyong corría rumbo a una tienda tegnológica de letretos azules para preguntar si alguien había ido a dejar allí un teléfono perdido, pero no consiguió lo que buscaba.

Salió del lugar sin rumbo. Sus ojos ardían y su cabeza dolía debido a la falta de descanso que había tenido la noche anterior; de aquella tal preocupación frustrante nadie lograba librarse tan rápido como para lograr conciciliar el sueño y quedarse dormido profundamente así como así.

Cuando estuvo en la esquina, volvió a rastrear el teléfono de su trabajo percatándose de que este parecía ir rumbo al CIY, así que no perdió tiempo y tomó un autobús que lo dejara cerca a su colegio.

Al llegar al mismo e ingresar, todos parecían sospechosos. Taeyong se sentía desnudo, sentía que todos le miraban con desaprovación como si se hubiesen enterado de a lo que él se dedicaba, y en repetidas ocaciones miraba a sus espaldas, a la espera de que algún oficial de policía se estuviera acercando con un par de esposas en mano.

Se estaba volviendo loco, sentía que todas las miradas en aquel pasillo estaban encima de él y que la gente cuchicheaba los mensajes que se enviaba con clientes y con las chicas que trabajaba, entonces corrió a los baños para echarse un poco de agua fría en el rostro y lograr calmarse, para así, rastrear una vez más el dispositivo y bingo, efectivamente la ubicación del teléfono negro marcaba su colegio. Ahora sólo quedaba buscar entre los miles de estudiantes y dar con quien tenía el dispositivo, lo cual no sería imposible ya que sabía que el GPS, al detectar el teléfono cerca, comenzaría a vibrar y eso le daría algunas señales sobre su paradero.

Sintió un fresquito al saber que al menos había dado con la ubicación del dispositivo, aún así, no bajó la guardia, y con su teléfono personal en mano, partió rumbo hacia su salón de clases, llegando a interrumpir la clase de ética que ya había comenzado y tras disculparse ofreciendo una leve reverencia se fue a sentar.

Entre el discurso del profesor, Taeyong aprovechaba para examinar a cada uno de sus compañeros tratando de encontrar al sospechoso, pero todos parecían tener poco o nada que ver con su problemita: también notó que Yerim había regresado a clases como si nada, y esta compartía risitas y miradas tontas con su novio como si nada le hubiese sucedido; era más que obvio que Johnny no tenía idea alguna sobre a qué se dedicaba su novia.

Siguiendo el recorrido con su mirada hasta la parte trasera del salón, se percató de que Ten no estaba en la clase, por lo que pasaba a ser el principal sospechoso de la desaparición de su teléfono. Pero, ¿Qué sentido tendría que una persona como Ten se interesara por algo así?

A la siguiente hora de clases Ten apareció. Había estado en la oficina del señor Park, tumbado en el sofá azul y revisando más y más cosas del teléfono del trabajo de Taeyong, y no fue si no hasta que el señor Park lo atrapó saltándose la clase de ética que tuvo que subir a su salón de clases para continuar con su asignatura de economía.

수업 extracurricular | TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora