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Afuera hacía un clima agradable

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Afuera hacía un clima agradable. Eran las seis de la tarde con algunos minutos de más pero los suficientes como para permitirles apreciar unas cuantas nubes naranjas aún.

Tae y Ten se juntaron con el resto de estudiantes que aún caminaban hacia las afueras del colegio y mientras discutían el lugar a donde irían a estudiar, hablar del trabajo y pasar el rato, cruzaron la salida del edificio y la expresión facial del pelinegro cambió súbitamente al ver un auto de marca completamente negro estacionado al otro lado de la calle.

El coreano, quien se había retirado la chaqueta del uniforme quedando ahora apenas con la camiseta blanca a botones y la corbata color vino, siguió la mirada de su compañero sin lograr comprender lo que sucedía.

—¿Pasa algo? —cuestionó notando que les hacían señales con las luces del auto.

—¿Me esperas aquí un segundo? —pidió Ten pausadamente y cruzó la calle acercándose al vehículo, viendo como la ventanilla era bajada rápidamente hasta la mitad revelando el rostro de su casi encantadora madre.

—Mamá... Pensé que estarías en el trabajo —Ten finjió una sonrisa —¿Qué haces aquí?

—Tuve que regresar a casa por unos documentos y me tomé un momento para pasar por mi hijo ya que nunca lo hago —respondió Heejin e inmediatamente fijó su mirada en el castaño de cabellera algo desordenada quien esperaba al otro lado de la calle —¿Quién es el muchacho?

—... Un compañero de clases.

—Házlo acercarse para conocerlo —ordenó la mujer de cabellera atada en una coleta elegante, pendientes de oro y un conjunto de falta y chaleco blanco con acabados dorados.

Ten cerró los ojos y apretó con fuerza relamiéndose los labios.

—¿Para qué lo necesitas? Estamos algo apurados, nos reuniremos para estudiar. Tenemos muchos exámenes el viernes.

—¿Irán con más amigos? Puedo llevarlos sin problema —dijo la mujer dedicándole una mirada a su hijo, la cual le hizo saber que debía obedecer y así fue.

El tailandés se dió la media vuelta y llamó al castaño con señas, quien sin mucho problema pasó la calle y se acercó al auto oyendo cómo la mujer les indicaba a ambos entrar, así que él lo hizo en la parte trasera y Ten en el asiento del copiloto.

Apenas las puertas del auto se cerraron, ambos pudieron sentir la presión y la falta de oxígeno que había allí adentro. Se quedaron en silencio esperando que la mujer hablara y tras oírla soltar un suave y corto suspiro, Taeyong levantó la mirada enterándose que está ya le veía a través del espejo del auto.

—¿Cómo te llamas? —preguntó con tono de voz sereno.

—Lee Taeyong.

Heejin asintió brevemente.

수업 extracurricular | TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora