🎀Los habitantes de aquel pequeño pueblo miraban con temor el carruaje que pasaba por las calles, no era común ver uno de esos en esa parte del pueblo.
No lo decían por los ostentosos adornos de oro que traía, ni tampoco la fina madera con la que fue construido.
No era específicamente el carruaje en lo que se centraban, era más bien por el propietario de ese mismo.
Todos sabían que esa familia nunca pasaba por la parte baja de su pueblo por la simple razón que los de la alta sociedad nunca se mezclaban con ellos, debían mantener la jerarquía impuesta con respecto a su estatus social.
El pelinegro mantenía su mirada serena observando a cada individuo que le miraba pasar con los ojos totalmente perdidos y temerosos. Deducio que tal vez no querían generar ningún altercado, ya que la mayoría no le ejercía un contacto visual mayor a un segundo.
Ellos no tienen el derecho de verle directamente a los ojos al ser inferior que el en todo ámbito, eso solo les traería un castigo consigo o incluso ir a prisión por aquella falta de respeto, por lo que a medida que avanzaban los habitantes se alejaban para darles espacio con su mirada en el suelo sin intención de mirar más alla, otros simplemente hacían reverencias exageradas hacia su persona.
Jungkook tenso su mandíbula al ver aquellos comportamientos, la inconformidad era evidente en su rostro.
Así que simplemente cerró la fina y elegante cortina de la pequeña ventana rehusandose a seguir presenciando aquellos actos mientras se servía un vaso de whisky para tratar de despejar su mente, si cometía un error podía costarle la vida así que simplemente cerro sus ojos dispuesto a descansar un rato.
🎀
Unos leves toques en la puerta lo despertaron de su leve sueño.
—Ya hemos llegado, señor Kang. —Informa Christopher, el cochero a su servicio.
El pelinegro da un fuerte suspiro mientras acomodaba su traje el cual se encontraba un poco arrugado y se dispone a salir.
Sabia que en donde se hospedaba la alta sociedad era un lugar pulcro y con exageradas adquisiciones, además de resaltar que su código de vestimenta consistía en prendas y joyas extravagantes que solo demostraba que vivían de opiniones y apariencias. Sin embargo, no pudo sentirse tan incrédulo al ver la bienvenida que le tenían preparada.
Pues había venido el mismo arzobispo del corregimiento a recibirlo con sus elegantes túnicas y un aura de pulcritud externa, además de su masiva seguridad que el pelinegro veía totalmente ridículo. Se suponía que todo este terreno era suyo, porque tener tanta desconfianza...
—Le deseo una gran bienvenida en nombre del todo poderoso, que bueno es tenerlo aquí, señor Kang. Espero el viaje no haya sido tedioso. —dice con una sonrisa y la genuina amabilidad y serenidad en su voz.
El pelinegro quiso reírse ahí mismo, el papel que hacia le quedaba genial. A ojos de otra persona ajena, se veía como una persona correcta y con modales modestos incapaz de hacer algo que conllevase algún castigo divino, pero el derribaba toda esa barrera de santidad que emanaba el arzobispo, el veía más allá y solo veía la perversión personificada.
—Es un gusto para mi ser recibido por su presencia, no me esperaba que se tomará la molestia en recibirme, mi excelencia. —hace una reverencia. —No espero sonar grosero, pero esperaba deleitarme también con la presencia del señor Dankworth también.
Jungkook juro ver un brillo de arrogancia cruzar los orbes del arzobispo al ser llamado por el de esa manera, tenía un punto a su favor.
—Lamento la incertidumbre que le ocasiona no ser recibido por el señor Dankworth. Pero esta mañana le surgió un sunto inesperado que atender. —Explicó. — El día de mañana sin falta ira a verlo y dialogar de sus respectivos negocios.
El pelinegro dio un asentamiento mientras disimulaba la creciente ansiedad surgir en el. Lo inesperado resultaba en problemas y significaba un cambio de planes imprevistos, y el esperaba encontrarse con aquel sujeto.
—No se preocupe entiendo perfectamente.
Jungkook le dio una media sonrisa mientras sentía que el ambiente se tornaba un poco incómodo por la insistente mirada del arzobispo sobre el, parecía querer penetrar sus entrañas y querer examinar cada parte de el incluso la más diminuta.
Al parecer no era el único en querer descubrir el enigma que tenía enfrente.
El sonido de las campanas de la iglesia emergió aturdiendo sus sentidos en un instante. Al parecer olvido el pequeño pero a la vez, gran detalle que pasó por alto. Pues se quedaría en las instalaciones de la iglesia mientras conseguían un lugar más apropiado para el.
Era totalmente peligroso hacer investigaciones allí, podían descubrirlo. Pero a quien engañaba, el venía con todo.
—Ese es mi llamado, tengo que irme. —Anuncia. —La palabra del todopoderoso tiene que ser escuchada. Espero que su estadía aquí sea lo suficientemente grata para usted, señor Kang.
El arzobispo se acerca a jungkook y alza su mano esperando que este último la estreche, cosa que el pelinegro no dudó en hacerlo.
—En el futuro se que seremos grandes socios, pues una parte de la financiación de su proyecto es del clero. —resalta, cosa que Jungkook no esperaba. —Puede llamarme Albert.
El pelinegro asiente totalmente aturdido por la nueva información e intenta dar una sonrisa mientras ve al arzobispo irse con todo su equipo de seguridad.
Al tenerlos fuera de vista, pudo volver a su rostro ilegible, su enojo interior crecía. El clero había invertido en el proyecto que venía a realizar y el no estaba enterado de absolutamente nada. Tenía que resolverlo lo más pronto posible o su plan estaba totalmente jodido.
Saco de su bolsillo una pequeña fotografía de una bella mujer castaña con un bebé en brazos y con sonrisa característica para darse ánimos y hacer olvidar su enojo por un momento, el era una persona muy explosiva, cualquier paso en falso y era hombre muerto.
Después de todo estaba aquí por ella, todo esto lo hacía por ella, por todo el daño causado.
Quería ver toda una nación caer junto con sus creencias.
🎀
Mi excelencia: apodó utilizado para los arzobispos.
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CROSS ✾ 𝙹𝚎𝚘𝚗 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔
Fanfiction-🍒 𝙲𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚕 𝚓𝚞𝚒𝚌𝚒𝚘 𝚏𝚒𝚗𝚊𝚕 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚞𝚎, 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚜𝚊𝚋𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚘𝚜 𝚖𝚒𝚜𝚖í𝚜𝚒𝚖𝚘𝚜 𝚜𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚊𝚗𝚐𝚎𝚕𝚒𝚌𝚊𝚕𝚎𝚜 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚗 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚛 𝚊 𝚜𝚎𝚛 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚕𝚘𝚜 𝚍𝚎𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘𝚜... 𝙾 𝚝𝚊𝚕 𝚟�...