10. Defensor de causas

44 11 2
                                    

La casa de la abuela de Saiko era pequeña, pero bastante acogedora. No se soltó de mi brazo hasta que me tuvo sentada en el sofá de la sala y ella se sentó a mi lado sonriente un rato después. 

Saiko se notaba que era una chica muy agradable.

-Y dime, ¿Cómo lograste derretir el frio ser de Yuta y hacer que fueras importante para él? 

Me atoré con el té helado que me había ofrecido, ella sin embargo se rio por mi reacción. 

-Bueno, si con importante te refieres a que somos amigos, si, somos muy buenos amigos. 

Me miro entre cerrando sus ojos de forma un poco divertida 

-Hacerse amiga de Yuta no es fácil, lo intente por meses, hasta que una situación hizo que pudiera acercarme a el, antes era un idiota por eso es que lo llamo de esa manera- sonrió 

-¿Conoces a Yuta hace mucho tiempo?

Negó con su cabeza 

-No en realidad, lo había visto un par de veces antes cuando pasaba con su familia por el pueblo, pero no era muy agradable, sabes, era el típico chico rebelde del cual puedes enamorarte locamente pero termina rompiéndote el corazón porque no toma nada en serio- asentí-así era Yuta, se de primera mano como se ve un chico así- dijo mirando con un poco de diversión mezclada con nostalgia su barriguita- Yo no vivía con mis abuelos solo pasaba aquí los fines de semana, así que lo conocí de paso, su primera impresión fue realmente fastidiosa, en cambio su hermana era todo lo contrario a él, una chica alegre y muy amable a pesar de que solo me veía algunos fines de semana cuando pasaban por aquí, siempre me saludaba con tanto entusiasmo, como si nos conociéramos de años- sonrió tal vez recordándola

-Supe que murió hace un tiempo. 

Ella asintió 

-¿Yuta te hablo de ella?- negué, solo había mencionado que había muerto cuando había visto su foto de pequeños en la sala de su casa-  Es entendible, no es un tema fácil para el, la razón por la que llegamos a ser amigos fue porque el comenzó a vivir en la villa cercana al pueblo y  se hizo amigo de mi abuela al compartir primero con ella parte de la cosecha de sus fresas. La razón de que comenzara a vivir allí, en esa casa, solo, fue la muerte de su hermana. 

Yuta nunca habla de ella, pero ese día cuando me respondió de forma seca que había muerto, supe que no era un tema fácil para el del cual no quisiera hablar.

-Cuando empezó a venir casi todos los días con mi abuela, supe que algo en el había cambiado, ya no tenia esa mirada arrogante, que pasaba de largo a todos y a todo, se notaba como decirlo, "Mas humano", comenzó a ayudar a todos en el pueblo y los ancianos de aquí comenzaron a quererlo mucho a pesar de que rara vez hablaba, era como un zombie de buen corazón que no decía mucho pero si actuaba.

Sonreí,  no había visto otro lado de Yuta que no fuera ese. El de tener un corazón compasivo.

-Le seguí diciendo idiota porque a pesar de que era amable no podía acercarme a él, ya sabes ser amigos, por eso me sorprendió que fueras su amiga, por lo que sé, el no acepta a gente a su alrededor tan fácilmente. 

-Bueno, pero tu al final pudiste ser su amiga, ¿No? eso quiere decir que no es imposible 

Ella rio y yo igual 

-Bueno, es que no le quedó de otra, lo que dije antes de proteger a una chica de diecisiete años embarazada, era en serio. Yuta y yo finalmente nos acercamos cuando me defendió de mi ex novio abusivo, que vino a buscarme para que abortara, el vio todo y aunque se llevo una paliza, logro hacer que el estúpido de mi ex se fuera y nunca volviera a buscarme.

Me miro pero con mas seriedad esta vez.

-Yuta ayudaba a todos Jana, creo que fue su forma de lidiar con su duelo. 

"Yuta ayuda a todos" Sus palabras hicieron clic y de repente muchos pensamientos confusos aparecieron en mi cabeza, me había preguntado tantas veces porque Yuta era tan amable conmigo, lo ha sido desde el inicio, aun cuando sin conocerme le pedí algo tan absurdo y extraño como tener sexo.

No me había cumplido ese deseo, pero era cierto que había hecho muchas cosas por mi, mas que cualquier persona. 

Y ahora sabía el porqué. 

Suspiré cayendo en cuenta de que me había estado quizás, formando una película en la cabeza, una que desde un inicio no debí si quiera contemplar, por el y por mi.

No había nada especial entre nosotros, salvo la causa de una chica que va a morir y un chico con un corazón hermoso que sintió pena por ella y la ayuda a cumplir sus deseos. 

-El ciertamente es increíble, como un defensor de las causas- hable tratando de no darle demasiada importancia a mi descubrimiento- También es mi caso, nos hicimos amigos porque me ayudo con un problema y nos volvimos cercanos, por eso somos amigos, así como contigo. 

-No lo sé, Yuta puede ser un poco distante y complicado pero siento que esto es diferente, puedo decirlo con solo verlos juntos por un par de minutos,  lo vi en la forma en que te mira, como te pregunto si querías acompañarlo o en su expresión cuando le dijiste que tuvieran cuidado, esa expresión de anhelo, puedo ser alguien joven con pésima suerte en el amor, pero estoy sensible por mi situación y pude sentirlo.

-Eso suena a una razón muy grande- me reí y ella hizo lo mismo 

Era una buena chica, dulce y extrovertida como las chicas de su edad, pero que estaba a punto de ser mamá. 

-Jana, ¿me ayudas a arreglar las fresas que trajeron? quisiera tener preparado jugo para mi abuela  y Yuta cuando lleguen ¿Te parece? 

-Claro- me tome el resto del té y me levante para ayudarle con la caja de fresas que habíamos dejado en el umbral de la entrada. 

-Yo la cargo hasta la mesa y las lavamos juntas 

Ella asintió para guiarme hacia la cocina, un pequeño espacio con lugar suficiente solo para nosotras dos, puse la caja en la mesa de afuera, mientras Saiko buscaba un bowl lo suficiente grande para lavar todas las fresas en las gavetas. 

El estruendo de algo golpeando el suelo me hizo correr hacia ella. 

Había soltado el gran bowl, y su expresión era de dolor mientras tocaba su barriga.

-¿Qué sientes, qué te duele?- pregunté más que alarmada. 

-Es una punzada muy fuerte, no había sentido algo así

De repente volvió a contorsionarse entre mis brazos.

-Llamare a Yuta, puede que sean contracciones

Lleve mi mano al bolsillo trasero de mis jeans donde había guardado mi teléfono, buscando inmediatamente su número.

-No es posible, se supone que - otra vez se encogió- debería ser la próxima semana.

-A veces sucede Saiko, los partos pueden adelantarse- el pitido de la llamada comenzó- Ya estoy buscando ayuda, no te preocupes por nada, estoy contigo.

Ella trato de sonreír pero otra contracción no la dejo hacerlo. 

La llamada no alcanzo a pitar tres veces cuando Yuta respondió.

-¿Ya me extrañas? O ¿Ya no aguantas a Saiko? Te entiendo puede ser un..-

-Yuta escúchame- lo interrumpí

- ¿Qué paso? ¿Te sientes mal?

- Yo no, Saiko parece tener contracciones.

-Vamos para allá.



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 18 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

100 DÍAS [Yuta] PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora