Capítulo 3: Un nuevo amigo...

252 10 1
                                    

Cerré la puerta y me recargué en ella. Sentí cómo las lágrimas mojaban mis mejillas, poco a poco fui quitándolas de en vano, ya que otras venían detrás. Tres golpes fuertes se escucharon en la puerta, haciendo que saltara del susto.

- La cena es a las 7:00 en punto.- Miré el rejo que estaba a un lado de mi cama y suspiré aliviada, faltaba una hora y media para las 7:00.

Me recosté en mi cama y traté de imaginarme las cosas buenas que podrían pasar mientras estuviera aquí. Tendría comida, un techo, una cama en dónde dormir tranquilamente y con suerte podría ver a Javier.

Me levanté de la cama y comencé a recorrer la recamara, no me había fijado del color de la pared, tenía tonos azules y verdes, amaba ese color. Una vida de mierda pero mis gustos en colores no son tan deprimentes. Mi cama era bastante grande, no había notado el color de las sábanas, un rosa pálido con blanco y las almohadas eran grises, terrible combinación. Caminé a la ventana y abrí las cortinas azul claro que la cubrían y noté la hermosa vista que tenía. Veía cómo el sol se iba poco a poco escondiendo entre las pocas montañas y las casas. Noté que tenía mi propio baño, lo cual era otra de las cosas buenas de estar aquí y no en la cárcel. Me recosté de nuevo en la cama, no sentí cómo ni cuándo, pero mis ojos se cerraron.

***

- ¡Rapunzel!- Mis ojos se abrieron, mi corazón estaba a mil por hora. El dueño de la casa, golpeaba una y otra vez la puerta. Miré a ver al reloj, las 7:58 pm. Me levanté de mi cama lo más rápido que pude y corrí hasta la puerta para abrirla. Miré su cara, estaba completamente rojo, se notaba el coraje que tenía en sus ojos.

- Lo siento. Me eh quedado dormida.- Agaché la mirada avergonzada.

- Yo ya eh comido, tu plato está servido en la mesa.- Levanté la mirada para hablar, pero me interrumpió dejándome con la boca abierta.- No puedes meter comida en tu habitación, esa otra de las reglas. Tampoco se duerme en el día, para eso está la noche para dormir.- Se quitó de la puerta y avanzó hasta el comedor, yo lo seguí ya que me estaba diciendo qué puedo hacer y qué no puedo hacer.- Aquí el desayuno es a las 8:00 am. Para ese entonces ya tienes que estar levantada y cambiada, no permito que estés en pijamas caminando por toda la casa. Los lunes, miércoles y viernes hay lonche, a las 12:00 y la comida es a las 3:30, la cena es más tarde, hay veces que es a las 8:00 o 9:00 depende de a qué horas llegue de trabajar. Los martes y jueves el desayuno es a las 8:00 la comida a las 2:00 y la cena a las 7:00.-

Vi la mesa y noté un plato grande lleno de brócoli, pollo y arroz. Me senté y tomé el tenedor que estaba a un lado del plato, cuidadosamente tomé un trozo de brócoli y lo metí en mi boca. Miré al tipo cuyo nombre había olvidado, y noté que ahora estaba sentado delante de mí.

- Eh leído tu historial...- Claro, quién no lo ha leído.- Y decía que tu madre quemó el departamento dónde solían vivir, y que se quemaron todas tu pertenecías. Así que necesito tu talla de pantalones o lo que sea que te guste usar, yo lo pagaré. Mañana iré al centro comercial y trataré de buscar algo para ti. Por ésta noche, puedes usar mi playera y ésos pantalones. Las reglas comienzan a partir de hoy a las 12:00 am.- Asentí. Tomé un trozo de pollo junto con arroz y lo metí a mi boca.

En realidad la cena estaba muy buena. Levanté la mirada y vi al tipo mirándome, mis nervios comenzaron a volverse locos, y mi hambre se convirtió en miedo.

- ¿No hablas mucho cierto?- Negué con la cabeza. Traté de seguir comiendo pero su mirada me estaba matando.

- Si gusta puede retirarse, yo recogeré mi plato y lo lavaré.- Hablé, mi voz era casi audible.

- No.- Se detuvo por un momento y bajó la mirada.- A mí no me gusta comer solo, así que no me gusta dejar a la gente comer sola.- Asentí. Era patético saber que a ambos no nos gustaba comer solos. Pero es bastante incomodo cuando tienes en frente a un tipo que no sabes ni siquiera su nombre.

RapunzelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora