Fragmentos parte 4

4 1 0
                                    

Susan


Me encantaba explicarles a mis amigos sobre las materias que no entendían, inclusive a mis padres cuando ellos tenían dudas sobre del por que tanto el cobro de las facturas de la casa ya sea la luz, agua, etc. La verdad no sabia que estudiar ya que me gustaba el dibujo y pensaba a meterme en animación, pero escuche rumores de que a la vez puede ser algo bueno si es que te gusta, pero lo malo de la animación es que en si consume mucho tiempo, también de que hay casos de que las mujeres son acosadas por hombres del estudio.


De tanto pensar decidí estudiar enseñanza o ser profesora debido a lo fácil para mi que es explicar las cosas, mis padres me apoyaron en mi carrera lo malo es que debía de irme de mi pueblo a la ciudad para cursar mi profesión, hubo momentos de que, si quería turar la toalla, pero llevaba años y se lo dejaba abandonada sentiría que gaste dinero a lo tonta por lo cual debida terminarlo sí o sí.


Parecía que nunca descansaba ya que trabajaba y estudiaba, cuando se trataba de proyectos tenia que faltar en el trabajo para terminar el proyecto en uno o dos días mínimo, ya ni hablar de los tesis, me quedaba en la universidad solo para hacer los trabajos en equipo ya que hubo trabajos que teníamos que hacerlos en físico en vez de computadora.


Tras varios meses y años de sufrimiento por fin pude conseguir mi maestría como profesora de biología, se que pude agarrar otras materias, pero sentí que biología se me hacía más fácil a la hora de explicar. En la graduación vinieron toda mi familia me puse tan contenta porque pensé que no iban a venir, al final del día nos tomamos una foto.


A medida que avanzaba el tiempo no me sentía feliz conmigo misma, algo faltaba en mi vida y no sabia que era, poco a poco me daba ataques de ansiedad sin saber del por qué, pero lo descubrí mientras daba mis clases de manera normal. Resulta que un niño que era callado se me acerco diciéndome


 -profe, ¿está usted bien?


Le conteste con un "si, por que lo dices"


al decir eso me dijo lo siguiente


-la mayoría de las veces que la veo, la siento decaída, hasta su voz se escucha triste


No sabia como contestarle, las palabras se me iban y solo le dije


-que tal si vas a jugar a fuera


Fue lo único que le pude decir, al terminar mi trabajo me subí a mi auto para irme, pero en medio camino el motor comenzó a fallar, rápidamente estacione el auto, comencé ver el problema en el motor y resulta que estaba algo dañado por los balones que les daban al jugar vóley Ball o al básquet Ball, frustrada me quede varada en la calle hasta que pedí un taxi.


En el camino iba todo normal hasta que el conductor puso seguro en las puertas y tomo un rumbo diferente, en mi mente pensé en todo lo peor, sabia que no tenia que desesperarme ya que si lo hago no tendré un plan del como huir. El conductor me miraba por el retrovisor mientras que yo estaba temblando por los nervios. Al llegar un callejón paro el carro comenzó quitarse el cinturón de seguridad, mi cuerpo comenzaba a sudar frio debido a su mirada perversa que traía consigo.


Se acerco donde yo estaba y rápidamente me abalancé con él, se sorprendió por que el entendía que quería acción, pero era todo lo contrario quite el seguro y sali corriendo pidiendo ayuda, fue inútil ya que era un pueblo abandonado hacia donde me trajo el taxista, el sol caí y lo único que pensé es esconderme, paso media hora escondiéndome entre los escombros de dicho pueblo.


El se harto de buscarme y se fue, yo solo pude ver el taxi yéndose a lo lejos, saqué mi teléfono para ver el mapa en donde estaba, no traía tanta batería ni tantos datos móviles, solo me guie por el camino que marcaba mi celular hasta que se apagó.


Ya estaba alejado del pueblo y volver ahí no es ninguna opción buena, deambule por un bosque que estaba cerca de la carretera, mire el cielo negro acompañado con estrellas mientras que una brisa algo helada golpeaba mi cuerpo, no sabia si era de madrugada o seguía siendo noche joven.


Los grillos cantaban al acorde de la hora, el ambiente oscuro me hizo dudar si estoy caminando correctamente, sentí que camine en círculos ya que había un árbol tallado con una letra "P", decidí ir donde estaba el árbol tallado adentrándome en lo profundo del bosque hasta encontrar un autobús escolar abandonado, no tenia mas opciones y entre, su estado era polvoriento con algunas telarañas que adornaban el lugar, pero en sí podría decirse que estaba algo cómoda ya que no hacia tanto frio.


Pasaban los días, yo solo dormía ya que no sabia que hacer, no quería que volviera a pasar esa experiencia horrible con el taxista por lo cual me quede en el camión, solo pude alimentarme de bayas y manzanas que había por el lugar, lo que me mantenía en calma era el cantar de los pájaros.


Mis energías ya eran nulas dándome entender que en cualquier momento podría morir, mi olor se hacia presente por la falta de higiene personal, el sueño me invadía en todo momento, tanto fue que no salía para buscar comida, solo dormía y dormía sin la esperanza de vivir ya que estaba hundida en mi miseria.


Una noche como cualquier otra me había levantado, escuche como los carros pasaban, hasta que escuche como la tierra se movía ya que alguien se había caído, no supe si pararme o quedarme acostada un rato más.


Escuche la voz de una chica pidiendo ayuda a alguien, con cautela me paro para ver en la ventana, observando un chico con un revolver apuntándose en si mismo, una voz interrumpió al chicho asustándolo con su navaja rosándole la espalda.


A este punto me gano la desesperación y me agite, comencé a buscar en el camio algo para atacar al hombre, escuchaba su respiración y pasos.


Al ver que no tenía absolutamente nada decidí salir a la fuerza asustándolo con mi voz a todos


 - ¡Lárguense!


Fue todo lo que pude hacer, logré mi objetivo de asustar el hombre cayendo al suelo junto con su navaja.


Alce mi cabeza para ver a todos los presentes, no sabia que hacer ya que eran personas desconocidas, sin saber escuche unos pequeños pasos que venían de lo mas profundo del bosque acompañado con una linterna en mano iluminando el camino.


Esa sensación se hacia presente en todos, el ambiente se ponía mas tenso, hasta que el individuo se dejo ver y es un niño.


me puse a pensar de como un niño nos habia encontrado y mas si se trataba de un bosque frondoso, con su voz un poco preocupado y asustado invadio la zona 


¿Q-q-quieren m-mi a-a-ayuda?









Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 18, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Uno Que Otro CuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora