Antes...

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Muchas personas buscan a una persona con la encajar para construir un futuro a su lado, incluso así no logran encontrar a aquella, o cuando creen encontrarla se dan cuenta de que no era la indicada. Jimmy siempre fue una persona muy creyente de que algún día encontraría a una linda pareja con la que formalizar y crear un hogar cálido.

Junto a su amigo se abrieron paso por el mundo de los negocios alimenticios, desde su primer año de universidad empezaron ese camino tan lleno de baches.

Pero a sus veinticuatro años ambos estaban más alto de lo que alguna vez podrían pensar en estar. Su marca empezaba a salir del continente americano, era algo que enorgullecía a los dos, con su lugar ganado en el sector de los negocios, por supuesto que en el camino conocieron a gente de las altas esferas.

Conocieron a gente influyente en todo tipo de campos, trabaron amistad con varios peones importantes en ese mundillo.

Entre ellos, Jimmy conoció al fundador de cyberlife —un hombre exentico en su opinión— le tenía el debido respeto por su inteligencia, hubiera esperado que fuera un cerebrito con gafas dado que fue el que creó a los primeros androides inteligentes, por así decirlo, pero apenas los presentaron de forma oficial sus conceptos cambiaron.

Aun así, era un hombre con un alto estilo daba la impresión de haber salido de algún tipo de película, por muy distinto que fuera de Jimmy consiguieron entablar una amistad, estaban lejos de ser demasiado cercanos, pero la convivencia era lo suficiente buena para mantener charlas casuales en eventos.

Uno de esos eventos fue justo la boda del mejor amigo —y socio— de Jimmy, Chris. Su boda fue emotiva por todos los sentimientos involucrados, era seguro uno de los días más felices para los dos nuevos esposos.

Jimmy miró un buen tiempo a la feliz pareja, con un poco de envidia, nada más allá de lo sano. Le hubiera gustado encontrar a alguien al igual que Chris encontró a Katie, su suerte en el amor era un poco escasa, mientras más se movía por ese mundo se convertía en una tarea más compleja conseguir a alguien con quien hacer su proyecto de vida.

— ¿Todo bien? —preguntó Kamski al ver al joven tan perdido— parece que los vas a taladrar con la mirada.

— Oh, sí, todo bien— aseguró Jimmy al separar la mirada de la pareja—, sólo quería disfrutar de la felicidad.

— Ya veo... ¿has pensado en casarte?

El tono tan suspicaz del gran hombre le hizo saber que tenía una teoría en mente. Y Jimmy tuvo el presentimiento de que estaba en lo correcto.

— Sí, me gustaría casarme cuando encuentre a la persona correcta.

— Puff, no entiendo porque tanto alboroto por casarse, estar atado a otra persona para toda la vida, de sólo pensarlo... — dijo Kamski, mientras temblaba, como si un calosfrío recorriera su espina dorsal.

— Supongo que no todos estamos hechos para la vida en pareja— dijo Jimmy con un tono tranquilo.

— Los androides son mejor compañía, no se quejan y cumplen con su misión.

Jimmy tuvo el terrible pensamiento de la existencia de los androides sexuales, prefería no pensar o cuestionar la vida sexual del genio. En su lugar, le dio un trago a su copa de Romanée Conti, le daba sorbos lentos porque a pesar de la capital que poseía aún le dolía tomar algo tan caro.

— ¿Tú tienes un androide en casa? —preguntó Kamski.

— No, para serte sincero no tengo ninguno.

— ¿Y eso por qué? Casi todo el mundo tiene uno, hasta Chris tiene uno.

— No lo sé, se ven tan reales que me daría un poco de pena tenerlo en casa para las tareas domésticas.

Heavy Blue [ JimmyxKarl ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora