Esque tu si lo vales.
Entre a casa y no había señales de vida en ella por lo cual significaba que Jhon aún estaba en su jornada de trabajo y mama...Bueno, gracias a la persona que me seguía por detrás actuando como si fuera mi papa, sabía que mama muy probablemente estaría en su habitación, quizás arreglándose para salir con Stan como normalmente solía pasar cada jueves para luego desaparecer todo el fin de semana.
Honestamente no me molestaba, con tal de que mama no estuviese en casa por mi estaba muy bien.
Supongo que era la única cosa que le debí agradecer a Stan:
Ser una completa distracción para mama.
Claro que esto tenía sus cosas negativas, como por ejemplo, que su hobbie favorito era irrumpir en la vida de los demás.
Llegue hasta la cocina comenzando mi búsqueda de alimentos pero solo habían unas galletas que ni siquiera eran de mi agrado y mi triste y solitario té helado en el refrigerador, ¡Ah! Y un guardaespaldas por detrás.
No, él no era un guardaespaldas. Ellos no solían hablar y Stan no dejaba de decir no sé que cosas sin parar.
-¿Dónde te habías metido Aidah?
--No te interesa.
-Claro que me interesa porque me importas.
-Escucha, que estés saliendo con mamá no significa que tengas que fingir interés en mí.
-Cariño ya...
-¡Aidah! -corregí molesta.
-Aidah, ya hemos tenido está conversación una y otra vez.
-Lo sé y quedamos en que, mientras siguieras pagando todos los servicios de esta casa, podrías quedarte a dormir aquí el tiempo que quisieras.
Que cortes, Aidah.
Salí de la cocina y subí las escaleras dejando a Stan ahí hablando, creí que me seguiría, sin embargo al girarme para cerrar la puerta de mi habitación no había alguien.
Está bien, talvez no se merecía que lo tratara así, el era buena persona pero tomaba un papel que a él no le correspondía, por alguna razón eso me enfurecía y era imposible ser cortéz.
Papá debería estar aquí, conmigo y no Stan intentando ser parte de mi vida.
No era justo que papá tuviera problemas con mamá y al final olvidada que tenía dos hijos.
Despues de todo supongo que al final nunca me quiso encerio.
Mi gatita comenzó a enterrar sus uñas en las medias que tenía puestas, ya que no acostumbraba a utilizar pantalones, siempre eran faldas o vestdos.
Por un pequeño instante olvide todo lo que había pasado durante todo el día cuando me recibió Meezly emocionada de inmediato, intentando subir a mis brazos.
Suelen decir que los gatos son uno de los animales más tranquilos pero si conocieran a mi gatita, se darían cuenta que era un pequeño torbellino que habitaba en una gran jaula como mi habitación.
Una jaula con todo lo que necesitaba; su cómoda y amplia cama gris aunque ella acostumbraba dormir enrollada en mis piernas. También estaba su comida y algunos juguetes que ya no utilizaba, seguía pensando que hacía falta un enorme rascador para que terminara de ser feliz.
Era mi segunda meta; la primera era ser la protagonista de la próxima obra de Will.
Me recargue en la puerta y me deje caer sobre ella hasta llegar a la alfombra gris del suelo, sentandome sobre mis piernas para que Meezly pudiera acostarse sobre ellas.
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Eres Tú (+18)
Ficção AdolescenteHay cosas que no te matan, pero te hacen desear estar muerto. Ella respiraba, sentía, veía y todas aquellas cosas que hacemos cuando vivimos, pero la diferencia era que ella solo existía. Siempre se sintió sin vida hasta que llego un ancla. Esto s...