8 | FINAL

553 50 62
                                    

Mientras Foei anhela caer en los dulces brazos de la muerte con gracia, los minutos son contados y First se lo piensa. Mantiene el arma justo en el centro donde si dispara no sólo atravesará el cerebro del cuncuñado sino que dividirá el mismo en dos como alguna carne lanzada al carnicero. Es una muerte rápida e indolora, afable incluso. Los rayos del sol los iluminan en su más alto resplandor y un céfiro canta por alrededor. Como si la vida misma supiera de esta tragedia y contribuyese un homenaje al humano.

Todo humano bajo los términos "humilde, cascarrabias, inocente" merecen ser honrados pues sólo Dios sabe qué cosas atravesaron para actuar de la manera en que lo hacían.

Entre lágrimas, First prolonga el apunte con el arma a propósito. Luego de cuatro segundos más, recula el arma extrañando al cuncuñado quién abre un solo ojo, para con este ladear la pupila de lado a lado y abre el segundo. -N--No entiendo, ¿Qué está pasando?

-Han pasado cinco minutos. En ninguno te has transformado, Foei, creo que eres inmune a la infección.

-¿Inmune? ¿Alguien como yo?

-La inmunidad no depende de la personalidad.

-Oh. - Comprende Foei asintiendo pares de veces hasta caer en cuenta: -Espera. Me acabas de hacer un insulto indirecto, ¿no?

Todos alrededor ríen un poco y First se lanza a abrazarlo con más que afecto. -Pensé que te perdería... Que perdería a otro de mi familia. - Así de tanto entró Foei en su corazón que el mismo cuncuñado se conmovió pues a pesar de estar lúcido respecto al amor del menor jamás pensó serle "familia". Ser nombrado así le cristaliza los ojos. Un pequeño destello rueda por el párpado antes de desaparecer.

-Aquí estoy, First. No me iré a ningún lado. - El otro le regresa el abrazo sincero.

-Ahora vamos, debemos salvar a tus hijos y esposa. - Comenta First al retroceder, rodea sus hombros con uno de los brazos del cuncuñado entonces ascienden. Las chicas imitan el movimiento solo que sosteniendo la frisa para no dejar nada al descubierto excepto sus hombros e inevitablemente sus piernas. Todos en este almacén tienen un aspecto perlado dado el sudor en sus cuerpos.

-Creo que no tenemos dónde irnos. - Opina el de la gorra, agotado.

-¿Seguro? Mi motora no opina lo mismo. - Khaotung apunta a la derecha, todos giran sobre sus hombros, pero no ven nada y vuelven a mirarlo confundidos. Él mismo tartamudea sin vocales por hablar sin pensar. -Lo siento, me refiero afuera. - Corrige indicando con la cabeza la salida y se adelanta para que todos lo sigan.

Al rodear el almacén, ven una motocicleta roja estacionada al lado de tal. Ninguno puede contenerse de hacer "O"s impresionados casi sonrientes. First se mira con Khaotung y el moreno saca unas llaves tintineantes del bolsillo. Las hace saltar antes de apresarlas en un puño. -Subamos.

-Pero nosotras no cabemos. - Opina con miedo una de las chicas.

First las mira entonces saca su teléfono como mejor puede. -Chicas, les llamaré un taxi, si lo ven sospechoso por nada del mundo se monten, ¿okay?

-Gracias. - Janhae se muestra toda sincera en una sonrisa labial.

----

Khaotung los conduce a casa de Baifern a toda prisa y al celular de Foei entra una llamada. -¡Es mi esposa! Es mi esposa. - Se alegra de estar vivo para contestar. Al llevar su teléfono a un oído sonríe:

-¡Baifern! Mi cariño, ¿cómo estás? ¿Estás bien? ¿Ha ido un tipo extraño a la casa?

-¿Un tipo extraño--? ¿Qué? ¡Al que le tengo que hacer esas preguntas es a ti! ¡¿Por qué ustedes no han llegado?! Le pasó algo a mi hermano, ¿te hizo algo a ti? ¡He estado preocupada esperando desde la mañana que salieron!

✔| RABIA• FirstKhaotungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora