Volar

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Hinata Shoyo

Tal vez Washijo-san se equivocó, tal vez dijo que yo no sería nadie sin Kageyama, tal vez fue porque no conocía a Atsumu.

—Shoyo, algún día colocaré para ti.

Aparte de Tooru, era la primera vez que alguien se ofrecía a darme unos pases, la sensación era distinta, sé que pasan muchas cosas pero saber que hay más colocadores que podrían darme un pase de la manera en la que me gusta, se siente bien.

Pero, no podía olvidar la sensación de los bloqueos y recibimientos por parte del rematador.

—Oye...

—¿Qué? ¿Ahora qué hice? —Tsukishima estaba algo pensativo, obviamente esperó a que Tanaka-san saliera para mirarme fijamente.

—Kindaichi me contactó.

—¿Ah? ¿Por qué? ¿Qué hiciste?

—Más bien, ¿Qué hiciste tú?

—No he hecho nada, lo juro, he estado con ustedes.

—Llamó diciéndome que no me acercará a ti, que tenía suficiente con Oikawa —me sonrojé por ello y tuve la necesidad de hundirme en el agua —¿Por qué me llaman para decirme que tienes un alfa?

—Bueno yo..., es que...

—Es increíble, Hinata tiene un alfa, ¿No es genial Tsuki? 

—La verdad, creí que te emparejarías con Kageyama —lo miré por ello, sé porque lo decía, y fue por esa misma razón que todo empezó.

—Bueno..., mi lobo no lo eligió como mi mate, lo hizo como un amigo, Kageyama en cambio, no fue así, su lobo eligió a Hoshiumi-san como su cenit, ya mi...

—Como tu mate.

—Si.

—Debió ser difícil.

—Si, pero con mi lobo queriendo emparejarse con Tooru no fue tan complicado, así que está bien.

—Más te vale estar en forma mañana.

Reí por ello, Tsukishima se preocupa por todos a su manera, miré a Yamaguchi que me dio el visto bueno, y sólo podía pensar..., hacen una linda pareja, pero no lo son.

Al día siguiente cuando vi a Kenma, volví a sentir ese tirón, me molestaba pero se sentía bien.

Jugar contra ellos y anularme era increíble, lo mejor fue al final cuando pude saltar, uno muy alto. Y de tantos pases el balón cayó.

—Kenma...

—Puedes enlazarte conmigo si quieres.

—¿De verdad? 

—Si..., no hay problema Shoyo.

Sonreí por ello para lanzarme sobre mi nuevo lazo, me sentía bien, se sentía increíble, había hablado con Tooru todo el tiempo, quería saber si me vió, dijo que si, pero ahora que iba a jugar otra vez, tuve que despedirme, aunque no esperé que volviera a llamar, no tuve más opción que apagar mi celular.

Jugar contra Hoshiumi-san era increíble, y la sensación de saltar también era genial, podía ver el otro lado de la cancha sin problemas y los rematadores no podían alcanzarme.

Una sensación de victoria.

Pero, un choque llegó a mí, no quería... dejar el partido.

Y Kenma, estaba ahí para mí, ver a los chicos perder por tan poco, me hacía sentir culpable.

El omega de Oikawa - OiHina |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora