El omega de Oikawa - OiHina |Omegaverse|

Para siempre

La sensación de volar, no era la misma que cuando saltaba, esta era diferente.

Era más ligera y con más libertad.

Para un omega era un paso más para tener lo que siempre ha querido, para un alfa, un paso a lo que lo hace ser fuerte.

Shoyo nunca creyó que organizar una boda sea tan complicado, especialmente por la cantidad de personas preciadas que tenía en su corazón.

Para Tooru, nunca creyó que algo así lo divertiría, después de todo se ha estado preparando por un buen tiempo...

Las invitaciones, el lugar, la ceremonia, los invitados, la comida, el baile, los trajes, la decoración, los padrinos y madrinas de la boda, los anillos..., en fin.

—Shoyo, calma, ¿Sí? será paso por paso, ¿De acuerdo?

—Tooru...

—Está bien, deja me hago cargo de la mitad, ¿Sí?

—Te amo Tooru.

El alfa sonreía enternecido por su omega que se pegaba a él, aunque entendía el estrés por el cual su omega estaba pasando, agradecía que sus padres los ayudaran, también sus amigos, sin duda alguna era una gran noticia su boda.

Pero, era eso, un símbolo de unión que los definiría como esposos.

—Tooru..., todos se ven brillantes y bonitos.

—Vamos, debe haber uno que te guste Shoyo.

—Lo hay, éste —señaló el anillo que tenía una fina línea con diamantes.

—Ese será, señorita, por favor.

Una cosa menos a su lista pendiente de su boda.

—¿No puedo dejarle esto a Natsu? O incluso a Matsukawa-san, también Tendou-san.

—Supongo, pero hay alguien que hace algo rico, ¿Cómo era su nombre? ¿Ice?

—¿Nice-san?

—¡Ella! No sé, me gusta la comida de Brasil.

—Suena bien, la llamaré.

Otra de las cosas que tenían ventaja era la infinidad de amigos que su omega tenía, algo que era benéfico en ocasiones.

—Shoyo, ¿Qué tal esta?

—¿Te gusta?

—¿Te parece linda?

—A mi todo me gusta.

—Cierto, entonces esta será.

—Sí.

Su expresión por ver tantas cosas finas le era algo incómodo, no solía llevar siempre cosas de marca o cosas caras, algo que tuvo que llamar a Lev y a su hermana quienes estaban más centrados en esas cosas que ellos.

—Kenma, ¿No es muy grande?

—Shoyo, la lista de invitados es grande, creo que incluso el lugar es pequeño.

—¡Shoyo! —su alfa había llegado de recorrer el lugar —me gusta.

—Ah..., son tal para cuál, sigues siendo interesante como siempre Shoyo.

Su amigo de confianza había sonreído con tranquilidad mientras el alfa sonreía al ver emocionado a su omega.

Pero no sólo aquello, a la hora de elegir a sus padrinos y madrinas había sido tan controversial, pero lo tenían claro.