Era la quinta vez que perdía la oportunidad de compartir un momento a solas con la castaña. La quinta vez que la inundaba ese sentimiento frustrante, en donde sentía que la vida, las personas y el destino mismo, la castigaban por esos sentimientos que alebrestan todo su ser cada que mira a Robin Buckley.
–¿Qué carajos pasa contigo? -
Cuestionaba Jonathan, mientras seguía a Nancy. Con la camisa completamente mojada por el refresco que le había tirado encima.
–Lo mismo te pregunto a ti, Jonathan. ¿Por qué siempre tienes que aparecer para arruinar el momento? De no ser por ti y Steve, yo ya habría…
[¿Sido rechazada?... ]
–... Si al menos ella viera…
[¿El pedazo de basura que eres?]
–¡Basta!...
Jonathan arrugó la frente. Rara vez veia a Nancy así. Confundida, llena de miedo, y se atrevería a pensar que… un poco inestable.
–Nancy, -llamó quedamente. Más relajado y visiblemente preocupado –¿Qué sucede? Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.
Wheeler lo miró. Analizandolo detenidamente. Se mordió el labio inferior indecisa y nerviosa. –No puedo…
–Oye, sobrevivimos a una lucha interdimencional. Estuvimos juntos. Me lanzaste una soda sin motivo aparente. Creo que esas cosas me hacen, al menos un poco, acreedor a más que simples evasivas, ¿no lo crees?
Jonathan se acercó lentamente, y colocó con sutileza ambas manos en los tensos hombros de Nancy. La miró unos segundos y le regaló una sonrisa que esperaba, fuera reconfortante.
Nancy lo meditó. Sabía que Jonathan era un buen confidente. Además, si no se lo decía a alguien, en algún momento enloqueceria. Tal cual, lo hizo hace unos minutos atrás.
–Creo que me gusta… Robin. –Aquella confesión le generó a Nancy una sensación liberadora. Pero el rostro desconcertado de Jonathan, la empujó de nuevo a esa jaula llena de miedos e inseguridades. Ella dio un paso hacia atrás y los brazos de Jonathan cayeron estáticos a sus costados mientras procesaba la información.
–El esmero en tu atuendo y maquillaje era obvio. Incluso creí que lo hacías por Steve. Pero… ¿Robin?... Ella es…
–¿Una mujer? -interrumpió Nancy –Lo sé perfectamente, Jonathan. Y créeme: me he juzgado desde que comprendí mis sentimientos, así que no necesito que tú también vengas a hacerlo.
–...lo opuesto a ti. Eso es lo iba a decir.
– ª…
–Nancy, yo jamás te juzgaría, porque sé perfectamente lo que se siente ser juzgado. Además, mi hermano… me ha hecho ver qué el amor existe de muchas maneras. Aunque no voy a negarte que es algo… inesperado.
–Creeme, me siento igual o más confundida de lo que tú estás ahora.
–¿Y tenía que ser, yo con quién te desquitaras? -dijo Jonathan, extendiendo los brazos para que Nancy pudiera apreciar la enorme mancha naranja en su camisa blanca.
–Lo siento, por eso. Pero coincidir con Robin de manera casual, desde la última vez que la ví, me había alegrado tanto que, cuando tú apareciste y ella decidió irse, me alteré –el tono acusador de Nancy hizo sonreír a Jonathan. Aquello no sonaba para nada a una disculpa.
–Te gusta mucho, ¿eh?
–De una forma, que me aterra. Es como si, necesitará su presencia para sentirme… completa. –Nancy buscó en el rostro de Jonathan algún indicio de indignación. Después de todo, le estaba confesando que jamás se sintió así con él. Ni con nadie. –Lo siento.
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Stranger Feelings
RandomDespués de los hechos que sucedieron con Vecna. Nancy nunca imaginó que en su interior se desataría extraños sentimientos por... Robin. Sin embargo, tiene que lidiar con algo más que esos sentimientos...