Escuadrón tardío

933 78 106
                                    

Escuadrón tardío.

Me sentía terrible, realmente terrible, y considerando que acababa de enfrentarme a un honkai de clase Templario hacía solo un par de días y que había sobrevivido para contarlo (Aclarando que no era un espartano para ese momento), y que dicho enfrentamiento me había dejado inconsciente durante varias horas, no esperaba que esa situación volviese a repetirse en un plazo de menos de veinticuatro horas.

—Demonios... sabía que el que a Kiana le hubiese ido como la seda era casi una anomalía, según lo que me dijeron, pero no esperaba que mi caso fuese tan distinto. Aunque... considerando lo que le ocurrió a Mei, supongo que debí de esperarme algo así, aunque, siendo sincero, creo que lo que ocurrió conmigo fue mucho peor que lo que ocurrió con ella... creo... mi memoria está nublada. ¿Habré causado muchos problemas?

—Oh cariño, no tienes ni idea... —Súbitamente, una voz interrumpió mi monologo interno, así que decidí abrir mis ojos para confrontarla, porque sí, mi dolor de cabeza era tal que no había abierto los ojos hasta entonces.

—¿Aquí? —Y entonces me di cuenta de que realmente no había despertado, porque cuando abrí mis ojos, me encontraba en un lugar del que estaba seguro, no era St Freya. De hecho, ya había estado aquí algunas veces antes, era mi mundo interno.

El paisaje era realmente extraño, o al menos a mí siempre me lo pareció, la atmosfera era rojiza con nubes negras como de hollín, muy similar al cielo sangriento que había visto durante mis sueños sobre ese extraño mundo. Por otro lado, me encontraba en lo que parecían ser islas flotantes, hechas de una material que a primera vista lucía como el marfil, pero también habían algunas islas de colores azulados, claro, oscuro, o incluso morado, y así las veía en la distancia, pero lo que más me llamaba la atención de aquel sitio, eran los cristales de estos colores, algunos formaban parte de las islas, como si de suelo se tratase, otros, se mantenían flotando sobre estas o se encontraban volando en la atmosfera, y algunos eran islas en sí, la cantidad de cristales era incontable, y cada uno parecía tener un pequeño sol dentro de sí, de vez en cuando un rayo de luz era emitido de uno de estos cristales, y dicha luz se movía a una velocidad indescriptible entre estos, parecía que los cristales podían controlar fácilmente su transmisión y velocidad.

Yo, por otro lado, me encontraba sentado, en lo que parecía ser un trono blanco, en la isla más elevada, un trono adornado por los cristales a mi alrededor.

—¿Por qué estoy aquí otra vez? —me pregunté a mí mismo.

—Por mí, supongo —me respondió aquella voz, una voz que ya conocía—. Pero como yo te traje por ti, supongo que podrías decir que has venido por ti mismo, ji, ji.

—¿Judgment? —pregunté.

—Me alegro de que ya reconozcas mi voz, me ahorra tiempo —me contestó ella animadamente.

—¿Te encuentras aquí?

—Hmm... supongo que podrías decir que sí, pero este es tu mundo interno, así que soy más como una invitada. Digamos que soy... algo así como tu linda compañera de confianza a la cual le diste las llaves de tu departamento para que entrase cuando quisiese.

Fruncí el ceño—. No recuerdo haber hecho eso.

—Pero lo hiciste, y bueno, lo recordarás con el pasar del tiempo, al igual que muchas otras cosas —me contestó ella, y por su tono de voz, parecía estar realmente contenta—. Ahora que lo pienso, creo que lo mejor para nuestra interacción es que me muestre con una forma "corpórea".

Y precisamente, eso fue lo que hizo. Súbitamente, de los cristales que se encontraban en la isla, multitud de haces de luz salieron de estos, concentrándose en una sola zona, para después formar la silueta de un ser humanoide, y, cuando la luz se disipó, una niña había aparecido enfrente de mi persona. Ella tenía el cabello rubio, y además lo tenía muy largo, sus ojos eran de color azul, y vestía con un sombrero de bruja y un vestido bastante antiguo de color negro.

Fate ImpactDonde viven las historias. Descúbrelo ahora