Dazai y Chuuya han evitado verse durante años desde que terminaron su relación en la adolescencia. Osamu se da cuenta que no lo ha superado Gracias a Kunikida y ahora piensa recuperar al amor de su vida.
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Estos pueden ser incluso mis últimos días de vida, la verdad cuando me asignaron esta misión logré sentir miedo, Korea del Norte es un lugar designado por la Mafia como "Donde entras y solo Dazai logro salir" Ósea, yo también puedo hacerlo, espero.
Faltan seis días para irme y quiero hacer la mayoría de cosas posibles junto a las personas que me importan. Había planeado una noche en una taberna con Albatross pero tras lo acontecido no creo que sería debido.
La traición es algo a lo que estoy acostumbrado pero aún así me duele demasiado el hecho de que quien solía ser "mi mejor amigo" me hizo tal cosa. Y más con quien se supone me gustaba.
Al parecer sobrevivió a la cortada que Ane-san le hizo, ese fue su merecido. Durante todo un día me estuvo buscando para tratar de explicarme las cosas, pero obvio yo no iba a escucharlo. Incluso Verlaine me dijo que lo escuchara, seguro yo había pensado mal, quizá.
Decidí ir a ver a Dazai, la verdad no se que carajo estaba pasando por mi cabeza, pero eran las 2:30 de la madrugada, supongo que no pensaba con claridad.
Camine y Camine hasta llegar a su dulce y lindo hogar, es mentira, era una mierda. Entre como Pedro por mi casa a ese basurero y cuando lo vi estaba en una ventana sentado mirando la noche.
— Oye.
Al girarse sus ojos se abrieron como platos, el hecho de que yo haya entrado sin avisar se le hacía raro, supongo.
— Chuuya.. ¿Qué haces aquí?
— Vengo a preguntarte algo, Bastardo.
— Claro, dime.
— ¿Te cogiste a Albatross?
— ¿Disculpa?
Su expresión decía asco en todo ángulo en el que se viera, entonces suspire aliviado, luego iría con mi mejor amigo y le pediría perdón, era más fácil leer a Dazai que a él, por algo vine, supongo yo. Minutos después reaccionó y comenzó a reírse, una risa preciosa diría yo.
Eran pocas las ocasiones en las que Dazai reía de esta manera, cosa que me recordaba que él también era humano.
— ¿Qué clase de preguntas me haces..?
Volvió a reír ahora soltando una lagrima, jamás pensé que nuestro siguiente reencuentro sería así, pero estaba feliz ya que si hubiera sido una pelea supongo que saldría mal todo.
Estuvimos hablando durante unas tres horas, incluso baje la guardia inconscientemente al recordar la linda sensación de charlar con el. Después de hablar sobre los niños tocamos el tema del abandono hacia mi persona, cosa que me hizo incomodarme y a él también.
