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Estaba apurada, trataba de que la cosas entrarán en la maleta lo más pronto posible, pero solamente no lo lograba.

—Nahia! Baja ya se nos va a hacer tarde—Grito la madre de la chica.

—¡te esperamos afuera!—Musito el padre de esta.

—ya voy—Terminaba de hacer mi maleta, nos mudábamos a Alemania por temas de dinero.

La familia vivía en Nueva York, el vuelo duraba 15 horas, así que no iba a ser nada rápido llegar a Alemania.

El viaje fue largo, lo sé, todos estábamos exhaustos por esto, solo pensábamos llegar a nuestra nueva casa.

Era linda, la recorrí por un tiempo y elegí una habitación del segundo piso, la otra habitación sería para mi hermanita que llegaría en unas semanas, arregle mi cuarto a mi estilo con los pocas cosas que tenía, por que el camión de la mudanza llegaría en 2 o 3 días.

—¡Hija! Necesito que vallas al supermercado—

—Te recuerdo que soy nueva aquí, no tengo ni la más remota idea de donde se están esas cosas—Ella tenía razón, no sabía donde estaba cada cosa, Nahia no entendía la lógica de su madre.

—Si vas te ubicaras más rápido, así que ve a conocer el lugar y compra pizza para la cena—

—Esta bien—Al salir de casa azotó la puerta de esta.

Camino por todas las calles de ese lugar, a lo lejos vio un pequeño supermercado. ¡La chica lo había logrado!

Al regresar Nahia no encontraba el camino de regreso a casa, trataba de guiarse pero se perdía más al intentarlo.

Vio a un chico, tal vez el podría ayudarla

Se acerco a él, pudo ver sus rasgos físicos, se dio cuenta que a su lado ella era una chica bajita.

—¿Hola? ¿Se te ofrece algo?—Un chico de pelo negro con sombra negra en su ojos hablo.

—Me llamo Nahia, soy nueva en este lugar, se que es raro que te hable de esta forma pero me perdí y quería decirte si que podrías ayudar—

—Oh un gusto Nahia—Me extendió la mano—Bill, así me llamo, y por último si claro te ayudo no podría dejar a una chica aquí sola en medio de la noche—Este le dio una sonrisa de oreja a oreja.

—En verdad gracias—

—No es nada—

Describí mi casa, no la conocía mucho pero trataba de darle pistas de como era.

—:¡Mira! Esa es mi casa—Nahia señaló una casa que se veía a lo lejos de ellos.

Bill la guió hasta la puerta de su casa, en el camino lograron platicar más, allí se conocieron un poco.

—Fue un gusto Nahia, espero podamos ser amigos después de esto—Musito el chico.

—¡Claro! Bill somos amigos, espero volver a verte más seguido—

—¿Estas libre mañana? Digo para salir a comer un helado, si puedes—Este paso una mano por su nuca, dando la señal que estaba apenado.

—Si tengo libre Bill... Me pregunto si ¿podría tener tu número? —

—Claro—

Este dictó sí número de teléfono, lo anote como Bill, nada raro.

—Bien anotado, nos vemos mañana, ¡adiós!

—¡¡Mañana a las 2 de la tarde!!—Dijo alejándose del hogar de Nahia.

Fue raro como ellos se conocieron pero se veía que el era buena persona.

¿Que es lo que siento? | Tom Kaulitz   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora