En Lugar Del Hijo, Tomaré Al Padre

Capítulo 85

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"¿Te atraparon haciendo algo malo como Paimon?"

A diferencia de la estatua de la gárgola donde Paimon estaba encerrada, la estatua de piedra no se movió incluso cuando la miré directamente y le hablé.

Um, si lo piensas bien, podría ser un poco injusto para otros espíritus.

El instigador, Paimon, ha sido liberado del sello y disfruta de su libertad.

Se decía que Paimon era el más fuerte entre los espíritus, por lo que existía la posibilidad de que se viera obligado a seguir.

"No sabía que haría un contrato con un espíritu notorio".

Miré la estatua de piedra con forma de caballo y pensé sin comprender.

Una gran cantidad de espíritus fueron sellados en el campanario, pero debe haber espíritus fuera del campanario.

Espíritus que nunca han sido sellados y nunca han tenido un accidente.

Cuando volví a sentir la mirada vigilante durante el día, Shaula había dicho que no había nadie cerca.

Como un cazador apodado el Perro Salvaje, debe ser muy buena detectando presencias.

... ¿Y si fuera el espíritu el que me estuviera observando?

Fruncí el ceño ligeramente ante el repentino pensamiento creciente.

No importa cuán talentoso fuera un espadachín o un mago, era difícil notar un espíritu a menos que apareciera por sí solo.

Y si el artículo del periódico que leí en el bar era cierto, ya ha habido gente que ha pasado por algo parecido a lo que yo pasé.

Originalmente, estaba planeando mostrarle el artículo a Aedis también.

Sin embargo, Sarah y la criada, que estaban limpiando el vestido, vieron primero el artículo que arranqué del periódico y mostraron una reacción bastante realista.

Lo cual estaba de acuerdo en que es una tontería.

Incluso Sarah, que había experimentado muchas cosas inusuales a mi lado, lo rechazó.

Así que eso es lo que me preocupaba también.

La confesión de la Persona B de que los espíritus estaban monitoreando a las personas fue impactante. Además, no había evidencia para apoyar esto.

Los ojos de la persona B eran los únicos que podían ver el espíritu.

Naturalmente, nadie lo creyó.

Pero como me ha pasado lo mismo en este momento, incluso si todos están de acuerdo en que lo más probable es que sea una historia ficticia, necesitaba desesperadamente captar esa pista de paja.

Cambié mi postura de nuevo y llamé el nombre de Aedis sin pensar mucho.

"Aedis, estoy aquí. ¿Estás fingiendo no saber?"

No fue un grito. Fue solo al nivel de decir una queja un poco más fuerte.

Aun así, respondió a mi llamada de inmediato.

"¿Eve? ¿Qué estás haciendo aquí?"

Aedis, que llegó frente a mí sin siquiera hacer un sonido de pasos, frunció el ceño ante mis mejillas que estaban rojas y calientes.

De alguna manera, mi esposo era guapo incluso con una expresión de disgusto en su rostro.

Incluso en la oscuridad, los ojos azules que brillaban intensamente eran como joyas que no podría poseer aunque dedicara toda mi vida a ello.