Yelena
Era una mañana de sábado tranquila, habían pasado dos días desde el incidente con el oso de peluche y Astrid volvía a estar feliz y mucho más relajada. En ese momento se encontraba en la sala de estar viendo televisión junto a Yelena, mientras esperaban que Kate terminara de ducharse después de haber llegado del gimnasio.
Cuando finalmente la arquera bajó, las tres se dispusieron a desayunar.
—¿Qué planes hay para hoy? —preguntó Kate antes de terminar su vaso de jugo.
—Ninguno, supongo —respondió Yelena—. Ayer fui al super así que ya es un pendiente menos.
—¿Pobemof devaf a ucky al pafque? —intervino Astrid con la boca llena de cereal.
—No se habla con la boca llena —la corrigió Yelena.
—Perdón —dijo después de tragar su comida—. Dije que si podemos llevar a Lucky al parque, por favor.
—Claro, pero primero tienes que hacer tu tarea.
La niña soltó un pequeño bufido y dejo caer la cabeza hacia atrás de forma dramática.
—Pero la tarea es muy aburidaaa. —Miró a la pelinegra en busca de ayuda—. Kate ¿quieres ver Barney conmigo?
—Seguro, pero solo si Yelena está de acuerdo. —Kate se levantó de su asiento para dejar su plato y vaso en el fregadero.
Astrid siempre recurría a Kate cuando quería salirse con la suya. De alguna manera estaban entrando en una especie de dinámica de policía bueno y policía malo, donde a Yelena le tocaba ser más estricta y Kate se llevaba el título de la más divertida y relajada. A Yelena no le encantaba la situación pero tampoco sabía exactamente cómo decírselo a Kate.
—Está bien —suspiró la rubia—, pero solo un rato y después empezamos la tarea.
Astrid salto de un brinco del banco en el que estaba sentada y corrió a tomar de la mano a Kate para arrastrarla a la sala de estar, apenas y gritando un "gracias" a medio camino.
Yelena se quedó recogiendo la cocina y cuando terminó se unió a ambas chicas en la sala para continuar leyendo su libro. Era el segundo que leía en ese mes, y es que últimamente tenía mucho tiempo libre. Generalmente lo ocupaba limpiando la casa, o ayudando a Melina a localizar nuevas Widows y recabar inteligencia sobre ellas para planificar las misiones. Del trabajo de campo se encargaban Sonya y otras dos Widows que se habían ofrecido a ayudar, ahora que Yelena estaba temporalmente retirada. Aun así Yelena sentía que le sobrara tiempo y que debía buscar algo nuevo para ocuparlo, no estaba acostumbrada a estar estática en un mismo lugar por tanto tiempo.
Varios capítulos de Barney después, Yelena decidió que era suficiente televisión y la hora de la tarea había llegado.
—Astrid, ya es hora de hacer tu tarea. Vamos —dijo cerrando su libro y poniéndose de pie.
—Nooo, otro ratito por favor —suplicó la pequeña.
—No, ya fue suficiente televisión por ahora.
—Por favorcito, solo uno más —le dijo esta vez a Kate.
La pelinegra miro a Astrid, luego a Yelena y después otra vez a Astrid. La niña puso sus ojos de cachorro y le hizo pucheros, algo que siempre derretía a Kate. La arquera volvió a mover su mirada de una rubia a la otra y finalmente habló.
—Lo siento, Yel tiene razón —dijo Kate evitando la mirada de Astrid—. Pero más tarde podemos continuar.
—Está bien —se resignó la pequeña.
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Little Widow
RomanceKate Bishop pensaba que después de convertirse en la nueva Hawkeye ya nada podría sorprenderla. Yelena Belova pensaba que después de su pelea con Barton su propósito de vida había terminado. Pero ninguna contaba con que una niña de cinco años estaba...