En Busca De Ti (AquaxKazuma)

Parte 4

—Entonces dime, ¿como acabaste con Beldia?

—¿Beldia?  A ver. Beldia fue el primer comandante que derrote, bueno no fue nada fácil pero la forma en la que lo derrote fue muy humillante. Primero todos los aventureros lucharon juntos, pero al no poder hacer nada, tuve que encargarme yo mismo de él, y después de una ardua batalla pude derrotarlo robándo su cabeza y utilizarlo como una pelota de fútbol.

—¿Fútbol? ¿Qué es eso?

A veces solo me dejó llevar por la situación.

—E-es una tradición que me enseñaron del lugar de donde vengo.

—¿Eh? ¿Y de qué lugar vienes? Nunca oí sobre el fútbol ni siquiera en el lejano pueblo de mis abuelos, y tampoco de ningun extranjero.

—Es que yo vengo de un país muy lejano, es tan lejano y desconocido que estoy seguro que no sabes su nombre.

—¿En serio? ¿Y cómo se llama tu país?

—Japón.

—Sí, tienes razón, nunca he oído sobre ese país.

—Sí, era muy fácil de suponer. ¿Y que hay de ti? ¿Tienes algún pasado especial?

—No mucho, solo soy una pueblerina común que ayuda a su padre, aunque debería decir que. Hubo un tiempo en el que tuve un equipo de aventuras, en aquellos tiempos yo era una buena arcipreste, pero eso ya quedó en el pasado.

—Pero ¿por qué? ¿Por qué lo dejaste? Si eras una buena arcipreste no tiene sentido que renunciaras sin alguna razón justificable. Entonces dime ¿por qué renunciaste?

—Es que una vez en una misión tuve que perder a alguien especial... aunque se suponía que era la mejor arcipreste, no pude salvarlo. Desde ese día me dije a mi misma que nunca volvería a ser una aventurera. Renuncie a mi cargo y me puse a vivir como una aldeana común ayudando a mi padre, aunque nunca nos llevamos bien desde que mamá murió, prefería eso a saber que podría perder a otro compañero en frente de mis ojos.

—Oh, no sabía que... Lo siento, no quería incomodarte.

—No te preocupes, supongo que es la curiosidad.

—Juro que no quería incomodarte.

Al menos ahora sé porque no le fue difícil escapar de la casa de su padre.

Esto me recuerda a alguien.

—¿No se te hace curioso que te hayas escapado de casa para buscar a alguien que también se ha escapado de casa?

—¿Sabes que se me hace raro? El echo de que no tengamos nada de comida encima.

—¿Ya tienes hambre? Bueno ya estamos demasiado lejos del pueblo para llevarnos algo de ahí, uh, pero podemos pescar en aquel río.

—Me parece una fantástica idea Kazuma Satoü.

—Oye, no es necesario que seas tan formal para dirigirme la palabra.

—Pero si recién nos conocemos, aún no creo que debamos tratarnos con tanta confianza.

—Creo seriamente que tienes un problema con el término de desconocidos, si ya te abriste suficientemente para entrar en confianza, además te escapaste de casa con alguien completamente desconocido para ti, debería llamarte imprudente por eso, pero el punto es que creo que con todo eso ya podríamos tener la suficiente confianza cómo para dejar de llamarnos de manera formal ¿No lo crees así Anie?

—Si así lo quieres, querido Kazuma.

—...

—¿Uh? Te pusiste rojo de repente ¿Estás bien?