Colors To Remember [Manjiro Sano Y Tu]

Capítulo Uno

En algún lugar de Tokio se encontraban dos personas, ambos de cabello azabache y ojos azules, estaban sentados en una oficina, viendo información recolectada por el de cabello liso. Esta ya era su segunda ida al pasado del que tenía cabello alborotado.

-Mientras tu estabas en el pasado Takemichi -Naoto dirigió su mirada a una carpeta- tengo información de alguien que tuvo contacto hace un año con Sano Manjiro y de la familia de esta

-¿Es una mujer? -cuestionó Takemichi

-Exacto -afirmó- se llama Mizuka _______

-¿_______ Mizuka? -dudo

-Si, Mizuka se vio hace un año con Sano -pauso- ella debe saber donde esta él, pero antes hay que ir a la casa de sus padres y preguntar donde vive

El de cabello alborotado asintió y ambos se pusieron en marcha a aquella casa, Takemichi estaba sorprendido, pues a donde se dirigían era a Shibuya, donde el había vivido la mayor parte de su vida. Llegaron a una casa, estaba muy limpia, el jardín tenía flores muy caras, pero aun así tocaron la puerta, no tardaron en abrir y se vio a una mujer de unos 45 años.

-Buenos días -saludó Naoto- venimos por parte de la policía a preguntar por _______

-Este.... ella ya no vive con nosotros, soy su madre, hace diez años que no la veo -pausó

-¿Sabe donde podemos encontrarla? -habló Takemichi

-Si es en xx calle xx -contestó sonriendo melancólica

-Gracias señora -se despidió Naoto y Takemichi

Ambos se dirigieron al auto y se marcharon de aquel lugar, Takemichi veía por el retrovisor del auto como aquella señora entraba a su casa con lágrimas. Devolvió la mirada hacia enfrente, tenia miedo, quería salvar a su novia, a su verdadero amor. Llegaron a una hermoso lugar, era como de esas residencias donde solo personas de alta sociedad podrían vivir.

-Llegamos -dijo Naoto

-No sabia que _______ Mizuka vivía aquí -susurro Takemichi

-¿Listo? -pregunto

-Obvio no -chillo

-Okey entonces toquemos -salieron del auto

Ambos se fueron acercando a aquella enorme mansión de color blanco, el jardín contenía varios tipos de flores, unas estatuas un poco perturbadoras, eso último asustó a Takemichi, Naoto estaba nervioso, toco el timbre, al instante una mujer con un uniforme negro atendió.

-¿A quien buscan? -habló formal

-Buscamos a _______ Mizuka -se paro firme

-Pasen -dio paso- iré a decirle que la buscan

Los dos chicos se quedaron en parados frente a una gran escalera por dentro daba un aire deprimente, el color por dentro era de color negro y vino, no paso mucho cuando bajo aquella mujer.

-La señorita Mizuka los espera en su habitación -Naoto iba a preguntar por dicha habitación y ella respondió- esta al final del pasillo de la derecha

Ambos pasaron un poco apresurados, subieron las escaleras y se pasearon a la derecha de aquel lugar, en las paredes habían recortes de periódicos de hace doce años, todos y cada uno con incidentes enmarcados con marcos de plata pura, a medida que pasaban veían más y más hasta llegar a la más reciente, la nota donde decía que había muerto Hinata Tachibana.

Tocaron la puerta, escucharon un ''pase'' y Naoto abrió la puerta, pasaron con la mirada abajo, y la levantaron, al ver lo que sus ojos presenciaban los dejo un poco nerviosos, más a Takemichi. Había una mujer sentada frente a una enorme ventana, su cabello caía dejando cubierta gran parte de su espalda, lo que más llamaba la atención era que estaba semidesnuda.

-Disculpe -hablo Naoto sobresaltado a Takemichi- ¿usted es Mizuka _______?

-Por supuesto -se levantó y se volteo dejando ver su cuerpo semidesnudo- ¿por que vinieron?

-B-Bueno -se sonrojo al ver los pechos de la contraria- nosotros venimos a preguntarle por Sano Manjiro

La mujer se sorprendió, se acercó a Naoto y lo vio directamente a los ojos, tenia una mirada sería, sus ojos eran como veneno hacia él.

-Desde hace un año no lo veo -agachó la mirada- desearía poder volver el tiempo y decirle que lo lamento, que lamento ser tan ingenua en aquel tiempo, por no proteger a Ken

La mujer lloró, lloró a mares como nunca lo había echo, a Takemichi no le importó el echo de que estuviera semidesnuda y la abrazó, el también lloraba mientras la consolaba.

-No se preocupe -susurro- vinimos para salvarle -término