Carta a Ghost

A mi esposo...

"Ghost...

Perdóname por no haberme dado cuenta antes.

Perdóname por arrastrarte a algo que claramente no querías.

Nunca me puse a pensar en el infierno que debías sentir al estar cada día a mi lado, haciendo y diciendo cosas que no querías. Presione demasiado para que las cosas se dieran.

Ahí estaban todas las señales y no quise verlas.

Ahora puedo entender muchas cosas, como el hecho de que nunca estuvieras en casa durante nuestros aniversarios, todas las citas que nunca se dieron, los cumpleaños a los que nunca podías llegar. Esas misiones que duraban meses.... Solo eras tú no queriendo volver a esa casa...porque ahí estaría yo.

Él nunca querer tocar el tema de tener hijos.... ¿Cómo pude pensar que querrías tenerlos conmigo?

Perdóname, Simón... por haber sido tan egoísta.

Por forzarte a estar conmigo esas pocas noches que estabas en casa, por esos besos y abrazos...Dios...como debiste de sufrir.

Soy una persona horrible...

Pero no te preocupes, este tormento ha llegado a su fin.

Te libero Simón Riley...eres libre de mi.

Te prometo que nunca nos volveremos a encontrar, podrás vivir tranquilamente. Yo me iré lejos...donde ya no pueda ser una molestia para ti.

Ya arregle todo, ni siquiera tendrás que lidiar con los trámites del divorcio, yo ya los firme...los honorarios del abogado también ya están cubiertos. Solo debes firmar las hojas y llamar al número telefónico que te deje en un post it a un lado de esos documentos, él se encargará de todo lo demás.

También te regreso tus anillos...de boda y compromiso.

Lamento tanto haberte hecho gastar tu dinero en ellos, debiste odiar el tener que ir a esas tiendas a comprarlos. Son hermosos...no será un problema venderlos.

Revisa el primer cajón de tu escritorio, ahí dejé un sobre con dinero. Es el monto total que tuviste que pagar por mi capricho de querer aquel vestido blanco. Aun recuerdo tu expresión aquel día que te hice acompañarme a buscarlo...estabas tan...cansado. En mis recuerdos soy la única que estaba siendo feliz con todo esto. Se que el dinero no compensa el tiempo y el daño que cause pero al menos quiero...quiero disculparme de alguna manera.

Perdóname, Simón...de verdad estaba...tan enamorada.

Quizá no me creas, pero sinceramente deseo que seas feliz. Espero puedas encontrar a alguien que pueda darte esa paz y amor que yo no pude.

Te amo, Simón...pero ya entendí que tu no eres para mi.

Perdón por todo".

Cuando terminó de leer, aquel pedazo de papel fue perdiendo su forma al ser presionado con tanta fuerza en las manos del Teniente.

Llegaba de una misión, le tomó dos semanas volver a su casa. Y solo con entrar y ver todo apagado y en silencio supo que algo andaba mal.

Su esposa lo había dejado.

Su amada esposa se había ido.