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El fin de semana de Margot fue cargada de drama, después de la veloz visita de Alice, no tardo en correrse la historia en la casa Cullen, y pronto su casa se vio llena de visitantes de la familia, al día siguiente de que el hada la había visitado, llegaron Rosalie y Emmett, y tuvo que sentarse casi dos horas completas a escuchar a Rosalie discutir sobre lo maleducada y grosera que había sido Lauren con ella, y como debió de haberse defendido, o al menos acusarla, según ella, se iba a volver el objetivo de la muchacha si se quedaba sin hacer nada , para Margot, que se sentía en sensación de deja vú, le pareció que la advertencia dura que le dio a la morocha bastaría, no quería llegar a niveles altos de violencia así como lo hacía siendo venus.

Como no quería que la siguiesen regañando, ignoraba campantemente las preguntas que los demás integrantes le hacían al respecto en los días que la visitaban, y se dedicó a estudiar con las perfectas reuniones de estudio que le daban gratis al verla con trabajos de la escuela y demás, y agradeció la ayuda tanto en los estudios, como en el invernadero, que fue dada mayormente por el chico oso, estaba casi listo, la estructura estaba completamente terminada, únicamente faltaba instalar algunos cristales, y terminar la decoración, después de ello estaría listo para su uso, estaba emocionada, y antes de darse cuenta llegó nuevamente el lunes, y con ello las clases.

Se levantó temprano se organizó, y como siempre, dejo la ofrenda designada en su pequeño altar, hasta ahora las cosas iban muy bien, y esperaba de todo corazón que así continuase, esperaba que nada sacudiera mucho su vida, al menos por el momento.

Salió en su auto en dirección a la escuela, esperaba que el día fuera tranquilamente, y que Rosalie no montará un espectáculo, con respecto a Lauren y sus malos modales, los que menos necesitaba era más conflicto, ya le había sido difícil mantener la calma, había logrado no romperle la mano, después de tal apretón que le había dado, si bien no quería vivir esta vida con violencia, eso no significaba sus reacciones violentas desapareciera, aún se encontraba enojada, pero debía mantenerse calmada si no quería hacerse una reputación como la tenia en Londres, cuando era estudiantes de secundaria siendo Venus, tenia una fuerte reputación por sus actitudes violentas, y por su constante uso de las palabras malsonantes, fue una reputación que se fue creando desde que estaba en la primaria, su aspecto peculiar, y su manera de hablar del reino espiritual, crispaba ante los padres de sus compañeros, y los niños son espejos de sus padres, por lo que tuvo una larga y dura época de acoso escolar, la cual confronto con violencia, esto por la falta de ayuda que tuvo de los directivos escolares, por lo que a las malas aprendió a defenderse y no abrir la boca con cualquiera.

En su vida adulta como venus pudo aprender a apreciar su don, pero eso no significó que siguiera contándoselo a todo el mundo como lo hacia cuando era pequeña, de su circulo de amistades ninguno lo sabia por boca suya, había dejado de tratar de explicar su don a la gente, cuando comenzaron a llamarla mentirosa, o de mala suerte, e incluso muchos otros insultos, la venenosa lengua de las personas fue supremamente hiriente, y aprendió como esconderse y defenderse de las amenazas, lo que le costó una reputación que le persiguió hasta que entró en la universidad, una que estaba bastante lejos de casa, de allí venia el día del accidente, incluso siendo una adulta, muchas personas de su vida adulta la recordaban como una persona violenta y malhablada.

Un leve jalón en su brazo la sacó de sus pensamientos, era Alice, quien estaba bien colgada de su brazo, rodeándolo con ambos brazos mientras la miraba con una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa se plantó en el rostro de la chica, y como si fuera algo automático pellizcó levemente la mejilla de la vampiresa, el tacto fue frio, y notablemente la piel mas rígida que la una persona normal, no mencionó nada y siguió sonriéndole, mientras los demás integrantes de la familia se acercaban.

— Buenos días Maggie— canturreó con voz saltarina la hadita mientras la apretujaba un poco más.

— ¿Maggie? — cuestionó con voz confundida, mientras la miraba fijamente, la chica no respondió y simplemente le devolvió la sonrisa y la apresuró a caminar más a prisa al salón de clases —buenos días a ustedes también— ladeó un poco la cabeza con una sonrisa para poder ver a los demás que le sonreían desde atrás.

— Buenos días, ¿Cómo vas con el moretón? — preguntó Jasper con una malacara mayor incluso a la que llevaba siempre —sigue ahí, por lo que veo— Margot bajó la mirada a su brazo y soltó una risita.

— Estoy bien, ya casi no se ve, estoy segura que en un par de días ya no tendré nada— el ceño fruncido en el rostro de Rosalie le indicó que seguía molesta, no quería tocar más ese tema, sabía que causaría problemas y es lo último que quería.

— Deberíamos apurarnos, Maggie perderá su asistencia perfecta si llegamos tarde— dijo burlonamente Emmett mientras la miraba y le guiñaba un ojo, lo que la hizo sonrojarse un poco, y descolocarse por lo natural de la acción del chico pelinegro.

— No te burles, se va a poner como un tomate— continuó con la burla el peli cobrizo, mientras ella hacia una mueca y le sacaba la lengua, el chico era extremadamente callado, pero de vez en cuando era como tratar con un niño pequeño, era como tener un hermano de edad similar, sabia que ninguno de los chicos de allí tenían su misma edad, pero el era especialmente infantil en algunas ocasiones. El chico río y siguieron caminando, hasta que eventualmente se separaron para ir a clase.

Entró con tranquilidad al salón de clases, era una clase que compartía con el lector de mentes, así que se iba charlando tranquilamente de tonterías, mayor parte de la conversación era el muchacho burlándose de ella, en cuanto se sentó junto a el pudo sentir una pesada mirada en ella, con cautela dio un vistazo al salón y pudo observar a la chica morena, dándole una mirada de muerte, la cual relajó un poco al momento de verla, como tratando de disimular un poco su odio, su reacción natural fue acercar su rostro unos pocos centímetros al de Edward y formular una sonrisa burlona hacia la morocha, la cual rápidamente se puso colorada, esperaba Margot que del coraje, era divertido molestarla, cuando volteo a ver a su compañero de mesa, este le sonreía incrédulo y burlón.

— ¿Qué?, no puedo tener el placer de molestarla un poco— seguía viéndolo mientras sonreía levemente, quería molestarla solo un poco, y sabia que le interesaba a sobremanera el muchacho sentado a su lado.

— Necesitas ayuda con eso, por que no me molesta — la pequeña sonrisa del muchacho se ensancho mientras se acercaba a ella, no se detuvo si no hasta estar a centímetros de ella, Margot parpadeó confundida, pero rápidamente se recompuso y se acercó a su lado y le susurro con un falso tono dulce.

— No me fastidies Eduardo— volvió a alejarse y observó como la sonrisa burlesca no se le iba del rostro al muchacho, por lo que le dio unas palmadas en el brazo, las cuales estaba segura le dolieron más a ella que a él, supuso que se notó en su rostro por que el chico soltó una sonora carcajada logrando que todos los demás en el salón los observara, era extraño que el depresivo chico siquiera le sonriera a alguien, pero allí estaba sonriéndole a la chica. — ¿Cómo es que tienes los brazos tan duros? Eso me dolió — susurró la chica tratando de que el muchacho se callara, pero lo único que logró fue que el muchacho riera con mayor fuerza.

El alboroto del muchacho se detuvo en el momento en el que entró el profesor, la clase pasó con tranquilidad mientras ella era molestada por el infantil vampiro, el cual fue regañado en un par de ocasiones por no prestar atención a la clase, por ello Margot tuvo mas motivos para burlarse, y terminaron por no prestar atención hasta el fin de la clase.

Cuando el maestro se despidió, ambos se levantaron con la intención de salir del salón de clases, sin embargo, Margot escuchó como la llamaban casi en un grito, cuando se dio la vuelta Lauren se encontraba casi de frente a ella, con tranquilidad y seguridad se irguió, y la miro directamente, esperando con tranquilidad a que hablara. El salón de clase quedó prácticamente vacío, únicamente estaban las dos chicas, y el vampiro que no se había movido un centímetro actuando como un perro guardián. Tenia un mal presentimiento, a pesar de tenerla seguridad que la chica no podría hacerle mayor cosa, sentía que algo muy malo estaba a punto de suceder. 



Between Us// Clan CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora