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Aterrada, así se sentía, todo su cuerpo temblaba, y tenía una expresión de terror en el rostro, Edward estaba completamente serio, casi llegando a tener una expresión que demostraba enojo, el vampiro estaba casi arrastrándola por el pasillo para salir de la escuela, tenía su mano en los hombros de la chica y la impulsaba a caminar con rapidez, el lado derecho de su cuerpo tenía muchas cortadas, y parecía en estado de shock, no supo en qué momento sucedió eso, estaba aterrada, y no lograba escuchar lo que le decían, en cuanto pasaron por la cafetería se hicieron presentes los murmullos y el ambiente se volvió pesados, detrás de ellos caminaba una Lauren muy asustada y temblorosa, pero prácticamente ilesa, que se sentó en la mesa junto con sus amigos, en ese instante comenzaron a atiborrar a la morena de preguntas sin embargo esta tampoco decía nada, y miraba con remordimiento a la castaña que estaba siento casi arrastrada por el vampiro, al mismo tiempo en la mesa de los Cullen todos se levantaron con rapidez y se acercaron a ella preguntando cosas o hablándole, sin embargo Margot no lograba entenderles una sola palabra, cuando subió, o mejor dicho la subieron, en el jeep del muchacho pelinegro, el ardor de las heridas la trajo a la realidad, tenía ganas de llorar, gritar muy fuerte, lanzarse del auto y correr a su casa a esconderse debajo de las cobijas... que mierda acaba de pasar.

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Margot estaba sentada en la sala de la casa Cullen, se sentía como un animal en exhibición, todos los vampiros estaban a su alrededor observando atentamente como el doctor le desinfectaba las heridas del brazo el cuello y el rostro, no parecían cortadas muy profundas, pero eran bastantes y muy molestas, ya llevaba bastante tiempo con el doctor dándole tratamiento, se estaba demorando más de lo normal, porque cada vez que se quejaba todos los presentes se tensaban y miraban mal al doctor, por lo que tuvo que ir en extremo despacio para evitar la mirada de todos los demás.

La mente de Margot iba a mil por hora, repitiendo los eventos una y otra vez en su cabeza, aún no había contestado las preguntas de Rosalie, desde que la habían subido al auto lo único que había escuchado era preguntas quejas e insultos, la mayoría provenientes de la rubia. No sabía que le contestaría, ni siquiera ella sabía lo que bahía pasado, cómo le iba a explicar a los demás, el vampiro que estuvo con ella tampoco había comentado nada al respecto, no sabía si el muchacho estaba igual de confundido, o estaba respetando su momento de iluminación para poder comenzar a discutir lo que había visto en el salón.

— Maldita sea esto me está matando, por qué no dices nada, ¿Qué pasó?, ¿Quién te hizo esto?, ¿Cómo pasó? Edward, ¿Por qué no la cuidaste, no estabas con ella?— las palabras de Rosalie dejaban ver lo enojada que se encontraba, y Margot lo único que quería hacer era llorar, no sabía que contestar y tampoco quería pensar más en ello, algo raro estaba pasando con ella, y no sabía bien si quería averiguarlo, y sin darse cuenta, eso estaba haciendo, estaba llorando, y no era capaz de detener las lágrimas que se escurrían por su rostro, su llanto paso de uno calmado y silencioso a uno lleno de sollozos y suaves lamentos, en el momento en que el pelinegro la abrazó, sentía que en cualquier momento se quedaría sin aire, sentía miedo, algo así jamás le ha pasado y no sentía que fuera el momento de hablar.

— En cuanto dejó de llorar, se soltó del abrazo de oso de Emmett y habló en voz alta —No sé, solo quiero irme a casa— se levantó de la silla, y miró a el doctor con una sonrisa que se asemejaba más a una mueca —le agradezco mucho sr. Cullen, y disculpe las molestias— empezó a caminar en dirección a la puerta, aunque no pudo llegar muy lejos cuando sintió que ya no estaba tocando el suelo, el gran chico la tenia cargada como a una princesa y la miraba sonriente.

— Está bien, voy a llevarte a casa— el muchacho continuo su caminata a la puerta, Margot comenzó a removerse tratando de zafase del agarre del chico, sin embargo, este solo la apretó con más fuerza, y sintió como empujaban su cabeza con suavidad hacia el hombro del muchacho, levantó un poco la vista y era la rubia que le daba una sonrisa lastimera al verla con parches y vendas en el brazo y el rostro.

Between Us// Clan CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora