¿Cuál es tu propósito?

Primera misión

(Actualidad)

Suspiró pesadamente, agarrando con fuerza sus cadenas, tratando de relajar sus nervios.

Hoy, era su primera misión importante. Una misión de alto rango le había sido otorgada. No tendría un enfrentamiento directo, pero ella sería la responsable de hacer perder el tiempo de cualquier shinobi que quisiera frustrar los planes de Akatsuki.

La menor suspiró, con cuidado pegó el sello, lo revisó nueve veces tratando de encontrar un error en alguna parte. Esos sellos eran su especialidad, al igual que el jutsu de púas, esas fueron unas de las únicas cosas que recordaba inconscientemente. Ahora solo faltaba el de la cueva.

Sonrió con nerviosismo al ver a Deidara y Sasori entrar a la cueva. Puso un papel en la tierra y se sentó frente a él, relajando su agitada respiración por correr hacia allá. Empezó a pintar cada trazo con delicadeza, cuido que todo saliera pulcramente. Lo quería hacer bien, esperaba que su padre reconociera su esfuerzo, que la felicitara.

Con entusiasmo, se levantó y se encaminó a poner el último sello en esa roca que impedía entrar a la cueva, sabía que se encontraban sacando el monstruo que habitaba dentro del Kazekage. En su opinión le estaban haciendo un favor, o eso pensaba hasta que le explicaron que moriría.

La Utakama sonrió por su obra maestra, una barrera de cinco sellos, se tiene que quitar al mismo tiempo si es que la quieren desactivar. Quería que llegará alguien y ver los frutos de su trabajo, empero, tenía órdenes estrictas de abandonar el lugar cuando acabara.

Con pesar, se acomodó la máscara que ella misma se hizo, y partió de ahí.

Su único trabajo era retrasar a los entrometidos. No entendía por qué se metían en su camino, ellos hacían lo mejor para el mundo shinobi; pero egoístamente, ellos preferían estar en guerras antes de sacrificar un par de personas. Todos querían poder, enfermos por estar encima de otro.

[...]

— Kakashi-sensei...

Esa caligrafía era de la menor, la reconocería en cualquier parte.

— Murió, Naruto.

Sin embargo, al ver la pequeña trampa que atacó al equipo de Guy cuando retiraron el sello, una esperanza creció en él, pequeña y rompible. Una esperanza que el mismo rompió, sabía lo caótico que era vivir ligado de una mentira, aparte, él odiaba a la gente que se mentía a sí misma.

Por otro lado, el Hatake, recordaría ese pequeño detalle tan peculiar.

[...]

La menor llegó a dónde su padre se encontraba, con su típica máscara puesta, la cual únicamente se quitaba cuando estaban en casa.

Los árboles decoraban la escenografía de su punto de reunión. Escondió como pudo su agitada respiración. Sus manos quitaron su propia máscara y le mostró una sonrisa de oreja a oreja.

— Misión cumplida, la barrera de cinco sellos con un elemento sorpresa fue puesto.

Le informó para ver como únicamente empezaba a avanzar.

— Bien hecho.

Y eso fue suficiente para que se sintiera satisfecha.

— Cada vez estamos más cerca, todo será perfecto. — Comentó la pequeña mientras jugaba a patear una roca. — Estaremos sin miedo a matarnos, las personas no me temerán y tampoco me traicionarán.—Fantaseó, cansada de ver como era rechazada por el simple hecho de existir. —No habrá mal, todo estará bien.

El mayor se dedicó a seguir caminando, acostumbrado a lo parlanchina que podía llegar la menor y esos pequeños ataques infantiles que su mente presentaba.

Miró de reojo, siempre deteniéndose y corriendo cuando su parte infantil le ganaba a la racional. Una adolescente trastornada.

— ¡Uvas! ¡Quiero uvas! — Exclamó la adolescente con una apariencia de una niña de siete años. — ¡O tal vez chocolate!

El mayor solo se dedicó a seguir caminando, pasos lentos y calmados. Solamente la dejaría en un pequeño pueblo cercano. Sabía con quienes se estaban enfrentando Deidara y Sasori, si Zetsu le informaba sobre la muerte de alguno, tendría que empezar el papel de Tobi.

***

Primer capítulo corto, decidí hacerlos así de cortos para no dejarlas con tanto tiempo de espera entre tanto capítulo.

Espero que les agrade esta nueva historia, será breve.