Ojos abiertos

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Mis cadenas se arrastraban por la tierra. Dejando su rastro. Demostrando que existo. Proyectando que camine por este sendero.

La gasa blanca se pintaba de carmín por cada paso que daba. Todo se encontraba pacífico, en poco tiempo él llegaría así que tenía que verme presentable.

Ha pasado demasiado tiempo desde que desperté, empero, sigo en la misma situación, y eso me frustra.

No importa cuanto investigue, cuanto escarbe en la oscuridad. Simplemente no hay nada.

Ni siquiera sé cuantos años tengo a ciencia cierta, según lo que me comentaron, tengo 16, pero es incierto. No tengo cumpleaños, así que no llevó la cuenta. 

Tengo un nombre. Eso es lo único que recuerdo con claridad. 

________ Utakama. 

Lo demás está olvidado, tuve que aprender todo nuevamente. No sabía leer, ni escribir. Podía hablar, pero habían demasiadas palabras confusas, los primeros meses tuve que simplemente señalar la mayoría de las cosas que quería, para que después mi padre me dijera su nombre.

Mi mente estaba completamente en blanco. Ni siquiera sabía lo que era orinar, por lo que, cuando lo hice la primera vez, grite y llore al sentir como un líquido bajaba, por una parte, desconocida para mí.

Era vergonzoso y asqueroso. No era normal. Podía notar como personas que aparentaban mi edad hacían muchas cosas que simplemente yo no podía. Mientras que ellos corrían, yo gateaba, cuando ellos saltaban, yo me paraba.

Agradecía que mi cuerpo tuviera memoria, rápidamente empezaba a captar todo lo que le ordenaba. Pero eso no servía de mucho si yo no sabía como ordenarle a hacer cosas. 

Tarde demasiado tiempo, conocí a muchas personas. Y sin duda alguna, odio el día en el que abrí los ojos.

En una pequeña choza se encontraba una preadolescente postrada en una cama improvisada, hecha por cobijas y paja

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En una pequeña choza se encontraba una preadolescente postrada en una cama improvisada, hecha por cobijas y paja.

Gente y animales de carga pasaban a su lado, todos a pasos presurosos.

Rumores.

Había tantos rumores de esa choza, más de un niño curioso quiso averiguar si estos eran ciertos. No había pasado muchas horas para que todo el pueblo se enterara de los rumores. La voz corre rápido.

Gritos desgarradores es lo que se escucha al pasar. Sollozos sin sentido y balbuceos de súplica abundaban en ese lugar prohibido.

Una niña, un fantasma. Vendado de punta a punta, grita desolada.

Si te acercas a ayudarla, tomarás su lugar. Dicen algunos, mientras que otros dicen que realmente no importa cuanto busques, nunca la encontraras, solo escucharas su desesperación en la choza abandonada.

Si entrabas, el nefasto olor te recibía. Sangre y desperdicios combinados, tierra y lágrimas también. Sin embargo, no había persona en el mundo que supiera como era ahí adentro, como ella lo hacía. Después de todo, nadie necesitaba nada de aquella desarreglada morada.

Lágrimas salían sin para de sus ojos. Se encontraba en la desesperación absoluta, su piel picaba por las diversas heridas infectadas que se encontraban en su cuerpo. Su cabello revuelto y estorboso que a veces le impedía respirar. Ni siquiera era capaz de mover su cabello hacia un lado.

Sus pómulos estaban completamente pronunciados, no tenía masa corporal haciendo que las costillas resaltaran. Su estómago rugía con fuerza, su costado y mejillas se encontrarán pegajosas de sus propios ácidos estomacales vomitados con anterioridad.

Su garganta irritada e hinchada, por gritar, quemada y con pus por los ácidos. Sus ojos rojos y sombríos, ya ni siquiera podía ver con claridad las maderas por las que el viento se colaba.

¿Lo gracioso de todo?

Ni siquiera sabía el porqué de todo eso. No sabía qué quería, o que era lo que tenía. Solo sabía que dolía.

________ Utakama.

Eso era todo, ni siquiera sabía que era lo que significaba. Su mente simplemente lo repetía sin parar, una y otra vez, como un mantra.

________ Utakama.

¿De qué servía eso si ni siquiera podía hacer que parar el dolor de su cuerpo?

________ Utakama

Su cabeza empezó a dar vueltas y no falto mucho para que nuevamente un líquido saliera de sus labios. Esta vez no tuvo las suficientes energías para ladear su cabeza, por lo que todo se derramó por su boca, cuello, nuca y cabello.

Unas lágrimas nuevas brotaron.

No faltó mucho para que volviera a caer en un sueño profundo.

[...]

Sus párpados estaban cerrados, desde hace mucho tiempo se encontraba despierta. Su ciclo de sueño se encontraba movido, su sueño era interrumpido por el dolor de su cuerpo o por los niños curiosos que iban a comprobar los rumores; aunque nadie, nunca entraba.

Recuerda que una vez si llegaron a entrar. Un niño pequeño, sus amigos, lo habían encerrado en ese lugar por "llorón". No dejo de golpear la puerta con fuerza para lograr salir, le gritaba a sus amigos para que ya lo sacaran, pero, sus gritos se intensificaron cuando ella le pidió ayuda a él. 

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el rechinido de esas maderas viejas que conformaban la puerta. La atmósfera cambió y la luna resplandeció.

- _________ Utakama.

Alguien por fin había pronunciado esas incomprensibles palabras.













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Segunda Temporada de "Curiosidad"

Actualizaciones lentas.

Gracias por leer está historia, y por darle la oportunidad a la otra.

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