Pueblo

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(Actualidad)

La menor se encontraba con un vaso entre sus manos. Sus pies descalzos sentían la madera de su casa, caminaba hacia la oficina de su padre, no tenía misiones, ya las había hecho todas.

Podía ir con Itachi, pero no sabía exactamente dónde se encontraba. Sabía que ahora querían atrapar a la bestia de dos colas. Había rogado porque la dejaran ir, pero al enterarse de que Hidan iría, desistió, no le gustaba ese tipo, hablaba mucho de un Dios y al más mínimo comentario se enojaba.

Abrió la puerta e ingresó, solo le quedaba ir a matar personas, no le gustaba eso, pero el mundo estaba lo suficientemente podrido como para recompensar eso. Akastuki ganaba de ese modo la mayoría de su economía. No entendía mucho por qué las personas daban dinero por matar a gente, pero eso le era irrelevante.

Ojeo el libro Bingo y encontró, como siempre, más ninjas de la Aldea de la Hoja que cualquier otra.

— Konoha. — Murmuró, sabiendo que si iba a ese lugar tendría que ponerse su máscara.

Ella podía ir a cualquier sitio que se le plazca, después de todo, ya era alguien grande. — Pensó con orgullo, dirigiéndose a su habitación para preparar una mochila de viajes.

Era de noche, una niña de diez años, con una sonrisa, atravesó la entrada de un pequeño pueblo

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Era de noche, una niña de diez años, con una sonrisa, atravesó la entrada de un pequeño pueblo. Las calles amplias eran transitadas por pocas personas y las luces de las casas se empezaban a apagar.

El viento empezó a soplar y los cabellos azabaches se movieron, dejando a la vista un ceño fruncido. No le gustaba hacer esos tipos de mandados, ahora mismo podría estar perfectamente entrenando, pero Orochimaru insistió en que él fuera.

Se encaminó al centro del pequeño pueblo, buscando un establecimiento donde cenar, después de todo, ni siquiera había comido. Observó cómo unos locales eran cerrados, y como bares eran abiertos. Como siempre, las miradas féminas estaban sobre él. Al final se metió a un pequeño establecimiento de barbacoa.

Sus pasos se hicieron más lentos, sentía la presencia de alguien conocido, su sonrisa se borró. Se escondió en un pequeño callejón, detrás de un bote de basura, bajó su chakra cuando notó que no era el chakra de Itachi o Madara. Arrugó la nariz cuando el olor a putrefacción llenó sus fosas nasales, volteó hacia atrás. Ignorando los grafitis de las paredes, los pedazos de carteles y las obscenas palabras en marcador; al fondo del pequeño callejón, observó el cuerpo sin vida de un cachorro.

Las risas de las chicas relucieron, sus cuchicheos al ver al Uchiha resonaron en el silencioso pueblo. Aquello solo provocó curiosidad en la menor, haciendo que la mueca que mantenía en sus labios se disipara, ya no había nada que hacer por ese animalito.

Sus manos empezaron a sudar y su corazón empezó a latir con fuerza cuando su vista captó aquel chico.

Sus pupilas se dilataron y su boca se abrió por la impresión al ver como salía, a paso lento, de aquel local. Su vista viajó a aquel pecho tonificado que dejaba a la vista su suelta camisa blanca, las clavículas marcadas daban la bienvenida al largo cuello lechoso. 

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⏰ Última actualización: Jun 22, 2023 ⏰

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