viii. ravs

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❛ 08. Ravs ❜

ME ENCONTRÉ ENVUELTA entre las sábanas de Bellamy cuando abrí los ojos con lentitud

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ME ENCONTRÉ ENVUELTA entre las sábanas de Bellamy cuando abrí los ojos con lentitud. Apoyé mi cabeza en la almohada una última vez antes de levantarme y salir afuera. Olía a él. Olía a Bellamy. No me había parado a pensar en lo importante que él era para mí desde que bajé a la Tierra. Había salvado mi vida cientos de veces y además, me había enamorado de él. Realmente, estaba feliz de por fin poder admitirlo en mi mente.

Me abrí paso entre la tela de la tienda y vi que era bastante de noche porque no había nadie más que Bellamy fuera. Estaba de espaldas a mí y parecía estar concentrado en alguna tarea. Caminé voluntariamente hacia él y me senté a su lado, dejando un fugaz beso en su mejilla. Paró todo lo que estaba haciendo y se dirigió a mí.

—¿Has dormido bien?— me acarició la mejilla.

—Sí— la verdad es que había sido sin duda la noche en la que mejor había dormido desde hace bastante tiempo. Fijé mi vista en el palo y la cuerda que tenía en sus manos—. ¿Qué haces?

—Uh, bueno, ¿recuerdas el día que salimos a buscar a Jasper?— asentí—. Me comentaste que sabías usar un arco y um... aquí estoy. Pensaba dártelo cuando despertaras, pero has madrugado, señorita.

Me lancé sobre él y lo abracé, dejándome llevar por la emoción. No solo de que me hubiera fabricado un arco, sino que había pensado en mí y me había estado escuchando. Lo tomé muy personal. Mis ojos brillaron cuando me separé de él.

—Te dije que descansaras— él abrió la boca para hablar—. Es de noche, jefe.

—Ugh, odio que me llames jefe o Blake— gruñó, tirando de mí hacia él con una sonrisa.

—¿Y cómo te llamo?— le vacilé sabiendo perfectamente la respuesta.

—Bell— rio—. Para ti soy Bell.

—O sea que soy una afortunada. Estoy tumbada entre los brazos del líder de los cien— burlé.

—Yo soy el afortunado, Blair— murmuró.

Octavia vino hacia nosotros con una sonrisa y señaló el cielo.

—¡Mirad!

Se trataba de lo que parecía ser una nave proveniente del Arca. Bajaba con velocidad y la idea de que fuese comida o suministros me llenó el alma. Sonreí con satisfacción. Pero Bellamy hizo todo lo contrario, parecía estar pensando en algo, y tenía un semblante serio.

—Vienen a ayudarnos— todos los presentes del campamento se acercaron—. Por fin les partiremos la cara.

Bellamy respiró hondo y se fue del lugar, dejándome con un aspecto desconcertado. Pero entonces me acordé de lo que me dijo en la cueva.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora