xvi. we are grounders (i)

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❛ 016. Somos terrestres (i) ❜

 Somos terrestres (i) ❜

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¿ASÍ SE SENTÍA MORIR?

¿Estaba siquiera muerta?

La cabeza la ardía y parecía que la iba a explotar en algún momento, el sudor que caía de su frente a los ojos hacía que la escociesen, la dolía todo y no tenía fuerzas ni para abrir los ojos. Pero dedició abrirlos. No sabía donde estaba y algún que otro destello de lo ocurrido anteriormente se colaba en sus recuerdos, pero no conseguía acordarse de lo que pasó. Había tan poca luz en lugar en el que se encontraba que se permitió el lujo de examinar el cuarto a detalle. Ninguna ventana lo decoraban y no había rastro de nada. Solo estaba ella, encerrada. Se esforzó por acordarse de lo sucedido.

La morena notó el peligro antes de verlo. Sintió como el hombre restante detrás de Anya se movía más de lo que lo había hecho durante los últimos segundos. Por suerte, el primer cuchillo no está bien lanzado, así que lo pudo esquivar con facilidad. Se volvió y lanzó una flecha directa al brazo de Anya, pero sabía que había fallado. Y que eso no la iba a matar. La sirve para ganar tiempo, mientras Anya examina la gravedad de la herida, Blair coloca otra flecha en su arco. Salió corriendo hacia Clarke y Finn, pero el cuchillo del terrícola da justo en su frente, pero no hace más que hacerla un corte en ella. Aunque es suficiente para cegarla de un ojo. La skaikru se tambaleó, pero acabó poniendo otra flecha en su arco de forma automática, cómo si llevase haciéndolo toda la vida. Cuando sale, sabe qué ha fallado y eso le bastó a la terrestre para abalanzarse sobre ella. La derribó boca arriba y apretó con fuerza sus hombros, para no tener que forcejear.

—solo sois Skaikru, no tenéis la mismas enseñanzas que nosotros. ¿Quieres la paz? Pues únete a nosotros.

Blair la calló soltandola un puñetazo a la altura de su tráquea. Sirvió para que mantuviera silencio, pero sus manos repararon en el cuello de Blair, que sólo pudo forcejear, aflojando el agarre. Pero eso solo hizo que las ganas de estragularla aumentarán en Anya. Y lo hizo.

Se acabó, pensó la morena. Intentó coger aire, pero se rindió al ver que era en vano. Que iban a matarla y que no iba a regresar al campamento. Al ver que el forcejeo había acabado, Anya soltó a Blair bruscamente con un semblante de decepción.

—Te has rendido— dijo al oír a la skaikru toser como si su vida dependiera de ello. Porque lo hacía.

—Vais a morir, Anya. Me siento tan bien después de saber que no pudisteis atacar porque volamos el puente. Porque así siempre pasa: nos subestiman y después les aplatasmos. Son solo salvajes, pero nosotros tenemos todo lo necesario para extinguilos— la líder de los terrestres dio una patada con fuerza al vientre de Blair, la cual cayó adolorida al suelo. Pero entre jadeos y quejidos, se levantó a horcajadas.

𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐄𝐀𝐓 𝐖𝐀𝐑, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞 ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora