"Ten cuidado de que, cuando luches contra monstruos, tú mismo no te conviertas en un monstruo... para cuando mires largo tiempo al abismo. El abismo mira también dentro de ti."
- Friedrich Nietzsche
Una pequeña mano se movió con temor, las cejas de color marrón oscuro se estrecharon, mientras se deslizaban sobre el material áspero del paquete envuelto. La lechuza negra familiar lo había dejado durante su desayuno en el gran salón, sus ojos brillantes y sedientos de sangre la miraban expectantes. Ella contuvo el aliento, reconociendo a quién pertenecía la criatura antes de agarrar el pesado regalo y salir del salón.
Podía sentir a la lechuza mirándola mientras se dirigía directamente a la biblioteca, su único santuario para la paz.
"¿Qué pasa ahora?" La de sexto año susurró para sí misma, ubicando una sección tranquila en la habitación mal ventilada.
Se estaba sirviendo el desayuno, por lo que no tenía que preocuparse de que nadie la molestara. Sabía que Harry y Ron le ahorrarían algo, sin siquiera preocuparse por su ausencia. Asumirían que ella está estudiando para su próximo EXTASIS el próximo año.
Pero quién tiene tiempo para estudiar cuando se avecina una guerra.
O cuando dicho líder de guerra te envía regalos misteriosos.
Hermione negó con la cabeza. No sería la primera vez, y temía que tampoco sería la última. Pensando en los libros de pociones de su primer año, un mapa con pasadizos secretos dentro de Hogwarts en su tercer año y un libro de hechizos Expelliarmus que le avergüenza admitir que le resultaron útiles algunas veces.
No perdió tiempo en romper el papel marrón claro que envolvía lo que parecía ser un libro morado oscuro. Parecía que quería que ella comenzara a considerar otra cosa.
-No -susurró la joven de diecisiete años, llena de temor mientras se apartaba como si la quemara el libro que le devolvía la mirada-.
Las Artes Oscuras.
La joven de cabello largo tragó un nudo en su garganta, no podía seguir negando el tirón que sentía. El deseo de liberar su magia almacenada la había estado manteniendo a raya. Cada vez que un Slytherin se burlaba de ella o la maldecía, el deseo de mostrarles lo que realmente podía hacer se hacía más fuerte. Pero tuvo que contenerse.
Ella no sería como él. Ella no quería ser un monstruo.
"Bueno, bueno, qué tenemos aquí", una voz aguda, pero poderosa, se hizo conocida. "¿Qué haces aquí embarrado?" El tono burlón, casi entrañable, hizo que un escalofrío viajara por su espalda.
Un escalofrío o maleficio de algún tipo siempre acompañaba poco después cada vez que Bellatrix estaba en su presencia. "...es la biblioteca, no necesito una razón para estar aquí. Eso es lo que pasa con ser un sabelotodo," Hermione apoyó su mano derecha en el escritorio, tratando de esconder su libro con su larga túnica negra, mirando a cualquier lado menos a la bruja.
Ella no necesitaba esto ahora. ¿Por qué ninguna otra persona podía entrar en ella? ¿Por qué tenía que ser la única persona a la que no podía soportar?
"No te hagas la lista conmigo, Granger", siseó Bellatrix, el rápido movimiento para agarrar su varita llamó la atención de la Gryffindor, antes de que levantara sus orbes marrones para volverlos completamente negros.
Se maldijo en silencio por cometer el error, esos ojos alegremente tortuosos siempre la mantuvieron atrapada como si estuviera en trance. "..." Hermione logró aclararse la garganta, parpadeando una vez antes de echarle un vistazo a la bruja.
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Luchando contra monstruos | BELLAMIONE
FanfictionNo quería convertirse en lo que todos esperaban que fuera, no permitiría que la convirtieran en un monstruo. Pero cuanto más se miraba en el espejo, menos se reconocía a sí misma. Se estaba convirtiendo en algo mucho más allá de su control. Y la ate...