Luchando contra monstruos | BELLAMIONE

Capítulo Once: Momentos

"El viaje nunca termina. Siempre habrá crecimiento, mejora, adversidad; solo tienes que aceptarlo todo y hacer lo correcto, seguir creciendo, seguir viviendo el momento".

-Antonio Marrón

"... qué," murmuró Hermione confundida, rascándose la nuca mientras miraba alrededor del espacio en blanco frente a ella. "¿Por qué estoy aquí de nuevo?" cuestionó, atreviéndose a dar un paso más hacia la nada.

"Te llamé", saltó Hermione, dándose la vuelta para mirar al cuerpo desconfigurado que hablaba.

El ratón de biblioteca dio un paso sólido hacia atrás cuando la figura trató de alcanzarla. "¿Qué vas a?" Exigió, un hechizo en la punta de su lengua.

"¡Hermione!" La voz de su madre la hizo saltar cuando la sacaron de su ensoñación.

El ratón de biblioteca se frotó los ojos desde donde estaba sentada en uno de los taburetes en la cocina en el mostrador. "... lo siento, debo haberme distraído o algo así. ¿Qué estabas diciendo?" Preguntó con una mirada de disculpa.

Pero su madre solo sonrió, mirándola debajo de sus delgadas pestañas mientras bromeaba. "¿Distraído o soñando despierta con cierta bruja de cabello oscuro que viene hoy?"

"Culpable," Hermione se encogió de hombros con un suave sonrojo; mintiendo entre dientes.

Últimamente había estado teniendo un sueño recurrente. Estaba de vuelta en el punto de no retorno, pero esta vez Dumbledore no estaba allí para guiarla y una figura negra seguía apareciendo. La figura le resultaba familiar, pero no podía acercarse lo suficiente para verla bien. E incluso si quería echar un buen vistazo, la criatura estaba rodeada de tanta oscuridad que mantuvo la distancia.

Cada vez que se acercaba a ella, tenía la sensación de que no debería dejar que la tocara. No debería dejar que se acerque a ella.

"De todos modos, estoy seguro de que a Bella le gustará el picnic que has preparado", la voz tranquilizadora de su madre la calmó mientras el sueño se repetía en su mente. "¿Está emocionada de que comiencen las clases?"

Hermione se burló, imaginando la cara de Bella cuando finalmente regresaron a Hogwarts. "Sí y no. Creo que está más emocionada de volver a jugar quidditch que concentrarse en su trabajo escolar real".

Había pasado un mes desde el incidente con su tío y la escuela finalmente había vuelto a su antigua gloria. Ella y Harry se habían ofrecido como voluntarios para ayudar a reconstruir la escuela. Dado que era principalmente su culpa, liderar la rebelión y todo, parecía apropiado que ella fuera la que ayudara a limpiarlo.

También estaba la lucha por hacerles saber a los estudiantes que Hogwarts finalmente estaba a salvo nuevamente. Muchos padres se han estado quejando de ese aspecto; no solo sobre los mortífagos, sino también sobre ella. Hermione había recibido más de una docena de gritos, cartas amenazadoras y miradas sospechosas en el transcurso del mes. La mayoría de ellos procedían de padres que todavía creían que ella estaba defendiendo la causa de sus tíos y que todo había sido parte de su malvado plan.

Verdaderamente, las cosas que la gente inventaba para encontrar a alguien a quien culpar.

Estaba anticipando y temiendo volver a clases. No podía esperar para volver a sus libros, volver a una vida normal, pero de alguna manera, sabía que eso no sería posible. Ninguno de ellos sería capaz de volver a la normalidad.

Había cambiado demasiado.

"... cariño, tu teléfono está vibrando", gritó su madre, sacándola de otro sueño.