18. ・Banquete・

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Te sujetó del cuello bruscamente, apretó fuertemente tu cuello viendo solamente sus intereses de por medio, no le importaba ni en lo más mínimo tu salud o bienestar.

??: -¡Habla! ¿Quien eres?- preguntó, con llamas ardientes en los ojos, sus manos te apretaban fuertemente la garganta, sentías como el aire te empezaba a hacer faltar.

T/N: -Y-Ya te lo dije... mi nombre es T/N- pronunciaste con dificultad, las palabra te pesaba.

??: -No mientas... T/N, ella... ¡¡está muerta!!-






*Momentos antes*





Te levantaste como nueva, claro que con los pensamientos aún revueltos por la noche anterior, pero eso no te impidió dormir lo más cómodamente, la cama de Tartaglia era lo mas suave que habías probado en tu vida. Te cambiaste y fuiste a ver a Ekaterina para saber cuál era tu siguiente deber.

Eka: -El señor Tartaglia me dijo que te tomarás unas vacaciones- dijo con una voz seria, estando un poco desconcertada por tu repentino descanso.

"¿Vacaciones de mis "vacaciones"?" Fue lo que pensaste.

T/N: -Entendido...-

Ekaterina sonrió, giro para irse pero se detuvo al recordar algo más.

Eka: -Puedes hacer lo que quieras, menos dejar el hotel sin supervisión, fue lo que dijo el señor, avíseme si piensa hacerlo- manifestó viéndote por encima de su hombro, teniendo una expresión preocupada, como si no tuviera mucha confianza en la palabras que pronunciarás.

T/N: -No te preocupes, te dire cualquier cosa- hablaste con la verdad.

Ekaterina retomó nuevamente su camino y se fue, tú por tu parte estabas dando pequeños brincos de emoción, "Así es como se sientes las primeras vacaciones" pensaste.

Había mucho por hacer, no sobre tu trabajo en los Fatui, más bien de tu misión por parte de los Caballeros de Favonius, era una lástima que no pudieras salir pero por lo menos pasarías el tiempo recorriendo los grandes pasillos del hotel en busca de nueva información.

Caminaste siguiendo solamente tus instintos para poder llegar hasta tu primer objetivo, la cocina.

Al momento de entrar pudiste sentir todas las miradas posándote en ti, después de todo tú nunca habías ido a la cocina o hablado con alguien del personal.

T/N: -Buenos días- fue lo primero que dijiste esperando tener una buena impresión por su parte.

Chef: -¡Que bueno que llegas!- exclamó, dejando de lado todo lo que estaba haciendo para darte una mirada llena de felicidad, lo cual te pareció extraño -Rápido, lleva esta orden a la habitación 224, tenemos muchos invitados muy especiales y no queremos hacerlos esperar- dicho esto colocó los platillos en un gueridón para facilitarte el traslado y con una sonrisa muy alegre pronunció -Muchas gracias por tu ayuda- para después dejarte fuera de la cocina con muchas dudas en tu cabeza.

Al parecer el personal del hotel no era tanto como pensabas, había muy pocas personas encargadas de las labores y del cuidado, que no dudaron en involucrar a una alguien completamente desconocida en sus trabajos. Justo ahora tenías un encargo que hacer y si no lo hacías, era posible que las personas que acababas de conocer fueran condenadas a un castigo peor que la muerte.

Esto estaba completamente fuera de tus planes, pero si no fuera por los "invitados especiales" que había mencionado el chef, entonces no tendrías tanta emoción por llevar esos platillos.

Preguntaste a varias personas sobre la localización de la habitación 224, las cuales muy amablemente te enseñaron dónde estaba, pero no faltó alguna que te advirtiera sobre el buen comportamiento al momento de entrar.

Sentiste como tu garganta se cerraba al momento de estar en frente de la puerta, una puerta muy grande a comparación de las demás, con un letrero en el medio señalando el número de la habitación.

T/N: -Creo que no es una buena idea- dijiste, sentiste como la sangre se helaba y tus piernas no dejaban de templar, era como si tú mismo cuerpo te advirtiera del peligro.

??: -¿Por qué no es una buena idea?-

Giraste rápidamente tu cabeza, en busca del dueño de la voz. Cerca de ti se encontraba una mujer muy bonita, pelo largo y negro, ojos azules y con un vestido tradicional.

T/N: -N-No es buena idea que... ¡haga esperar a los invitados!- intentaste reparar, no habías sentido la presencia de alguien, así que te relajaste y dijiste tus pensamientos a diestra y siniestra.

??: -...- te miro fijamente, tu respuesta no la convenció para nada.

T/N: -Sí me disculpa... tengo que entrar- apartaste tu mirada de la joven y proseguiste a abrir la puerta.

La habitación era más grande que las otras, está era un salón de banquetes, con una gran mesa en el medio y una orquesta al fondo.

Habían varias personas repartiendo la comida a los invitados preparados para absorber hasta el plato, fuiste a una de las mesas y empezaste a hacer tu trabajo.

Viste de reojo la entrada en donde pudiste observar como la señorita que te habías encontrado antes pasaba descaradamente por todas las mesas queriendo llamar la atención.

No sabias su nombre, no sabias su estatus, no sabias quien era, pero algo estaba claro, ella era una persona de muchas agallas.

??: -Llegas tarde- le reclama uno de los invitados a la señorita.

??: -Perdón, tuve algunas complicaciones en la entrada- dice la peli negra.

??: -Por algo te pague, no me hagas quedar en ridículo-

La mujer lo mira con enojo y mucho coraje, pero rápidamente guardó la compostura y simplemente asintió a regañadientes.

"Parece que alguien no está de buen humor" fue lo que pensaste cuando la viste.

Terminaste de servir la comida, tu trabajo ahí ya había acabado, pero obviamente no podías irte así sin más.

??: -Oye, nueva...-llamo alguien del personal en voz baja, tal parece que era tu compañero de trabajo.

T/N: -¿Si?-

??: -Si ya acabaste retírate- aconsejó -Este banquete tiene invitados muy importantes y temerarios-

T/N: -¿Cómo quiénes?- preguntaste con los ojos abiertos de par en par por la emoción.

??: -Asistentes de los Heraldos- pronuncio.

Si bien era cierto que todos los Once Heraldos tenían asistentes directos, tú nunca habías conocido a uno de ellos, solamente a algunas tropas que derrotaste en tú pelea con Scaramouche.

Miraste hacia todos lados para encontrar a la persona que encajara más en el papel de "asistente de un Heraldo", y la persona más obvia a la que volteaste a ver no era más ni menos que la señorita con gran carácter y ojos azules.

"Bingo"

??: -Será mejor que me vaya...-

No lo escuchaste, estabas demasiado concentrada en tu plan, y esta vez sería un plan perfecto, perfecto para reportarlo con Jean.

















(●・ω・)(・ω・◎)(○・ω・○)(◎・ω・)
Sin palabras...

No se que decir al respecto. Aparezco y desaparezco.

Se que es corto, pero les prometo que en poco tiempo saldrá el otro cap.

Muchas cosas han pasado, pero les prometo que aunque tarde meses o años, nunca abandonare este fanfic.

¡¡Gracias por seguir leyendo!! Si tienes algún comentario no dudes en hacerlo.

Buenas noches/días/tardes y hasta la
próxima. ( ̄∇ ̄)

::::: A tu lado aunque seas un estúpido ::::: Tartaglia x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora