12. ・Pelea・

387 33 4
                                    

*Narra T/N*

T/N: -¿Qué acabo de escuchar?...- susurré.

Pensé que la order de Tartaglia había sido demasiado fácil e inesperada, así que mi curiosidad me impidió alejarme de este lugar.

Pero justo ahora mi cabeza estaba aún más llena de preguntas: ¿por qué me dejó ir tan fácilmente?, ¿cuál es su verdadero objetivo?, ¿por qué se preocupa tanto por mi? Y lo más importante de todo, ¿quien es Camile?, ¿otra ayudante de los Fatui?

No comprendía nada.

Las ganas de interrogar a Tartaglia sobre esto son muy grandes, sin embargo, no tengo que levantar ninguna sospecha, si investigo por mi cuenta pronto podré saber la verdad.

Seguí escuchando parte de su conversación, pero gracias al gran movimiento que había por Liyue fue imposible oírla a la perfección, sin embargo, Tartaglia salió corriendo después de que mencionaran a la señorita Camile, supuse que una emergencia había surgido, así que regrese al hotel de los Fatui para descansar, después de todo solo faltaban algunas horas para el gran enfrentamiento.

Por el camino de regreso la idea de escapar era bastante tentadora, no obstante el mérito por hacer un misión tan peligrosa era aún más deseable, además, no puedo dejarlo solo, él confió en mi y no lo defraudaré, a la hora de la pelea le demostraré de lo que soy capaz, no se arrepentirá.

Al día siguiente desperté con más energía que nunca, me cambié y me dirigí al campo de entrenamiento. Parecía que esto iba a ser un gran espectáculo para todos, literalmente todos, en mi vida había visto a tantos fatuis juntos. Parecían una manda de animales salvajes.

Seguí caminando firme, con la cabeza en alto y en mis manos la espada que Albedo hizo especialmente para mi, fue un gran regalo de cumpleaños pues esta se adaptaba perfectamente al uso de mi visión. Agradezco que Tartaglia pudo recuperarla, sino nunca hubiera podido volver a ver a la cara a Albedo, ya me imagino el enojo que tendría si se enterase en dónde acabo mi arma.

Extraño Mondstadt, en verdad quiero volver, por eso debo terminar con esto lo antes posible.

Sc: -Vaya vaya, pero mira quien es, admiro tu valentía, pensé que escaparías a las pocos días, pero no, sigues aquí- dijo con una cara de decepción. -Tú felicidad no durará por mucho tiempo, mis tropas te golpearán tan fuerte que lloraras y no tendrás las energías ni las ganas para volver ¡JAJAJAJJA!- maldito masoquista, ahora tengo mas ganas de patearle el trasero a todos sus súbditos.

T/N: -Jajaja... creo que el que se irá llorando es otro- pronuncie con la mayor confianza que podía, era claro que perder no era una posibilidad.

Sg: -Bueno parece que todos estamos aquí, así que empezamos con...-

Sc: -Espera- interrumpió. -Todavía no a llegado el inepto-

*¿Tartaglia?* pensé, se supone que el debería de estar presente, después de todo esta apuesta lo involucra a él.

Pase mi mirada por todos lados, pero no estaba, no estaba por ninguna parte.

Sc: -Bueno, que importa- habló restándole importancia al asunto. -Al parecer se a dado cuenta de lo inútil que eres, ni si quiera se a presentado, se nota cuanto le importas- rió el Heraldo, y con él todos los demás. Les resultaba gracioso esta situación.

T/N: -Te equivocas, el no vino porque ya sabe el resultado de esta pelea y no gastará su valioso tiempo en ver cómo tus esclavos salen perdiendo y llorando- alardeé, la verdad no sabía nada de él.

Pude notar como la cara le cambiaba drásticamente, le hervía la sangre, después de todo le di en su pequeño orgullo.

Sg: -En ese caso... ¡empezamos con esta pelea!-

Y comenzó, la batalla más esperada por los fatui, en un extremo del campo las tropas de Scaramouche conmovidos por no tener piedad y en el otro lado yo, una persona que desgraciadamente se había visto envuelta en una gran situación que involucraba a los Fatui.

Lo único que escuchaba eran las risas e incontables palabras de lástima hacia mi persona, todos piensan que estoy en desventaja.

T/N: -Agradezco que hayan venido a ver este espectáculo, si quieren ver algo divertido... eso es lo que van a ver-

Al finalizar mis palabras sujete con gran fuerza mi espada y me dirigí al centro del campo, obviamente mis contrincantes no se quedaron atrás. Eran muchos, mas de los que podía contar con mis manos, pero no tenía miedo, no podía tener miedo.

En el momento en que estuvimos más cerca no dudaron en atacar, sus ataques eran tan simples que solamente los bloqueaba con mi espada, pero hubo un momento en el que los ataques eran más continuos.

Me di cuenta que había unos fatuis hydro intentando curarlos, primero debía encargarme de ese, luego de los electro porque su escudo sería una molestia, después las magas Cicín, posteriormente los de geo y anemo, pues no representaban un gran problema y por último los que no tenían ninguna visión, especialistas en el ataque cuerpo a cuerpo.

Envolví mi espada con electro para atacar, los GOLPEÉ a cada uno de ellos y a otros cuantos que se atravesaban en el camino.

Ataque ataque y ataque, parecía una máquina de guerra imparable, no me sentía para nada cansada gracias al duro entrenamiento que había recibido por parte de Jean y a los constantes ejercicios que hacía junto con Diluc.

Las reacciones elementales los hacían caer y volar por los cielos, solo faltaban unos cuántos para proclamarme la ganadora, sorprendentemente todo estaba saliendo bien, demasiado bien.

Los fatui que quedaban de pie se veían cansados, así que solamente les lancé una ráfaga de rayos (una técnica que Kaeya me había enseñado, la practicamos día y noche hasta que por fin la pude utilizar sin sentir una gran fatiga). Como era de esperarse cayeron inconscientes al piso, levante mi mirada y observé que ya no había ningún otro fatui dentro del campo de entrenamiento.

T/N: -¡Lo hice!- grité, celebrando mi gran victoria.

Voltee donde se suponía que estaría Tartaglia, pero el no se encontraba ahí, solo estaba Ekaterina aplaudiendo y luciendo orgullosa. Caminé hacia ella para preguntarle el paradero de mi nuevo jefe, pero al momento de dar otro paso sentí una gran electricidad recorrer por todo mi cuerpo, giré mi torso para ver de qué se trataba... no me lo podía creer.

El mismísimo Sexto Heraldo de los Fatui estaba en medio del campo con una expresión no tan amistosa e irradiando electricidad.

Sc: -¡¿QUÉ?! ¡¿Creíste que te dejaría ir como si nada?! ¡JAJAJAJA! ¡Todas las tropas tienes un líder! Adivina quien es el líder de mis reclutas- enunció.

T/N: -Tch... tú- respondí de mala gana.

Sc: -Vaya me sorprende que lo hayas respondido bien, con tu cerebro de idiota dudaba mucho que me entendieras, ahora creo que se el porque le gustas a ese cretino- manifestó con una cara de desagrado.

T/N: -¡¿Le gusto?!- no pude evitar sonrojarme por tal declaración.

Sc: -Que asco- expresó -Eso no importa... ¡NO TE DEJARE SALIR DE ESTO CON VIDA PERRA!, ¡PAGARÁS POR TODO LO QUE ME HICISTE!- declaró, haciendo que mi sangre se helara.

¡¿Dónde carajos estaba Tartaglia en un momento tan importante?!











(●・ω・)(・ω・◎)(○・ω・○)(◎・ω・)

FELICES FIESTAS!!!!
Pásenla muy bien y diviértanse mucho.

El día 27 de diciembre subiré otro capítulo como un regalo de navidad y agradecimiento a todos ustedes ¡muchas gracias por seguir esta historia!

Les mando un saludo a todos, recuerden comentar que les pareció el capítulo y darle estrellita ✨

Buenas noches/días/tardes y hasta la
próxima ( ˘ω˘ )

::::: A tu lado aunque seas un estúpido ::::: Tartaglia x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora