La familia Weasley

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La señora Weasley miraba obnubilada a su hija menor como si no diera crédito a lo que veía, imágenes cruzaban su mente dolorosamente recordando la niñez de su adorada hijita. Era impactante para ella verla después de tres años de ausencia donde no hizo más que extrañarla.

― Mamá ― Murmuró ella mirando los castaños ojos de su madre tan iguales a los de ella las lágrimas surcaron el rostro de Molly recordando cada segundo que Ginny estuvo lejos de su hogar y de su vida tres años para una madre lejos de su hija eran suficientes para ella e independiente del dolor y las preguntas esbozó una sonrisa emocionada y abrió los brazos Ginny decidida sonrió abiertamente y se lanzó eufórica a los brazos de su madre. Ambas se estrujaron fuertemente pretendiendo recuperar aquellos abrazos y mimos que se debían.

Harry sonreía feliz y aliviado una parte del pasado de Ginny estaba reconciliado solo faltaba limar asperezas con la otra mitad: El resto de los Weasleys.

― Mamá, Hermione pregunta... ― Ron dejó de hablar al ver a su hermana abrazando a su mamá sorprendido.

― Mira cariño la sorpresa que Harry nos ha traído ― Decía Molly acariciando la mejilla pecosa de Ginny sonriendo encantada. La pelirroja menor le lanzó una furtiva mirada acompañada de una sonrisa tímida a su hermano que él no devolvió.

― !Vaya! me alegro por ti mamá pero yo no estoy tan interesado en la visita como tú ― Espetó él congelando el alma de Ginny, giró sobre sus talones y se alejó de allí.

― Dale tiempo no ha sido fácil para él ― Se apresuró en decir Molly secando las lágrimas de su hija ella asintió e inesperadamente Molly se lanzó a los brazos de Harry quien sorprendido sonrió y correspondió el abrazo ― Gracias por devolverme a mi hija, corazón ― Susurró Molly, Harry y Ginny se miraron y se sonrieron cálidamente.

― Fue ella quien volvió a nosotros, Molly ― Suspiró él.

― Como sea ― Sonrió ella tomando una mano de Harry y la mano de su hija ― Lo importante es que estás aquí, con tu familia, con las personas que te aman ― Sonrió ella mirando con afecto a Harry.

― Te extrañé tanto mamá ― Mugió Ginny contemplando los emocionados ojos de su madre ― Perdóname ― Imploró y Molly la besó maternalmente en la frente.

― No tengo nada que perdonarte cielo, ya tendremos tiempo de hablar lo importante ahora es que vuelvas a nosotros como antes ― Le sonrió Molly y Ginny buscó la mirada de Harry y encontró también una sonrisa. La señora Weasley apretó la mano de su hija y con una rapidez inusitada y alarmante para Ginny la condujo hasta la sala donde estaba el resto de la familia. El bullicio de los Weasley era inexplicablemente acogedor para Ginny todos ensimismados en sus quehaceres hablando animadamente unos con otros que no repararon ella y sin embargo Ginny sonrió exultante. Unos pasos la distrajeron y miró hacia las escaleras, una bonita mujer la miraba sorprendida desde las escaleras.

― ¡GINNY! ― Exclamó Hermione y todos los hombres la miraron con el ceño fruncido y luego con rapidez voltearon a ver hacia el lugar en que miraba Hermione.

― Hola ― Murmuró ella nerviosa siendo observada por todos los Weasleys y por el rabillo del ojo vislumbró un torbellino castaño acercarse hasta ella y estrecharla fuertemente.

― ¡Ginny! ― Exclamó ― ¡Oh Merlín santo eres tú! ― Se separó unos segundos para mirarla a los ojos ― ¡Eres tú! ― Repitió ocasionando una risita tímida en Ginny mientras era apretujada en un nuevo abrazo por su cuñada.

― Hola Hermione

― ¡Hay tanto que hablar!

― Y hablaremos ― Sonrió.

Dos semanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora