Ella lo observaba nerviosa sin saber que decir, aquella confesión la tomó por sorpresa. Quería huir de allí y no hacerse cargo de los sentimientos de Harry porque sabía que jamás podría corresponder ese amor... hace unos minutos eran los mejores amigos compartiendo una sana siesta y de un minuto a otro resultaba todo caótico, ella había tenido la mala ocurrencia o necesidad de querer rozar los labios de Harry para sentirse segura y él había mencionado el grueso detalle de amarla. Necesitaba salir de esa habitación que comenzaba ahogarla, el ambiente comenzaba a ser asfixiante, y sin embargo permanecía inamovible, las piernas no respondían haciendo caso omiso de las instrucciones que su cerebro daba. Era sofocante aquel lugar pero sentía que debía permanecer, quedarse y escuchar. La mirada inquietante de Harry se lo pedía, le imploraba que no lo abandonara y eso para ella era todo, era casi subyugante. Una oleada de sentimientos la invadió, de recuerdos, de sonrisas y anhelos... ese mar de emociones la desequilibró y la desesperación brotó por sus poros.
― Creo que te equivocaste, no puedes estar hablando en serio ― Le dijo dolida y aturdida. Harry se acercó a ella sin dejar de mirarla a los ojos agobiado.
Mis dedos frios y mi pelo,
que me golpea en tus recuerdos
y me persigues en la sombra tu
de dónde sales tú?
de dónde sales y me atacas
― Sabes que jamás bromearía con algo así ― Respondió seriamente.
― No te entiendo ¿qué mierda es todo esto? ― Increpó atormentada.
― ¡Vamos Ginny no nos hagamos los idiotas! ― Interpuso exasperado, siempre perdía la paciencia con ella y esta vez no era la excepción.
― ¡Explícate! ― Apremió desmoralizada moviendo las manos al hablar, unos cuantos mechones surcaron el rostro pálido desencajado.
― No es necesario que te explique, los dos siempre hemos sabido como es la situación entre los dos, en realidad todo el mundo lo sabe... todos saben que estoy enamorado de ti desde que te vi ― Añadió imperturbable. Ginny lo miró a los ojos y unas lágrimas escaparon incontenibles ella negó, se limpió las lágrimas y lo miró desafiante.
de dónde puede tu mirada hipnotizarme..hipnotizarme
y elevarme..y elevarme.
― ¡Yo no sabía!
― ¿Qué importancia tiene eso ahora?
― ¡Mucha!
― ¿Cómo cuál? ¡te habrías alejado de mí, jamás me hubieses contado tus asuntos por lástima!
― No seas injusto...
― ¿Injusto por qué? diablos Ginny, jamás fueron necesarias las palabras entre los dos, quizás supiste antes que yo que estaba enamorado de ti ― Insistió él apesadumbrado. Ginny se masajeó las sienes histérica mientras cerraba sus ojos para pensar con claridad. Hubo un tiempo, cuando era adolescente donde quizás si pensó en esa teoría, que Harry sintiera algo por ella pero la desechó casi al instante porque al segundo de pensarlo con claridad le pareció ridículo. Ambos eran amigos, los mejores como para estropear una amistad que era sagrada para los dos. Y ahora se sentía una mujer sin razón y corazón, una desleal por desertar la relación más pura que podía atesorar.
― Yo... ― Titubeó, se llevó las manos al cabello y lo miró horrorizada.
― No me mires así ― Le suplicó, intentó acercarse más a ella y Ginny no se lo impidió ― No te sientas culpable, aclararé todas las dudas que tengas pero no me pidas que me aleje de ti ― Expuso él con rotundidad ― No estoy dispuesto a perderte una vez más Ginny ― Añadió con convicción. Ella resopló y lo miró con el ceño fruncido.
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Dos semanas
RomansaHarry debe escoger entre la estabilidad de su vida o lanzarse a los brazos de la única mujer que ha amado... ¿Qué crees que escogerá?