⁴│𝐈𝐠𝐧𝐨𝐫𝐚𝐝𝐚.

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─Creíste que podías escapar de mí.

Esta mujer es más que terca. ¿Por qué mierda no se me ocurrió que ella buscaría la llave? Pero tengo que hacer lo que tengo que hacer.

─¿Quién dice que estoy escapando?

Ella me acarició el rostro con su palma y después esta fue bajando por todo mi cuello y bajo hasta detenerse en mi pelvis, y vaya que esto me subió bastante la temperatura.

─Tus acciones, cariño. Encerrarte en tu habitación me dicen que me evitas.

─Tal vez lo único que busco es terminar con este juego.

Ella acercó su rostro al mío y me miró fijamente a los ojos, podía sentir como su mirada penetraba mis pensamientos y mi alma.

─¿Eso es lo que quieres?

Contuve la respiración, le devolví la misma mirada intensa y respondí lo más convencida que pude.

─Sí, eso es lo que quiero.

Sus labios se curvaron en una sonrisa lo que me hizo pensar que esto no va por buen camino y tiene una última jugada, sabe que yo soy muy débil cuando se trata de ella.

Me volví a concentrar en su mirada y me di cuenta que ahora no veía mis ojos, sino en cambio estaba concentrada en otra parte de mi cuerpo, ella miraba mis labios y yo sabía lo que se aproximaba.

Mi cuerpo se puso rígido y eso solo significaba una cosa y era mi inminente derrota.

Sana se acercó lentamente, pero su mirada estaba muy atenta, estaba segura de que quería ver mi reacción, sacó su lengua y comenzó a lamer mis labios, mis labios se comenzaron a humedecer por su saliva.

Mis piernas temblaban y mi corazón estaba a punto de un paro, jamás había hecho eso y mi cuerpo parecía ceder cada vez más ante sus demandas.

Finalmente me besó, era un beso apasionado pero desesperado, con lo poco que me quedaba de cordura me resistí a devolverle el beso, pero estaba consiente de cuanto podía resistir mi cuerpo y sabía que dentro de poco yo estaría arrancándole la ropa a ella.

─¿Estas completamente segura de que quieres terminar con este juego?

Ella se levantó hasta nuevamente quedar sentada sobre mis caderas, y con ambas manos desabotonó la parte de arriba de mi pijama, cuando tuvo una visión completa de mi torso semi-desnudo volvió a sonreír y nuevamente se recostó sobre mí hundiendo su cara en mi cuello, comenzó a besarme y morderme haciéndome gemir, erizándome la piel y llevando mi cuerpo al límite.

─ Tú no puedes dejar este juego Tzuyu, porque te gusta más o igual que a mí.

Con esas palabras mi cuerpo entero se puso completamente tenso, ya ni siquiera podía sentir lo que Sana estaba haciéndome. Yo reaccioné, y con todas mis fuerzas empujé a Sana, estoy casi segura de que incluso la lastimé.

─ Estoy muy segura de querer terminar con esto, y te pido que salgas de mi habitación.

Ella estaba completamente sorprendida por mi actitud, jamás la había empujado como lo acabo de hacer, y a pesar de nuestras peleas jamás le hablé de esa manera.

Sana se quedó parada al borde de mi cama y me miró fijamente, se dio cuenta de que hablaba muy en serio cuando le decía que quería terminar con este juego, finalmente se dio la vuelta y se fue, su expresión me decía cuan lastimada estaba por mi rechazo, pero era mejor que ahora ambas nos sintiéramos lastimadas, a que después nuestro dolor fuera desgarrador.

¡Por favor Sana, no te cases! ─ 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora