¹³ | 𝐋𝐨𝐬 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬

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(𝗦𝗲𝗶𝘀 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲́𝘀)

─ Lo siento Sana, pero tengo que colgar. En estos momentos tengo que salir a una entrevista.

─Está bien, después hablaremos.

─¿Segura que estás bien? Te escuchas bastante rara.

─Ya sabes, lo usual. Otra vez peleamos.

─Apenas llevan seis meses casados y sólo se la pasan peleando. ¿Cuándo van aprender?

─ Esto es tan raro. Cuando éramos novios ra vez peleábamos, pero ahora sólo nos vemos es lo único que hacemos.

─ Tal vez solo les falta adaptarse un poco a la vida de casados, ya verás que pronto las cosas van a mejorar.

─ Será mejor que ya no te entretenga. Te llamo después.

─Bien, adiós.

─ Adiós.

Apenas habían pasado seis meses después de la boda. Durante ese tiempo Sana y Suho me habían llamado cientos de veces contándome una nueva pelea, no parecían ser grandes peleas, la verdad me sorprende que discutan por tan pequeños detalles y ambos me ponen en una situación difícil.

Los dos me piden consejos para dejar de pelear pero me quedo sin palabras. Mi conciencia no me deja decirles: Solo dejen de ser tan idiotas, esa es la solución. A mi parecer esas palabras serían bastante grotescas, aunque es la verdad y esa es la solución.

Después de la boda comencé a trabajar en un nuevo álbum que mi agencia tenía preparada para mí y esta apenas se estrenó hace tres meses. El estar completamente ocupada me alejó de mi tristeza y me recordó que mi vida va mucho más allá de Sana, aunque reconozco que sería fantástico tenerla a mi lado como mi novia o esposa, pero como dicen por ahí, no se puede tener todo en la vida.

Es un álbum excelente. De toda mi discografía este es mi favorito y al parecer también el del público. En los programas de música he recibido excelentes críticas por mi trabajo, los premios han llenado mis estantes y eso me hace sentir aún más orgullosa porque cada canción que interpreto lleva una parte de mí y que esa parte de mi pueda lograr tantas cosas me hace pensar que nada es imposible y cuando esa sensación me llena, me provoca una inmensa felicidad.

En estos momentos es cuando volteo al pasado y me repito que valió la pena. Incluso hace dos días me llamaron ofreciéndome hacer el soundtrack de una película de Hollywood. Es una nueva experiencia para mí y tan solo de pensarlo me pongo nerviosa.

Había terminado una entrevista y estaba más que preparada para llegar a mi departamento y tener la mejor bienvenida de todas, la de mi cama. Llegué e hice justamente lo planeado, ni siquiera me importó cambiar mi ropa.

Pero al parecer al jodido universo no le gusta que descanse yo en paz. Mi celular comenzó a sonar. Mi cabeza me decía que dejara que entre al buzón, pero mi conciencia apareció en el peor de los momentos y me obligó a contestar.

─ Tzuyu, por fin me contestas. Cómo es posible que dejes esperando a tu madre. ¿Qué es más importante que contestar una llamada de la mujer que te dió la vida?

─Dormir.

─Me estás diciendo que dormir es mas importante que yo. Imagínate que fuera secuestrada y tú estuvieras dormida. Seguro me muero antes de que tú levantes tu trasero flojo de la cama...

─Mamá no estoy diciendo eso, es solo que estaba dormida y no sabía quién estaba Ilamando. Perdón por no contestar.

Si algo he aprendido toda mi vida es que las mamás son las mejores en todo. Pero si en algo se destacan es en su forma de dramatizar, llega el punto en que tú te sientes mal y no sabes porqué.

¡Por favor Sana, no te cases! ─ 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora