Entre luz y oscuridad.

Antes y después.

Advertencia:

•Omegaverse.
• Después del Ragnarok.

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Beelzebub recuerda.

Recuerda los sentimientos desbordantes al escuchar la noticia del embarazo de su omega. Él recuerda el tiempo que le dedicaron al buscar el nombre perfecto para el cachorro, cómo colmaba al omega de mimos y sobreprotección, esperando impaciente el día donde vería a su preciosa familia junta y feliz. Beelzebub quería que el niño se pareciera a Nikola, mientras su omega solo quería que naciera sano.

Habían pasado aproximadamente tres horas desde que Nikola entró al quirófano, hace media hora más o menos le habían dado la noticia del nacimiento de su progenitor, un niño, y también de la muerte de su amado Nikola.

Lo sintió antes de que se lo dijeran debido al vínculo roto. En ese momento todo se quedó en pausa a su alrededor, las voces de las enfermeras y doctores, las preocupadas respiraciones de los amigos que compartieron a lo largo de su relación, todo dejó de tener sentido en segundos y volvió a recordar la alegre voz de Nikola, las manos hábiles y ásperas que construían maravillas y al mismo tiempo lo acariciaba con dulzura.

No volverá.

El mundo de Beelzebub se destruyó por segunda vez, pero como la primera vez, el resto seguirá su curso, las personas a su alrededor seguirán a pesar de la pérdida, volverán a reír y ser felices, pero él no.

Qué idiota había sido.

Fue tan feliz que olvidó lo frágil que era la vida humana.

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—Beelzebub, abre la puerta —ordenó Hades fuera del laboratorio de Nikola con un pequeño bulto en brazos.

Después de ese trágico día Beelzebub se encerró en ese lugar, nadie había entrado y tampoco querían destruir uno de los recuerdos de Nikola.

Por supuesto, a todos les afectó la noticia y Hades comprendió rápidamente que Beelzebub necesitaba tiempo para asimilarlo, pero ya habían pasado tres meses de eso.

Todos adoraban al cachorro, tenía un gran parecido al alfa, pero sonreía como Nikola.

Todos los Einherjar, colegas de Nikola, Valquirias y los dioses participantes del Ragnarok hicieron su parte para cuidar al niño, sin embargo, el cachorro necesitaba a su padre, sobre todo cuando su madre ya no estaba.

—Beelzebub, Nikola no hubiera querido esto.

De pronto, la puerta se abrió de manera violenta y la cara del demonio quedó frente al rey del inframundo. Hades casi da un paso hacia atrás por lo repentino de la acción, pero se mantuvo firme como el rey que es.

—¿Tú, qué demonios sabrías?

La pregunta cargada de ira no lo tomó por sorpresa.

—No tengo que ser un genio para saberlo.

El pequeño en sus brazos se agitó por el repentino cambio en el ambiente. Tanto Hades como Beelzebub miraron al causante, encontrando a una pequeña versión del demonio. Al verlo, la expresión del demonio se arrugó con frustración y la rabia incrementó.

—Fuera de mi vista.

—Beelzebub...

—¡No!

El pequeño al ver al alfa sonrió y comenzó a agitar los brazos, impaciente por ser cargado, por su parte Beelzebub miró al niño que le arrebató al amor de su vida, tan parecido a él y a la vez tan diferente.

"Nikola no hubiera querido esto"

"También amara la ciencia"

"¿Cómo deberíamos llamarlo?"

"¿Así se sintió mi madre al tenerme?"

"Te amo, Beel"

Y en ese momento, simplemente lloro, lloro como un recién nacido, disculpándose con su omega por no cuidar y proteger al niño que tanto amo aun sin nacer.

—Lo siento, lo siento, lo siento tanto.