Ella sabe que fue un error, pero...

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Se tallaba los ojos esperando que siguiese soñando, que eso no fuera real.

Nay ❤️
Perdón...

Sé que no debí hacerlo, soy una maldita cobarde y no puedo decir que no sabes como me siento porque evidentemente lo haces, porque me conoces más que yo a mí misma y ahora no puedo con la culpa.
Conoces a mi padre y no quiero justificarme, pero, solo no quiero que me odie más de lo que ya lo hace, aunque eso signifique perder tu cariño, tampoco me gusta y es demasiado egoísta pedirte que no me dejes, y soy una completa idiota por abandonar mis sueños y joder los tuyos. No me quiero ir Jeongyeon, te necesito conmigo. Estoy aquí aunque no me veas, no significa que he dejado de existir. En este momento no me molesta hacerte saber que te quiero y perdón Jeong, perdóname si me lleve tu corazón.

...

— ¡Im Nayeon! Gritaba esperando respuesta, las personas la veían pero no le interesaba, miraba el montón de gente despejando el área pero en esa multitud no estaba ella.

No podía mentir, se sentía mal por buscarla aun, por querer quitarle una oportunidad muy grande para su trabajo, pero no planeaba detenerla, sólo... sólo quería decirle que la amaba.

Que había estado ahí cuando se fue y que permanecerá hasta que vuelva.

Que se quería a observar y admirar su belleza como el día en que la vió fuera del teatro, escuchó su voz y sentía que todo le daba vueltas, sentía que era lo más lindo que había visto, y no se equivocaba.

— Im Nayeon... por favor. Podía ver su sonrisa nuevamente pero solo en recuerdos, esos recuerdos que el día que su castaña cambió su vida. — Regresa.

Recordando esta noche y esa terrible pesadilla donde la perdía y se convirtió en realidad. Quería irse y no buscarla, pero no quería que se fuera sin decirle que la amaría de principio a fin, que era como su obra favorita y pagaría mil funciones solo para verla una vez más.

No sabía cuan lejos estaban, pero sentía una distancia entre sus cuerpos y almas, sabía que la estaba pasando mal y sólo podía apoyarla con un tonto abrazo.

No se lo dijo, pero el agua en sus ojos el día del asalto lo hizo.
Sus manos temblorosas le dijeron al mismo tiempo, que la perdería...

Sonidos de las ruedas de las maletas por todas partes, estaba llamando la atención como una ridícula enamorada, con lágrimas amenazando en salir y ganas de golpear todo. La gente era así de cruel, porque podía sentir sus miradas fulminantes juzgándola, pero nadie se acercaba a preguntar si pasaba algo, porque la gente no empatiza con el amor real.

Tenía casi 40 llamadas perdidas de su hermana, pues se percató de que no estaba cuando su mascota comenzó a llorar.

Estaba muy asustada y no paraba de llorar, Jeongyeon no quería estar sola, pero tampoco quería que le hicieran preguntas sobre que hacía ahí.

Porque entonces todos sabrían que Nayeon era más, mucho más que sólo su compañera de teatro.

Y aunque era lo más anhelaba, también lo que más temía.

Mandó su ubicación.

Siguió buscando, no volvería a casa sin antes decirle lo que sentía.

Y la encontró, mirando a un punto fijo mientras las personas despejaban su paso, la encontró, como un cachorro abandonado en la lluvia.

La voz no le salía para gritar, se acercó a ella con la poca fuerza que quedaba en sus piernas.

Cuando la mayor notó su presencia, un puchero nuevo en sus bonitos labios, pero está vez era de tristeza verdadera.

— Jeong...

Nayeon dejó caer sus cosas, y se pegó a su cuello.

Y en ese momento se sentía como la persona más feliz del mundo.

Para Jeongyeon, Nayeon era un ángel que se escapó del cielo para enamorarla y poner una paleta de colores cálidos a su vida.

Para Nayeon, Jeongyeon era la fuerza pura, un alma libre y rebelde que la ayudó a salir de la monotonía de su vida, a despertar del abismo.

Con sus brazos rodeando la espalda de la más baja, ese cuerpo pequeño acurrucado en su pecho mientras temblaba por el frío.

Se sentía boba, sin preocupación y viviendo el momento con su chica.

Tomó su cabeza y esta se alejó como reflejo, se veía temerosa y dolida, Jeongyeon dejó un casto beso en la frente de Nayeon. Peinó su cabello.

No sabía que pasó, sólo vió sus labios moverse por si solos.

— Nayeon-ah... no te vayas.

— ¿Qué dijiste?

— No te vayas, porque siento que cada día te amo más.

...

AHHHHHHH, holi cómo están??
Nuevo capítulo antes de finalizar Julio. :D

SKTILH | 2yeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora