TLP

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Esta semana fue muy dura para mí, me di cuenta que realmente no estoy tan bien como pensaba. Me alejé de las personas que quería y encaré a mi verdadero yo, junto a sus errores y problemas.

Sé muy bien que la semana de exámenes no es fácil para nadie, lo sé, me derrumbé a tal punto que no sabía si realmente llegaría a terminar con vida. Me presioné más de lo que debería, me autosaboteé y saboteé a los demás.
Pensé que después de esas difíciles pruebas, todo culminaría, y aunque no estaba en mi mejor versión, podría por fin descansar sin tanta presión. Me equivoqué, el domingo 23 de abril fue un día lleno de tristeza y dolor, ya comenté por qué. Nunca había llorado tanto por una persona, juro que no... Mi almohada fue testigo de cómo tuve que envolver y cubrir mi cara con las sábanas para no hacer tanto ruido a la hora de llorar, el proceso fue tan largo que al fin pude cerrar mis ojos a las 3 de la mañana.

El lunes fui a la universidad, no voy a decir que con el mejor ánimo de todos, pues mis ojos hinchados decían por sí solos la verdad.
Pasé tiempo con mis amigos, pero aún tenía cierta cosa o persona en mi mente que no me dejaba estar en paz.

Decidí reemplazar el dolor y preocupación que tenía a cambio de las notas de cada curso, en este caso, anatomía.
Aprobé
Aprobé
Aprobé...
Aprobé anatomia teórica y práctica, aprobé biología celular práctica, aprobé lectura y redacción, pero... ¿Por qué no estoy feliz? ¿Por qué siento un vacío en mi pecho? ¿Por qué no siento nada?

Desde pequeña me inculcaron el valor de las notas y su importancia en mí. Una B era ser mediocre, una A era la felicidad que venía con premios, halagos, caricias, besos y abrazos.

Casi toda mi vida se basó en notas, estar en la escolta y ser de los primeros puestos, esas cosas definían mi felicidad.

No voy a decir que ya no me importan, pues varias personas vieron y escucharon como lloraba y sufría por aprobar y "salvar" la fase.

Pero por qué no estoy feliz, por qué me siento vacía, por qué después de tanto llorar, no tengo la tranquilidad que esperaba... De pronto voy al pasado y recuerdo cuando estaba postulando a medicina, pensaba que no iba a ingresar. Lloré, lloré y lloré, le entregué mi vida al ingreso de la carrera, pero cuando al fin salió una palabra a lado de mi nombre diciendo: "INGRESÓ", no fue nada para mí, no significó nada, no valió nada

Dentro de todo esto, no puedo parar de echarle la culpa a todos esos benditos cursos y exámenes que me hicieron perder la cordura y terminar de perder a una persona, literalmente aprobé, pero a qué costo.

Hoy tuve la oportunidad de hablar con mi psicóloga, porque sí, por fin tengo psicóloga.
Le hablé sobre cierta persona y me escuchó muy bien; después, decidió darme en esta séptima semana (casi penúltima), mi diagnóstico.

TLP: Transtorno límite de personalidad

1. Vacío
2. Desregulación de emociones
3. Relaciones inestables
4. Impulsividad
5. Cambios de identidad

Desde hace tiempo sospechaba que podía padecer este transtorno, pero no quise caer en la falsa creencia del autodiagnóstico, pues no está bien.
Ahora sé qué es lo que tengo y si bien debe sentirse más tranquilidad y alivio, a mí me da pena el saber que cargo con tanto y a la vez tengo muy poca resistencia, pues según mi doctora, soy una persona que vive en carne viva, por ende, me duele y me cuesta más que a una persona normal.

Se siente cierto alivio el saber que esas actitudes dañinas que tomaba contra mí misma y contra los demás, no es solo mi culpa, sino, también de esta horrible enfermedad que empeora mi salud y bienestar... Pero no puedo, aunque sé que el TLP me condiciona a reaccionar de formas dañinas y eso puede llegar a afectar a los demás. No me voy a justificar y me voy a esconder detrás de eso, pues la culpa también es mía, sé identificar lo que está bien y lo que está mal.

Siendo sincera, no tengo ganas de luchar más. Nombré la época de exámenes y mis notas aprobatorias pero mediocres, porque ya no quiero repetir, ya no quiero estudiar, ya no quiero leer, quiero dormir y quiero descansar. Quizá es difícil entender para los demás, y pueden llegar a pensar que solo necesito salirme de la universidad, pero no, no es solo eso.

El cansancio me consumió, no creo poder salir adelante en la segunda fase, ni en la tercera, y ya estoy empezando a procrastinar.

Confío en mí psicóloga y un poco en mi resistencia, tengo fe en ganarle a este trastorno que como su nombre dice, me limita a vivir y a sentir.
Quiero mejorar para poder volver a las personas que amé y amo.
Quiero mejorar para no hacer daño, ni hacérmelo a mí.
Quiero mejorar para salir adelante sin sufrir

Quiero mejorar, pero no sé si lo lograré, espero que sí.



LuceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora