capítulo I (anécdotas)

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Banda y Yaba, dos psicópatas, uno que llegó muy lejos con su adicción a hacer sufrir a los demás y otro que lo ocultaba mejor. Pero esto era en el tokyo real. Nada de esto era igual en borderland, al menos para el segundo.

Yaba buscaba la felicidad en el sufrimiento de otros, y lo conseguía en borderland. Dónde podía matar, torturar, manipular como quiera a cualquiera o incluso violar. Todo un sueño para cualquier loco, ¿No?

Ambos se encontraron en un juego, la J de diamantes. Desde ese momento, al coincidir en algunos <<o muchos>> pensamientos e ideologías, decidieron que conocerse sería algo bueno, "nos llevaremos bien" pensaron. Pero... ¿Solo era eso? ¿O también sentían atracción por el otro?  Cada uno hace lo que quiere en ese mundo, ¿Verdad?

-¿Cuál es tu color favorito?- preguntó con algo de ilusión banda, el más pequeño mientras salían de torturar a la J de diamantes.

-no se, el rojo es bonito.- dijo sin darle importancia- ¿Y el tuyo?- preguntó de vuelta.

-el rojo o el negro. Ambos me gustan mucho.- dijo metiendo sus manos en los bolsillos.

-¿Por qué?

-porque el rojo es cómo la sangre humana, y el negro es oscuro. No sé.

-buena lógica, me gusta. ¿Cuántas muertes has provocado? Fuera de borderland, claro.- preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

-unas...- se quedó pensando y después de medio minuto contando con los dedos contestó con una sonrisa maníaca- unas 20. ¿Y tú?

-yo no tantas. 4, contadas- dijo cómo si nada. ¿Acaso matar a sangre fría es algo tan casual para ellos?

-tu tienes menos anécdotas, cuéntame alguna- dijo banda con una sonrisa arrogante.

-era un viernes por la noche, todo estaba por cerrar menos un restaurant italiano, fui allí con una cita a ciegas.

<<Seguimos la cena tranquilos, y cuándo terminemos de cenar empecemos el camino a mi apartamento.>>

<<La chica era muy contraria a mi, feminista y no me gustó su aspecto.>>

<<Después de unos minutos teníamos que atravesar una calleja, y como ella quería casarse conmigo la metí a un baño de un puesto de servicio abandonado, la ahogué con agua estancada y le di los restos a unos cerdos de una granja cercana.>>

Banda, quien escuchaba atentamente pensó que si tenían cosas en común, muchas de hecho. Pero... ¿Tendrían eso también en común?

-te toca- dijo Yaba sonriente.

-bueno. ¿Cuál quieres? ¿La más siniestra o una cualquiera?- preguntó Banda ladeando la cabeza con una sonrisa.

Entre ellos se entendían, ¿Pero era solo eso?

-una cualquiera está bien. No pido mucho- le respondió Yaba.

-vale. No se qué día fue exactamente, estaba caminando tranquilamente y visualizando quién sería mi próxima víctima.

<<Vi a una anciana entrar a un local cerrado y supe que era mi oportunidad. Agarré del cuello a la anciana y con un cuter robado empecé a rajarle el cuerpo.>>

<<Después de unos minutos ahorcandola, logré que callera sin respiración.>>

-suena interesante. ¿Sueles matar a gente así?- preguntó curioso el más mayor.

-si, es fácil y me divierto durante un rato. Hubo una vez que tuve a dos adolescentes encerradas en un sótano sin beber ni comer nada durante casi tres semanas- contó Banda sonriendo.

-¿No se murieron antes?- preguntó el otro sorprendido.

-si, pero tampoco me preocupé por eso.- dijo el otro tranquilamente.

Después de minutos caminando, llegaron al refugio que se hizo Banda. Ambos estaban cansados, asi que enseguida se duermieron, uno en un sofá y el otro en el suelo.

Fin

Esta historia viene fuerte, y con fuerte me refiero a que va a ser mas tóxico que chernobil 😻

entre celdas-yabaxbandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora